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Génova calcula que habrá sobre un 10% de afiliados con voto

Cospedal apuesta por una lista de integración sin ser secundada por sus principales rivales

Génova calcula que habrá sobre un 10% de afiliados con voto
Génova calcula que habrá sobre un 10% de afiliados con votolarazon

Cospedal apuesta por una lista de integración sin ser secundada por sus principales rivales.

Génova terminará hoy el recuento de los afiliados inscritos para participar en la primera vuelta de la elección del nuevo líder del partido. Pero en las estructuras regionales anticipaban ayer que la cifra será «baja, como es lo normal, aproximadamente un 10 por ciento del total». Al menos, más no se ha producido nunca hasta ahora, en ningún congreso, ni provincial ni regional, apuntan. Ayer no llegaron datos oficiales, sólo alguna cifra puntual como la de los 6.570 afiliados del PP de Castilla y León que participarán en el proceso electoral. El número de inscritos alcanza el 13,2 por ciento sobre el total de afiliados en toda esta comunidad, un porcentaje similar al que se registró en las votaciones del Congreso regional de 2017.

Los candidatos siguieron ayer con su campaña, y la jornada la marcó el debate sobre si una vez que pase el filtro de la votación de la militancia, habrá, como desean en las estructuras nacionales y regionales del partido, una sola candidatura de integración que evite, argumentan en Génova, que la tensión interna llegue hasta el Congreso. La aspiración es que el proceso acabe en un Congreso de aclamación, que limite la división y las fracturas. En una entrevista en «Más de Uno», en Onda Cero, María Dolores de Cospedal se mostró ayer «absolutamente» partidaria de que tras la primera votación de los afiliados, que tendrá lugar el 5 de julio, los dos candidatos elegidos se integren en una única lista, incluso en el caso de que ella quedase en segundo lugar en esa primera vuelta. Pero Cospedal se quedó bastante sola en esta propuesta, que no asumieron sus principales rivales. La ex secretaria general y ex ministra explicó que ella es partidaria de esta opción porque cree que «sería bueno para el partido». «¿Que no es posible? Bueno, veremos. Pero yo soy partidaria y si es mi caso, yo lo voy a intentar», comentó. En ese sentido, aclaró que desde la primera votación hasta la presentación final «hay mucho tiempo para hablar, para ponernos de acuerdo y redefinir nuestro proyecto ideológico». El objetivo de todo el proceso para sustituir a Rajoy en la Presidencia del partido debe ser que el PP «salga más fortalecido porque un partido fuerte y unido es el que gana elecciones».

De esta propuesta se desmarcó Pablo Casado, que dentro de su intensa agenda defendió la segunda vuelta para los dos candidatos que elijan los afiliados porque es lo que establecen las reglas. La posibilidad de anticipar una lista de integración puede afectar al sentido del voto de los afiliados, avisan desde el equipo de Casado. El candidato también insistió en reclamar neutralidad a los cargos de su organización.

Por su parte, el ex ministro José Manuel García-Margallo abogó por que en el proceso de renovación sean los militantes los que tengan «la última palabra», pese a que el sistema de segunda vuelta abre la posibilidad de que pasen los dos candidatos más votados y el presidente del partido sea finalmente elegido por los compromisarios en el Congreso. En su opinión, «haríamos un mal servicio si el concilio de notables anula el voto de la militancia».

En este debate no entró la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que se mantuvo en la línea de una campaña de tono conciliador hacia dentro y que coloca al adversario en las filas de los otros partidos.