
Sumario de las "herriko-tabernas"
El juez procesa a Josu Ternera y apunta a su papel de "máximo dirigente" de ETA
Pedraz da el primer paso para enviarle al banquillo por delito de dirección de organización terrorista
El magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha procesado a José Antonio Urruticoechea Bengoechea, más conocido como 'Josu Ternera', por delito de dirección de organización terrorista en el marco de unas diligencias que se abrieron en 2002 por el caso de las 'herriko tabernas'.
En su auto, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 explica que se amplía el procesamiento contra Ternera a tenor de toda la documental intervenida por las autoridades francesas tras su detención el 16 de mayo de 2019. Según precisa, el registro de la cabaña-refugio de montaña en la que residía cerca de la localidad de Saint Gervais -Les Bains, ha aportado más datos sobre su papel de dirigente de la banda terrorista ETA.
Al respecto Pedraz razona que de la valoración conjunta de todos los elementos analizados se corrobora al menos de forma indiciaria la hipótesis incriminatoria que le sitúa como uno de los "máximos dirigentes" de ETA desde su huida de España en 2002 hasta su detención hace ahora seis años.
Reuniones con el Gobierno en nombre de ETA
"No de otro modo puede explicarse la posesión de documentos, cuya tenencia estaba únicamente al alcance del reducido y muy restringido número de integrantes de ETA, que han de considerarse como sus entonces dirigentes. No de otro modo puede entenderse que haya intervenido en nombre de la organización en las reuniones con representantes del gobierno de España. No se explica de otro modo, finamente, que fuera la persona llamada a anunciar en nombre de ETA su disolución", argumenta el magistrado.
El juzgado procesó a Ternera en 2005 pero la Sala de lo Penal revocó la conclusión de sumario el pasado mes de junio. Lo hizo a petición de Dignidad y Justicia y también de la Fiscalía que solicitó que se ampliara su procesamiento para atribuirle el nuevo delito. La decisión se tomó tras incorporar al sumario informes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil sobre el material informático intervenido por la Policía Judicial Francesa.
Del análisis de estos nuevos efectos intervenidos a Ternera, el juez concluye que "existen indicios plurales suficientes" para considerar que se ha producido un delito de dirección de organización o grupo terrorista del que resultaría responsable Josu Ternera. Precisamente la asociación que preside Daniel Portero expuso en su escrito que de todo el material que las autoridades francesas remitieron a España a través de comisión rogatoria destacan especialmente unos audios de voz y documentos que le sitúan como máximo dirigente de la banda terrorista.
Los audios clave de su cabaña
En concreto apuntó a unos archivos de voz que Ternera dirigió a sus hijos y a sus nietos y que sirvieron a la Guardia Civil para comparar pericialmente con comparecencias públicas suyas en el Parlamento vasco y también con su lectura del comunicado de 2018 con el que la banda terrorista anunció su disolución definitiva.
Del mismo modo, localizaron un documento denominado BKO (Comunicación Interna General) cuya redacción se atribuye a la dirección de la banda terrorista y una nota de abril de 2018 que atesoraba Ternera sobre indicaciones para incluir datos en el documento remitido a los militantes. "Se puede afirmar que José Antonio Urruticoechea, habría tenido en uno de sus dispositivos informáticos, un archivo borrado que contenía una serie de datos para que fueran incluidos en una comunicación interna de la organización terrorista ETA, en la cual se decidía el futuro y trayectoria elegida para la propia organización", reza el escrito de Dignidad y Justicia.
Finalmente, como tercera prueba clave localizaron un ejemplar del boletín interno de la banda terrorista (Zutabe) que recoge un balance de todos los atentados cometidos durante su vigencia. En concreto, reconoce haber perpetrado 2.606 acciones armadas en las que asesinaron a 758 personas. Como novedad asumía la autoría de dos atentados que no habían sido reivindicados hasta la fecha, relativos al asesinato de tres personas en Tolosa en 1981 a la que confundieron con policías y también la explosión en la cafetería de la calle Correo de Madrid en 1974 en la que perdieron la vida trece personas.
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