PSOE
Ferraz silencia el debate interno y se aferra al «no» a Rajoy
Guerra reclama una «abstención general» en la investidura sin dar «carta blanca» al PP
Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y ahora... Alfonso Guerra. La sucesión de pesos pesados del socialismo español que reclaman a Pedro Sánchez un ejercicio de responsabilidad que permita la investidura de Mariano Rajoy, para terminar con el bloqueo institucional y ahuyentar el fantasma de unas terceras elecciones, obligó ayer a la dirección del PSOE a salir a la palestra para cerrar filas en torno al «no» al candidato del PP. Fue el portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, quien ejerció de cortafuegos desde Almería, aunque en lugar de enmendar la plana a las voces discrepantes de su propio partido –a las que ayer también se sumó el presidente aragonés Javier Lambán vía Twitter–, prefirió centrarse en despertar al PP de su «ensoñación de quebrar a los dirigentes del PSOE». «Que pierda toda la esperanza», recalcó a la formación popular.
Ferraz intentó silenciar las críticas (domésticas y extramuros) al inmovilismo del PSOE dejando claro que la dirección socialista no ve necesario abrir ahora un debate interno –como el que abiertamente reclamó el pasado jueves el ex presidente Zapatero– para abordar la posibilidad de una abstención técnica para facilitar la formación de Gobierno. El encargo del Rey a Rajoy no ha variado un ápice la posición de la cúpula socialista, que se sigue remitiendo al Comité Federal celebrado el pasado 9 de julio. Allí, recordó Hernando, los dirigentes de la formación «debatieron durante más de siete horas» antes de expresar su «no» a Rajoy. «No creo que haya ningún dirigente del PSOE –subrayó– que vaya a cambiar de opinión, porque ninguno quiere indultar a Mariano Rajoy con el sí o la abstención», informa Efe. No obstante, el portavoz parlamentario del PSOE quiso dejar una puerta abierta. «Si es necesario más debate porque alguien haya cambiado de opinión, habrá más debate», se comprometió.
«Todos los socialistas vamos a estar unidos en el no», enfatizó Hernando, empeñado en mantener a raya los cantos de sirena que llegan desde Génova, aunque en sus palabras se perciba igualmente un ejercicio de autoconvicción frente al rosario de voces críticas en el seno socialista con la negativa de Pedro Sánchez a abandonar la trinchera del «no».
No sólo González, Zapatero y Guerra han abierto la espita de la abstención o de la conveniencia de abrir ese debate en el seno de la dirección federal. Los ex ministros José Bono y Josep Borrell también se han mostrado favorables a facilitar la gobernabilidad al partido más votado para terminar con el bloqueo político.
«Insultado por “compañeros”»
El último en sumarse a la lista ha sido uno de los «barones» socialistas, el aragonés Javier Lambán, quien ayer respaldó la iniciativa de Rodríguez Zapatero de abrir un debate interno sobre el papel del PSOE en la sesión de investidura. El presidente de la Diputación General de Aragón mostró en su cuenta de Twitter «todo su apoyo» a la iniciativa del ex presidente del Gobierno y aprovechó para reivindicarse: «Yo ya vengo intentándolo, aun a costa de ser insultado por algunos “compañeros”».
Más explícito se muestra Alfonso Guerra en un artículo publicado en la revista «Tiempo», en el que promueve «un acto colectivo de responsabilidad» que propicie la investidura «del partido que tiene la minoría mayor» por medio de una abstención generalizada, ante la evidencia de que «no es posible un gobierno alternativo al del partido que ha obtenido mayor número de votos y de escaños». El ex vicepresidente del Gobierno de Felipe González (quien el pasado domingo, en una entrevista al diario argentino «Clarín», reclamó a su partido una abstención que allane el camino a Rajoy «aunque no se lo merezca») matiza que eso no significaría, en modo alguno, otorgar «carta blanca» a Rajoy para la Legislatura. «Sería posteriormente en cada proyecto gubernamental» –hizo hincapié– cuando los partidos de la oposición «podrían ejercer su posición conjunta mayoritaria».
Quien no quiso pronunciarse al respecto fue el ex ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, quien se limitó a «suscribir» la postura oficial del Comité Federal y, como ya hizo hace dos semanas, aseguró que su opinión la dará en el seno de los órganos de dirección.
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