Comunidad de Madrid
Génova levanta un muro entre la situación de Aguirre y la de Rajoy
El presidente en funciones mantiene su candidatura si hubiera que repetir las elecciones generales
El presidente en funciones mantiene su candidatura si hubiera que repetir las elecciones generales
La dirección nacional del PP no se anduvo ayer con miramientos a la hora de hacer notar su malestar con la gestión por parte de Esperanza Aguirre de su decisión de presentar su dimisión como líder del PP madrileño para asumir su «responsabilidad política» por los casos de corrupción que han afectado a la organización regional durante su mandato. Génova cuestiona sus formas y el procedimiento, y levanta un muro para frenar la identificación entre la situación de la ya ex presidenta de los populares madrileños y la de Mariano Rajoy, y para cortar así la presión contra el líder nacional.
Del Comité de Dirección, que presidió Rajoy, salió la decisión de centrar el mensaje en presentar como una decisión «personal» e «intransferible» la dimisión de Aguirre. El PP intenta cortar la corriente, alimentada por la política madrileña, que apunta a que los motivos por los que ella renuncia a la presidencia regional, el de fallar en su obligación de vigilar, son también reprochables a Rajoy. «Entonces no dirigiría nadie», señaló el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez- Maíllo.
Génova se quejó ayer de la política de ocultación de Aguirre, de que no les hubiera comunicado que Ignacio González había presentado su dimisión como secretario general del PP madrileño a través de una misiva con fecha 15 de enero, y «sellada» el 21 de enero. Buenas palabras para envolver la denuncia, pero el «golpe» lo dejaban dado. «Yo estuve en la Junta Directiva regional del día 22 y lo que allí se comentó es que estaba de viaje», explicó el responsable de Organización, señalando así, entre líneas, las «mentiras» de Aguirre.
Martínez-Maíllo comentó, asimismo, que «tiene gracia que Aguirre comunicara su decisión el día de San Valentín a las dos y media» y precisó que «lo comunicó» a la dirección nacional, pero no lo consultó. Y fue Rajoy quien después lo trasladó, una vez que Aguirre se lo comunicó a él. «La dirección del partido no tenía conocimiento de lo que iba a suceder, ni siquiera lo había hablado con sus vicesecretarios. Es su decisión, que como no ha consultado sólo podemos respetar», apostilló.
Mientras la dirección nacional insistía en trasladar el mensaje de que no caben comparaciones entre la situación de Aguirre y la de Rajoy, desde el entorno del presidente del Gobierno en funciones se negó que las dificultades y el clima en contra hagan tambalear sus posición política o su disposición a mantener su candidatura a La Moncloa si al final se repiten las elecciones generales. La cúpula popular cierra filas alrededor de Rajoy, y se quejan de que se esté orquestando todo una operación «de acoso y derribo» contra su líder nacional cuando es la «única alternativa de Gobierno moderado y sensato», y tiene, además, el apoyo mayoritario de los españoles en las urnas. «Parece que hay algunos que quieren cambiar con presiones de despacho lo que han decidido los españoles con su voto», argumentan en el equipo de confianza de Rajoy en Génova. Sin negar el daño y su preocupación por los casos de corrupción que les afectan, advierten de que hay una operación «anti democrática» por parte de otros partidos para deslegitimar al PP y «dinamitar» sus posibilidades de formar gobierno utilizando los casos de corrupción que afectan a sus siglas. En su defensa alegan que el partido con más casos de corrupción es «el PSOE, con 300».
Martínez-Maíllo argumentó ayer que «la responsabilidad in vigilando» de la que habla Aguirre es una «responsabilidad que ella asume personalmente porque lo estima conveniente y oportuno, y que podía haber asumido en cualquier momento». «Si se lleva al extremo esa argumentación nadie asumiría ningún tipo de responsabilidad», puntualizó.
Génova subraya, además, que han actuado, provocando ceses y dimisiones, y que han pedido también perdón por los casos de corrupción que les han afectado. «Los detenidos en Valencia nos duraron tres horas», incidió el vicesecretario de Organización. Antes de advertir a quienes plantean que la dimisión de Aguirre marca el camino a Rajoy que no cabe buscar «equiparaciones ni comparaciones de casos que no tienen nada que ver». En cuanto al futuro del PP valenciano, la comisión gestora se constituirá este viernes en una reunión de la Junta Directiva. Génova justifica sus actuaciones con el razonamiento de que ésta es una decisión «radical» que «demuestra el compromiso del PP en la lucha contra la corrupción y que demuestra que hay una línea indivisible que deja fuera del partido al que la cruza».
En esta coyuntura, aunque la principal presión se dirige hacia Rajoy, dentro del PP también son crecientes las voces que cuestionan el mandato de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, porque en función de su cargo tiene la autoridad y la legitimidad para administrar el día a día del partido. Rescatada como diputada nacional, tras perder la Presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha, en su partido le afean que «no haya sido capaz de anticiparse a los problemas ni de taponar ninguno de los agujeros internos».
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