Ministerio de Defensa

La casa común

La Razón
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Celebramos hoy nuestra fiesta nacional, el día más señalado de nuestro país. Una fiesta en la que conmemoramos no sólo cuanto somos hoy, sino cuanto España ha vivido en sus más de quinientos años de historia común, cuantos personajes, con su entrega, su afán de progreso, e incluso su vida, han hecho de nosotros lo que hoy somos.

Coincide esta fecha, y no es casual, con la conmemoración del descubrimiento de América, el momento histórico a partir del cual España alcanzó las más altas cotas de grandeza, a través de la expansión física, geográfica, espiritual, saliendo de sí misma para mirar más allá. Hoy, esa expansión es distinta, pero global. Aquellos mimbres políticos se han tornado quinientos años después en alianzas que tratan con todos sus esfuerzos de que este sea un mundo de paz y estabilidad. La Unión Europea, la OTAN, la ONU, instituciones todas en las que nuestro país es hoy un actor principal, liderando operaciones, presidiendo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, acogiendo el mayor ejercicio de la OTAN en los últimos veinte años...

Ese cambio de la expansión geográfica a la política no ha mermado un ápice el hecho de que somos una gran nación, porque es en sus ciudadanos, en los españoles, donde reside la misma. En su unión, España se ha hecho fuerte, en sus ansias de futuro se ha repuesto de las grandes tragedias, crisis y guerras, en su inspiración se ha hecho un nombre en la cultura, las ciencias, el arte y, claro está, en las armas, en sus hombres de Milicia, protagonistas tantas veces en la historia de las mayores glorias de nuestro país.

Hoy, como ministro de Defensa, quiero tener un recuerdo especial por todos aquellos herederos de aquéllos que lucharon en los tercios, en Cartagena de Indias, en Lepanto, en Trafalgar, en Filipinas, y en tantos y tantos sitios que son Historia pura de España. Hoy, esos hombres, luciendo el uniforme de los ejércitos o la Armada, de la Guardia Civil, siguen contribuyendo a que nuestra historia sume más capítulos de singular importancia. Desde Irak hasta Mali, desde Turquía a la Antártida, y cada día en nuestra propia tierra, los soldados, marineros y guardias civiles cuya representación desfila hoy en Madrid hacen de nuestra vida un transcurrir seguro, libre y en paz. Su sacrificio es nuestro descanso. Por eso, como ministro, pero sobre todo como español, quiero darles las gracias.

Nuestros militares son sólo una parte de esa España nuestra que hoy conmemoramos. Una parte importante, un pilar de nuestra vida actual y un seguro de futuro. Son parte fundamental de una historia común inigualable, pero esta es la fiesta de cada español que quiere celebrar simple y llanamente que es español, que por sus venas corre tanto pasado como porvenir, que en su espíritu viven las ganas de seguir construyendo una casa común con mucho que aportar al mundo.

*Ministro de Defensa