Ceuta
Interior reconoce la imagen «dura» de las alambradas en Ceuta y Melilla, aunque las avala
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha reiterado hoy el carácter "disuasorio"de las concertinas en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, que no son "monumentos históricos"y deben ser "inexpugnables"para las mafias, aunque ha reconocido la imagen "dura"de estos elementos.
Tanto en su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado como después en declaraciones a los periodistas, Martínez ha insistido en que las concertinas ofrecen una "imagen que a nadie le gusta", pero son instrumentos de disuasión que ya se instalaron en 2005 con el Gobierno socialista.
Su objetivo, ha añadido, es que a los ojos de las mafias que pretenden traficar con seres humanos y "se aprovechan del drama de muchas personas, la frontera, que no es un monumento histórico, parezca inexpugnable y que no tenga puntos débiles".
Después de recordar que también estos elementos están instalados en las cárceles o en establecimientos militares, Martínez ha señalado que si se toma la decisión de retirar las concertinas, "se hará", pero a día de hoy siguen instaladas como elementos de disuasión y de defensa pasiva, que es la "finalidad que persiguen".
Martínez ha reiterado la obligación del Gobierno de defender los perímetros fronterizos para evitar "crisis humanitarias"si miles de inmigrantes penetrasen en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla "de manera descontrolada".
Preguntado por si el Ministerio del Interior está estudiando retirar las concertinas, ha recordado que la idea del perímetro fronterizo "no es una gran innovación", pero "si se toma la decisión de retirarlas, se hará".
Ya en la comisión, ha destacado la prioridad que la inmigración tiene para el ministerio y, de hecho, se ha reforzado el presupuesto en esta materia, a la par que la cooperación internacional con los países de origen.
"Hay imágenes y decisiones que no le gustan a nadie, pero es evidente que la imagen de una frontera a los ojos de las mafias que quieren franquearla tiene que ser de invulnerabilidad", ha apostillado.
La decisión de poner concertinas no gusta ahora ni tampoco, ha supuesto el secretario de Estado de Seguridad, en 2005, cuando se instalaron en Ceuta, donde se mantienen, como las que hay en la parte inferior de la valla de Melilla.
No pretenden hacer "daño", pero construir una frontera "no es hacer un monumento histórico-artístico"y para protegerla hay que tomar decisiones "nada fáciles"que, precisamente, "no son la parte más grata de la imagen de la lucha contra la inmigración irregular", ha añadido.
Con todo, Martínez ha pedido no quedarse con "la parte más desagradable", sino con el conjunto de medidas contra la inmigración irregular que son más efectivas en el corto y largo plazo.
Por su parte, el senador socialista Enrique Cascallana, ha mostrado su preocupación por el hecho de que Interior considere que las "cuchillas"no son peligrosas y ha pedido al Gobierno que no tome al resto de los ciudadanos como "retrasados mentales".
Cascallana ha abogado por una política más centrada en los países de origen de los inmigrantes, ha aventurado centros de internamiento de extranjeros, los CIE, "supermasificados"y ha advertido del incremento en el número de reclusos cuando se ponga en marcha el nuevo Código Penal.
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