Caso ERE
Ferraz no pedirá la renuncia de Chaves y Griñán
El entorno de Pedro Sánchez cuestiona el nivel jurídico de la jueza, a la que acusa de mezclar «churras con merinas», pero reconoce que el caso perjudica la imagen de renovación
El entorno de Pedro Sánchez cuestiona el nivel jurídico de la jueza, a la que acusa de mezclar «churras con merinas», pero reconoce que el caso perjudica la imagen de renovación
El día 27 de julio, Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE después de unas primarias con el voto directo de los militantes y de un congreso extraordinario. Llevaba el nuevo líder del PSOE un ritmo frenético pero, desde entonces, no ha tenido un día de respiro y sigue llevando ese mismo ritmo frenético. Se le acumulan decisiones a tomar –internas y externas– y, por eso, apenas se ha tomado unos días de descanso, que «no de desconexión» como apunta uno de sus colaboradores. La realidad manda y uno de los temas que están encima de la mesa es el «caso de los ERE» de Andalucía y el auto remitido al Supremo por la jueza Alaya.
A diferencia del caso de Ángel Ojeda, acusado de fraude en los cursos de formación, que está en fase de suspensión de militancia, el PSOE mantiene «confianza en la honorabilidad» de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Tanto uno como el otro se mostraron dispuestos a declarar ante el Supremo el día que el auto de la jueza instructora llegó al Supremo. Sin embargo, no está tan claro que puedan declarar. Hasta septiembre el Supremo no se pronunciará –está de vacaciones– y puede devolver el caso a la jueza para que continúe con la instrucción o trocear el caso, como ha sugerido en más de una ocasión la Fiscalía. «No están ni imputados», apuntan fuentes próximas a la dirección socialista. En la calle Ferraz, donde mantienen la tranquilidad y tienen sus dudas respecto a la instrucción, recuerdan que la juez Alaya «envió un escrito al Congreso de los Diputados que levantó las iras del presidente del Congreso –Jesús Posada– y que acabó en nada».
Las fuentes consultadas no entran a valorar la gestión del caso por la jueza Alaya, pero su opinión rezuma desconfianza. Sin embargo, esta apreciación no es óbice para restar contundencia a sus declaraciones. «Políticamente no hubo una organización para favorecer a alguna gente y menos al Partido Socialista. No hubo maquinación», apuntan con contundencia. Es más, añaden que la jueza en su instrucción «ha mezclado churras con merinas. Hay que encontrar a los culpables y devolver el dinero a la Junta de Andalucía». Otras fuentes cercanas a la dirección socialista tienen menos pelos en la lengua y acusan a la jueza de «hacer cosas raras».
Para el PSOE no «hay una conspiración general» como parece apuntar la jueza, sino que «algunos, aprovechándose de las lagunas de la Ley y de su posición de poder, las utilizaron para meter mano en el dinero público». Por eso, apuntan estas mismas fuentes, «los socialistas somos los más interesados en que se resuelva el tema de los ERE». En el PSOE se confía en la actitud del Supremo «para cambiar el procedimiento que está siguiendo la jueza Alaya». Sin embargo, algo cambia en la versión oficial de Ferraz. Se reconoce sin tapujos que «el error fue no detectar el fraude a tiempo», afirman, porque «éste es un tema de algunos, no de una organización para delinquir».
En el PSOE están convencidos de que el PP está agitando las aguas del «caso de los ERE» siguiendo el dictado de los autos de la jueza Alaya «para construir una cortina de humo» y así difuminar los casos que afectan al PP. «Los populares saben que la sociedad española tiene el convencimiento que se han financiado de forma irregular, y lo han hecho en toda España», apuntan las fuentes consultadas. Por eso, en el PSOE quieren «acelerar el proceso y la investigación para llegar a saber la verdad» y así diferenciarse de los casos «Gürtel, Bárcenas, Valencia, Alicante y tantos otros». «No somos iguales», zanjan estas fuentes porque en el PSOE «no hay una cultura de financiación ilegal».
Sin embargo, en el PSOE hay una cierta preocupación por que el «caso de los ERE» sea interpretado como una trama más de las que afectan a la sociedad española y eso vaya en detrimento de la imagen del partido. Así, reconocen «una situación difícil ante la ciudadanía porque es complicado separar el polvo de la paja», en una clara referencia a que el «caso de los ERE», para los socialistas, no se corresponde con una financiación irregular sino que se circunscribe a una «apropiación indebida de algunas personas que se habían ganado la confianza de la Junta».
Ante la ofensiva de los populares, el PSOE responde ciñendo la polémica a una cuestión de estrategia del PP. Según afirman portavoces relacionados con la dirección socialista, «el PP va a la desesperada» por lo que ha puesto en marcha «el ventilador de que somos todos iguales», pero también con un objetivo no confesado: «Intentar poner freno a la recuperación socialista».
En la sede socialista de la calle Ferraz, se considera que esta recuperación «está empezando en Andalucía» y añaden que «en el PP saben que si se consolida la tercera vía en Cataluña –que cada día tiene más partidarios ante los giros de la política catalana–, se confirman las expectativas de las últimas encuestas –que ya contemplaban a Sánchez al frente del PSOE– y se consolida la fuerza de Andalucía, el PSOE puede volver a ser alternativa y ocupar un espacio central den la política española». Esta alternativa quiere construirse en torno a «las clases medias y las clases trabajadoras», como ha repetido incesantemente el nuevo secretario general socialista, Pedro Sánchez. Para los socialistas el duro ataque «por tierra, mar y aire» del PP persigue «no sólo tapar las vergüenzas propias sino que es una cuestión estratégica» para evitar que el PSOE reviva después de la era Rubalcaba.
La actividad política en la sede del PSOE se reavivará esta semana con la incorporación de Pedro Sánchez y César Luena –secretario de organización– y de una buena parte de los miembros de la ejecutiva. El tiempo apremia y se quieren aprovechar estos días para completar los equipos de trabajo de las secretarías, incluida la general, y empezar el mes de septiembre a pleno ritmo. Estos cambios llevarán su tiempo a los responsables socialistas, que siempre tendrán un ojo puesto en el «caso de los ERE».
Regreso con un ojo puesto en los ERE
La actividad regresa a Ferraz esta semana con la incorporación de Pedro Sánchez –que ha veraneado unos días en Mojácar (Almería)– y César Luena. Sobre la mesa, un asunto interno: los equipos de trabajo de las distintas secretarías, incluido el de la general. Pero el calendario puede verse alterado por el «caso de los ERE», que recientemente ha llegado al Tribunal Supremo tras remitirlo Alaya el 31 de julio.
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