Podemos
Iglesias monta un referéndum «a la griega» para acallar a las bases
Hará una votación sobre si Podemos debe pactar un frente de unidad popular
La presión social y mediática de los últimos días ha hecho que la cúpula de Podemos haya dado finalmente un paso en pos de la convergencia. Pablo Iglesias anunció ayer que serán las bases del partido quienes tengan la palabra final acerca de las posibles alianzas. Ello se hará a través de un referéndum. Pero se trata de un movimiento medido desde todos los ángulos por la dirección, ya que la pregunta a la que responderán los más de 375.000 inscritos en el partido acota la hipotética convergencia al plano autonómico, con lo que se rechaza de facto la posibilidad de que se decida sobre el camino de la formación a nivel estatal y, por ende, se deshecha, esta vez más allá de palabras, la propuesta del líder de IU, Alberto Garzón, de conformar un frente de izquierdas.
Los simpatizantes de Podemos ya pueden dar desde ayer y hasta la medianoche del próximo miércoles su visión sobre el asunto a través de la web del partido. Esto hace que la consulta coincida en tiempos con las primarias de las que saldrán los candidatos para las generales, y en las se da por anticipado la victoria del equipo conformado por Iglesias.
Pocos minutos después de que trascendiese la noticia en el mediodía de ayer, simpatizantes abrieron un debate en el foro público del que dispone el partido en internet, en el que muchos de ellos daban la bienvenida a la posibilidad de decidir, pero reprochaban a la dirección que no vaya a tener lugar una consulta similar para el plano nacional, así como las condiciones prefijadas en el texto con las que Podemos pretender preservar su marca en todo momento.
La pregunta plantea la posibilidad de convegencia, aunque no se detallan actores políticos concretos. Además, se pone como condición sine qua non que, en caso de establecer alianzas, la marca Podemos aparecerá en la papeleta en primer lugar frente a sus posibles socios.
La pregunta propuesta, además de ser excesivamente confusa, tiene un importante sesgo, ya que se somete a votación el planteamiento de la dirección, pero no da lugar a otras alternativas. El «sí» avala la estrategia de Iglesias y el «no» sirve tanto para aquellas personas que deseen una mayor confluencia como para las que sean partidarias de que la marca de Podemos concurra en solitario a los comicios.
Una jugada maestra de Iglesias con la que intenta mitigar las críticas que le reprochan un déficit democrático en este sentido y que, sea cual sea el resultado, le deja el camino libre para continuar con su estrategia. Pablo Simón, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid y editor del colectivo Politikon, asegura en declaraciones a este periódico que, tradicionalmente, cuando la cúpula de un partido lleva a cabo una consulta es porque sabe que su victoria está asegurada. «El caso planteado por Podemos es un claro ejemplo. Es una consulta que se ha hecho por sorpresa para que no se puedan coordinar los críticos y está diseñada para refrendar el liderazgo de la cúpula», señala. Además, el politólogo asevera que, en un referéndum, cuanto más clara y breve sea la pregunta, mejor; requisito que, a todas luces, no cumple la propuesta de Iglesias. Iglesias mueve ficha, pero no lo hace por iniciativa propia. Este movimiento político llega tras la creación de Ahora en Común –la marca nacida la semana pasada, respaldada por cargos de IU, Equo, Ahora Madrid e incluso personas pertenecientes a Podemos, que pretende emular las candidaturas de unidad popular a través de la creación de un frente de izquierdas– y cinco días después de que viese la luz un manifiesto firmado por 121 personas del mundo de la cultura que reclaman al líder de la formación morada la creación de una candidatura de unidad popular que concurra a las generales de finales de año.
No obstante, con este movimiento político el partido pone el foco en el plano territorial. Si el resultado de la consulta es favorable a la convergencia, las bases avalarían alianzas como las ya anunciadas en Cataluña, donde ICV y Podemos han logrado un acuerdo para concurrir juntos a las generales con el nombre de «Podemos-Cataluña sí se puede», el mismo que usarán en las catalanas. Se deja claro cuál es la unidad popular por la que apostará su partido, poniendo como base su sensibilidad plurinacional y la existencia de ecosistemas políticos diferentes en comunidades como Cataluña. «Es nuestra respuesta a la diversidad y a la pluralidad de territorios. España es un estado plurinacional y entendemos que hay que ser flexibles», explicó ayer el secretario político de la formación Íñigo Errejón. Asimismo, dijo que Podemos es el instrumento del cambio y que la convocatoria de la consulta a las bases no significa «un acuerdo de fuerzas de izquierdas como el que quieren los enemigos de Podemos». El secretario de Organización reconoció que pactos como el alcanzado en Cataluña son más que barajables en otras comunidades autónomas. A su juicio, el acuerdo será «muy natural» en lugares como la Comunidad Valenciana o Baleares, donde Podemos ya llegó a acuerdos con Compromis y MÉS, respectivamente, tras las elecciones autonómicas, y con los que desde entonces han mantenido conversaciones sobre «la cercanía programática» y «hay un canal de comunicación abierto».
Pregunta: «¿Aceptas que el Consejo Ciudadano de Podemos, en aras de seguir avanzando en la construcción de una candidatura popular y ciudadana, establezca acuerdos con distintos actores políticos y de la sociedad civil siempre que 1) los acuerdos se establezcan a escala territorial (nunca superior a la autonómica); 2) se mantengan siempre el logotipo y el nombre de Podemos en el primer lugar de la papeleta electoral incluso si eso implica concurrir a las elecciones generales en algunos territorios con fórmulas de alianza (Podemos-X)?».
✕
Accede a tu cuenta para comentar