Debate de investidura
¿Estamos más cerca de unas terceras elecciones?
Ni una sola sorpresa. Mariano Rajoy recibe la confianza absoluta de su partido para negociar la investidura. Pedro Sánchez se enroca en su obsesiva negativa. Y C’s sigue como comparsa de tercera. El espectáculo es inédito, un ridículo internacional que engloba varias claves y refleja lo que algunos dirigentes regionales del PSOE escucharon decir a su secretario general antes de sus exhibicionistas vacaciones: «Me llevaré a Rajoy por delante». Según estas fuentes, el factor humano de Sánchez prima sobre cualquier consideración institucional. «Si Rajoy no permitió su investidura, ahora tampoco él quiere facilitarla». Una rabieta de «Penene de facultad», en palabras de los «barones» críticos que, no obstante, actúan con una cobardía total ante la situación, como lamentan históricos del partido.
–¿Por qué el PSOE urge a fijar la fecha de investidura?
–Por humillar a Rajoy, «lincharle» en toda regla y vengarse de su anterior fracaso. «Sánchez busca una victoria impropia de un líder con responsabilidad de Estado», denuncian algunos críticos en privado, pero sin una dirección clara para dar la batalla. El PSOE está en una ratonera sin liderazgo alternativo y de eso se aprovecha el peor líder que hemos tenido, añaden.
–¿Qué trampa encierra Pedro Sánchez?
–La avanzada por Miquel Iceta, primer secretario del PSC, sobre una posible abstención de los socialistas ante un nuevo candidato independiente. Una vez fracasados los dos intentos de Rajoy, el Rey tendría dos posibilidades: disolución de las Cortes y convocatoria de nuevas elecciones, o nueva ronda de consultas con otro candidato. Es el abismo al que Sánchez quiere llevar a este país, pero bastante irreal. La llamada «Operación Monti» que pusieron en marcha los italianos con un técnico de transición, Mario Monti, necesita el consenso de los grupos parlamentarios y un análisis detallado de la Constitución, según expertos en la Carta Magna. Algo que el PP no aceptará «bajo ningún escenario», aseguran en Moncloa y Génova 13.
–¿Aspira todavía Sánchez a ser un candidato alternativo?
–Sin duda. Jaleado por los suyos, la guardia pretoriana de la Ejecutiva Federal, y algunas radicales autonómicas como la balear Francina Armengol, intentaría forjar ese frente de izquierdas con el apoyo de Podemos y los partidos separatistas. Lo que Alfredo Pérez Rubalcaba llama con todo acierto un gobierno «Frankenstein», y el veterano Joaquín Leguina, el gabinete de los «monstruitos». Sería uno de sus anhelos, aunque hoy por hoy los números no salen por la mayoría del PP en la Cámara y la oposición de C’s.
–¿Por qué Rajoy no quiere una investidura fallida?
–La clave es interna y externa. Un debate de investidura no es un debate de la nación en el que se somete a juicio político la gestión de un Gobierno. Acudir a la tribuna del Congreso para un linchamiento en toda regla es dar una baza gratis a Sánchez. «Ningún ganador entrega la cabeza al verdugo perdedor», afirman en el entorno de Rajoy. Por ello, éste intenta apurar hasta el máximo las fechas, convocar de nuevo a Pedro Sánchez y Albert Rivera y forzar los plazos. En el escenario interno, nadie oculta que un doble fracaso de investidura de Rajoy le obligaría a dar un paso atrás y precipitar su relevo al frente del PP. Es precisamente lo que busca Pedro Sánchez y en cuyo cepo no quiere caer el candidato del PP.
–¿Nuevas elecciones a la vista?
–Si Sánchez se cierra en banda es el horizonte más probable. La Constitución no contempla otra alternativa y deja al Rey completamente «maniatado», según juristas expertos. La nueva trampa lanzada por Miquel Iceta sobre un independiente necesita de consenso y reformas en la Carta Magna. «La operación Mario Monti es impensable en España», opinan varios constitucionalistas al recordar lo sucedido en el Gobierno de Italia. Aquí, explican, hay un partido ganador sin discusión y quien lo obstaculiza provoca un vacío legal sin precedentes.
–¿Qué repercusiones tendrían unas nuevas elecciones?
–Letales para la recuperación económica, creación de empleo y todas las inversiones. Hace meses que los empresarios lo vienen advirtiendo: disparo de la prima de riesgo, congelación de pensiones y sueldos de funcionarios, fuga de inversores, aumento del paro y recortes aún más fuertes por el catalejo de Bruselas. Sin techo de gasto ni Presupuestos no hay Gobierno. Lo dijo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, hace meses y lo vienen recordando las autoridades de la Unión Europea, que gracias a lo buenos oficios de Luis de Guindos han paralizado la multa a España por la desviación del déficit, pero que pueden lanzar un correctivo de campeonato si persiste esta situación de interinidad.
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