Política

Consejo de Ministros

Gallardón se reunirá con Rajoy ante las presiones para retirar la ley del aborto

Un sector del Gobierno, parte del PP y Arriola creen que aprobarla tendría coste en las urnas. El presidente aún no ha dicho su última palabra sobre uno de sus compromisos electorales

Gallardón hablará con el presidente en los próximos días ante las presiones para que se retire el proyecto
Gallardón hablará con el presidente en los próximos días ante las presiones para que se retire el proyectolarazon

Un sector del Gobierno, parte del PP y Arriola creen que aprobarla tendría coste en las urnas. El presidente aún no ha dicho su última palabra sobre uno de sus compromisos electorales

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha dicho aún la última palabra sobre la reforma de la Ley del Aborto. Pero los partidarios de que el proyecto no vea la luz en esta Legislatura, que los hay dentro del Gobierno y también en el partido, han activado todas sus «armas» para frenarlo. En estos momentos, la situación es que el anteproyecto está listo para ser aprobado por el Consejo de Ministros, después de que Justicia haya valorado las recomendaciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y de otros órganos consultivos. De hecho, la intención inicial era enviarlo al Parlamento antes del verano, a finales de julio como muy tarde. Esto prueba que la decisión ya es puramente política, si conviene o no a los intereses electorales del PP en un curso electoral que acabará en los comicios generales de finales de 2015.

Tres años después del inicio de la Legislatura los populares llegan a las puertas de las urnas con este proyecto embarrancado y bajo la espada de Damocles de que cualquier decisión que adopten tendrá ya su coste electoral. Entre los que susurran a los oídos de Rajoy que debe paralizar la reforma está el sociólogo Pedro Arriola, quien presume de ser imprescindible para el presidente como el gran teórico del centro, miembros de la cúpula popular, barones territoriales y algunos «primeros espadas» del Gobierno. El argumento oficial es la ausencia de consenso, pero lo que más está pesando en la reflexión interna es el miedo a que la reforma del aborto afecte en las urnas a los intereses del partido. Las autonómicas y municipales de la próxima primavera han encendido muchas alarmas. El contexto es incómodo y hay miedo a que el toque de atención de las elecciones europeas alcance también a los próximos comicios, en los que sí hay gobiernos en juego. El PP es dueño del mayor poder territorial de su historia y es muy difícil que consiga conservarlo incluso sin tener en cuenta el coste de la gestión de la crisis económica. Los partidarios de enterrar la reforma del aborto sostienen que escorará al PP hacia la derecha, que animará el voto a la izquierda y que quitará voto «centrista» al PP.

Pero a estas alturas también la marcha atrás tendría su coste electoral. «Por mucho que predique Arriola, cualquier camino tendrá su precio. Porque la marcha atrás es incumplir un compromiso electoral y enfadará a nuestro electorado más ortodoxo», sostiene un alto cargo del PP. Los partidarios de que la reforma encalle afirman que Rajoy ya ha dado a entender que el proyecto no verá la luz antes de las próximas elecciones generales. Pero el presidente del Gobierno no ha dicho nada definitivo al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, principal responsable de la elaboración del texto. Su departamento asumió, por mandato de Rajoy, la tarea de dar cumplimiento al compromiso electoral del PP y fue el Consejo de Ministros el que en diciembre de 2013 abanderó el anteproyecto de ley, bajo la bendición inicial del propio Rajoy. Luego ninguno de los «primeros espadas» se atrevió a defenderlo en público y marcaron distancias desde la Secretaría General del partido hasta algunos de los «barones» más poderosos. Pero en su momento nadie levantó la voz en el Consejo de Ministros para frenar una reforma que ahora se ha convertido en un elemento tan incómodo. Ruiz-Gallardón pedirá cita a Rajoy en los próximos días, a poder ser en esta semana, para analizar la situación después de que este curso político se haya iniciado con filtraciones desde el propio Gobierno dirigidas a despejar el camino a la paralización de la reforma de la Ley de Plazos aprobada por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. «Lo sensato habría sido esperar a la decisión del Tribunal Constitucional sobre el recurso que presentamos contra la reforma de Zapatero y haber hecho, si acaso, alguna modificación mínima en la ley, como la que afecta al aborto de las menores sin consentimiento de sus padres. Pero una vez metidos en este lío, por un lado o por el otro, siempre perderemos», sostiene un veterano ministro ajeno a la gestión de este proyecto. Y muchos en el PP son de la misma opinión.

Las asociaciones provida amenazan con un boicot

El presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, anunció ayer que en los próximos meses esta entidad realizará una «campaña intensa» pidiendo que «no se vote al PP» si se confirma que el Gobierno central retira la reforma de la Ley del Aborto. Otro colectivo del mismo ramo, Derecho a Vivir, calificó de «triple traición» la posible retirada del proyecto de ley, ya que incumpliría su promesa «a los niños abortados, al electorado y a sí mismos».