Sucesos
Jordan, el exparamilitar rumano que explosionaba cajeros de Albacete con "madre de Satán"
La Guardia Civil detiene a 4 personas de una organización que robaba sucursales bancarias
A Jordan le importaba entre poco y nada que alguna familia saltase por los aires en las explosiones que provocaba para cometer sus robos. De origen rumano y con un pasado en grupos paramilitares balcánicos, tenía los suficientes conocimientos para desarrollar sin que le temblara el pulso cada paso del complicado proceso de fabricación del explosivo denominado TATP (triperóxido de triacetona), conocido como "madre de Satán"y que es muy utilizado en atentados terroristas de corte yihadista. Fue el empleado en los ataques de París y Bruselas o con el que los terroristas de Ripoll pretendían hacer volar Barcelona pero que finalmente les explotó a ellos mismos mientras lo preparaban en el chalé de Alcanar en agosto de 2017. Su elaboración es un proceso complejo, donde hay que controlar medidas y tiempos al milímetro. El resultado de cualquier error tiene como resultado el chalé de Alcanar: la explosión es tan potente que pulveriza paredes y cuerpos y a los investigadores les cuesta mucho determinar qué explosivo han utilizado.
Eso ocurría en los últimos robos a cajeros de bancos que estaban teniendo lugar en Castilla la Mancha y Valencia. Los agentes no sabían qué explosivo estaría utilizando aquella banda pero era lo más potente que habían visto nunca y los de Criminalística apenas podían determinar algún componente.
"Hasta ahora, cuando las bandas explotaban cajeros lo podían hacer por dos métodos: con gases (emplean bombonas) o con explosivos. Si usan explosivos suelen emplear derivados de pirotecnia pero no era este caso", explica el responsable de la operación, el teniente Fernando. "Aquí, al ver el daño que provocaba, veíamos que había algo raro", confiesa.
Los agentes temían que al siguiente golpe, la explosión pudiera acabar con la vida de alguien porque los daños en las viviendas colindantes con la sucursal han sido inmensos. De hecho, en alguna ocasión los bomberos ha tenido que ir a apuntalar un edificio y desalojar a los vecinos por prevención. Así, comenzó para los agentes de Delincuencia Organizada de la UCO una complicada investigación.
Mientras, Jordan, creía que lo tenía todo bajo control. Decidió adquirir los precursores necesarios para fabricar el explosivo en su país natal, Rumanía, donde vive y desde dónde salía a hacer un "tour"por Europa. Y es que, además de los robos contabilizados en España, los agentes sospechan que su firma está también detrás de otros similares en Alemania, Bélgica e Italia. Aquí contactó con un amigo que vive en España y comenzó su particular gira. Él solía llevarse al chaval que hacía las labores de vigilancia desde Rumanía. Elegían sucursales bancarias de pueblos manchegos que no contasen con cuartel de Guardia Civil ni cámaras cercanas (o eso creían ellos). También era importante (por su propia seguridad) que el banco estuviese situado a las afueras o cerca de un descampado para llegar y abandonar el lugar con rapidez y para que no les pillase la onda expansiva.
Su modus operandi era el siguiente. Tras estudiar el cajero a destruir, la mujer del amigo de Jordan (una pareja de rumanos que vive en España) les acercaba con el coche hasta un lugar cercano. Siempre actuaban de noche. Ellos tres iban caminando hasta el banco y, mientras el compinche que traía Jordan hacía la vigilancia, el amigo del cabecilla forzaba la ranura del cajero con una piqueta. Una vez hecho el hueco necesario, Jordan el experto maestro en "madre de Satán", introducía el explosivo mediante el sistema conocido como "paleta de pizzero"porque son dos palos unidos por una pieza artesanal enrollada con cinta, que contenía el TATP. De esa pieza central salía un cable de unos 10 metros que iba conectado a una simple batería de moto. Tras introducirlo, se alejaban del lugar y se parapetaban para evitar la onda expansiva. Una vez a salvo, activaban el artificio. Tras la explosión, cogían el botín y se iban por el descampado hasta la carretera cerca donde la mujer de antes les volvía a recoger. Pero la banda, que llevaba actuando desde octubre de 2018, ya estaba siendo vigilada. Así, su último golpe fue abortado por la Guardia Civil. Además de las cuatro detenciones(hay un quinto en busca), los agentes tuvieron la complicada tarea de retirar el explosivo sin saber aún de qué se trataba. Entonces fue clave la participación de un veterano experto del Servicio de Desactivación de Explosivos (Sedex). Cuando vieron lo que era, no daban crédito.
Era la primera vez que se decomisa este explosivo en España antes de que explosione. Los agentes han logrado intervenir 730 gramos de la peligrosa "Madre de Satán". Además del que tenían ya dentro del cajero, la tenían preparada en uno de las viviendas registradas, en Socuéllamos (Ciudad Real).
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