PSOE

Ferraz avala los pasos de López en busca de apoyos para la sucesión

Rubalcaba, por primera vez ante la militancia: «Yo no seré un problema para el PSOE»

Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano, ayer, en la presentación de un libro en el Círculo de Bellas Artes
Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano, ayer, en la presentación de un libro en el Círculo de Bellas Arteslarazon

MADRID- Vuelven las intrigas, los recelos, los movimientos... El PSOE bulle de nuevo y todos se miran de reojo. Nadie se fía de nadie. Y es que, aunque oficialmente no exista ni esté en la agenda pública, la carrera por la sucesión está abierta. Cada llamada, cada cita, cada viaje tiene una lectura en clave sucesoria. ¿La última entrega? Los tanteos de Patxi López en algunas federaciones para explorar sus posibilidades futuras. La información se conoció el pasado fin de semana y se daba cuenta incluso de las condiciones que pondría el vasco para ser aspirante. Ninguna de ellas favorece la tan cacareada democracia interna, pues le sitúa en los viejos modos del «aparato», en las componendas, en las sumas orgánicas, en los pactos de «mesa camilla»... Vaya, en un congreso federal que le ahorre, en definitiva, unas primarias abiertas.

Sean ciertas o no, la verdad es que el ex lehendakari está convencido de que es el momento de preparar el terreno. El cuándo se juegue el partido es lo de menos y, aunque se le atribuye la intención de abonar un escenario congresual para erigirse en secretario general después de las europeas de 2014, desde Ferraz niegan la mayor: «Es absolutamente falso. Patxi no ha visitado ninguna federación con este propósito», si bien admiten que ha tenido contactos con algunos secretarios generales y que en su ánimo probablemente esté legítimamente situarse en la carrera sucesoria. Desde la dirección federal defienden sin ambages la lealtad del vasco a Alfredo Pérez Rubalcaba y su respeto escrupuloso al calendario fijado por el secretario general. Es más, atribuyen rumores y filtraciones a quienes pretenden quebrar las posibilidades del líder de los socialistas vascos, que hoy no cuenta con el apoyo ni de Andalucía, ni de Cataluña, ni de Extremadura, pero tampoco del conjunto del PSM. Por cierto que desde Madrid ayer negaron que López haya tenido encuentro alguno con Tomás Gómez ni para éste ni para ningún otro asunto.

«Patxi López comparte el proyecto de la dirección socialista de acometer una renovación interna con la que acercarse a la sociedad», afirmó ayer Elena Valenciano, vicesecretaria general, quien añadió que su colega de la federación de Euskadi «tiene toda la libertad del mundo para reunirse con los secretarios generales, si bien no me consta que Patxi haya mantenido esos encuentros».

En el otro lado, en el de las federaciones, la lectura es otra y apunta a que tras los pasos del secretario general de los socialistas vascos está la mano de Rubalcaba y el «aparato» de Ferraz. Dicho de otro modo: el vasco es el plan B de un secretario general, que ya no oculta que está en franca retirada y que su servicio al PSOE acabará cuando culmine la revisión del proyecto político. De hecho por primera vez, en un acto con militantes extremeños, el pasado jueves afirmó: «Yo no seré un problema para el PSOE». Respondía así, según fuentes de la federación extremeña, a la pregunta de si creía que con las adversas encuestas podría volver a ser candidato a 2015. Hay barones, por tanto, que sospechan que tras los movimientos del vasco, consentidos y fomentados por la dirección, está el propósito de Rubalcaba de frenar otras opciones como la de Eduardo Madina, la joven esperanza blanca en la que muchos confían para un futuro no muy lejano del PSOE. Continuará...