ETA
ETA prohíbe a los expulsados vivir en España y Francia
Mantiene un estricto control tras echarles de la banda
El cinismo de que ha hecho gala ETA a lo largo de su siniestra historia, sobre todo al tratar de justificar los numerosos crímenes que ha cometido, tiene también su componente interno.
El cinismo de que ha hecho gala ETA a lo largo de su siniestra historia, sobre todo al tratar de justificar los numerosos crímenes que ha cometido, tiene también su componente interno.
LA RAZÓN ha tenido acceso a una de las cartas que la banda manda a los militantes que ha decidido expulsar de la «organización». La misiva comienza, curiosamente, con un «abrazo revolucionario», lo que haría pensar que las noticias que va a recibir el destinatario van a ser buenas. Pues no.
El motivo de las expulsiones es el de haber roto las medidas de seguridad dictadas por ETA, como ponerse en contacto con los familiares o leer, a través de internet, el «“Gara” o páginas de Euskal Herria». Es algo que ocurre cada día con más frecuencia, ya que individuos sometidos a largos años de clandestinidad no ven la salida «victoriosa» que les había ofrecido la banda. Más bien todo lo contrario. Y se saltan dichas medidas.
«No nos contestas»
«Mediante esta comunicación te queremos informar de la decisión de la Organización (sic) en lo que respecta a tu militancia. Igualmente, queremos recordarte que en la última nota que te envíamos, te hicimos varias preguntas de las cuales todavía no hemos recibido respuesta; (por ello) ésta es la decisión adoptada por la Organización en relación a ti: expulsarte de la Organización», dice la carta.
La banda justifica su decisión en las siguientes razones: «No respetar las normas de seguridad y los criterios de funcionamiento impuestos por la Organización; el hecho de haber reiterado en estos errores de seguridad; la falta de disciplina que este hecho demuestra, y las consecuencias sufridas por la estructura de la Organización debido a este grave error de seguridad».
«Refugiado»
La vena autoritaria no podía faltar en la banda: «Junto con la decisión, te ordenamos que cambies esas conductas». Además, «no podrás quedarte a vivir en el País Vasco del Norte (Francia); deberás irte a vivir a un tercer Estado como refugiado político (que no sea Euskal Herria, España o Francia); en dicho país serás miembro del Colectivo de Refugiados Políticos y estarás siempre bajo su disciplina, que definirá los pasos que has de seguir en el futuro (viaje, frontera/límites, condiciones...).
Los cabecillas etarras aparentan ponerse tiernos y reconocen que «a nadie le gusta poner fin a una militancia de años», y «que estas decisiones siempre son difíciles de tomar. Siempre guardaremos un respeto total al compromiso que has mostrado durante el tiempo que has sido miembro de la Organización ETA, con todo lo que has hecho a favor del País Vasco y la lucha que has llevado a cabo junto a otros militantes». Asimismo, anuncian al expulsado que «siempre tendrás la posibilidad de hacer llegar a la Organización tus reflexiones, ideas y contribuciones, y te pedimos que canalices cualquier matización por esta vía. En este sentido, te pedimos que nos hagas llegar todo lo que tengas que decir sobre la decisión adoptada y las razones que nos han llevado a adoptarla».
El final de la misiva demuestra hasta qué punto los cabecillas de ETA quieren mantener, por si acaso, el control de todos sus pistoleros (para que no se pasen al «enemigo» y no se sepa nada), incluso los que han sido echados de la banda: «Te informamos de que la decisión de expulsarte de la Organización no tiene por qué influir en tu participación en el seno del Colectivo de Presos Políticos Vascos». Es decir, que «sigues bajo nuestra disciplina», aunque no se lo digan con esa claridad.
Medidas de seguridad
ETA exige a sus miembros en la clandestinidad una serie de medidas:
- «Nosotros mismos estaremos dispuestos a acoger gente».
- «Nunca diremos a nuestros familiares dónde estamos».
- «Al cabo de un año podremos recibir la visita de familiares. El enlace lo realizaremos a través de los compañeros».
- «Utilizaremos la misma vía para comunicarnos con Ihesko» (organismo que se encarga de la «gestión integral de los huidos»).
- «Si ponemos teléfono o internet no entraremos en páginas de Euskal Herria. Tampoco llamaremos a los teléfonos particulares de nuestros familiares».
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