Guardia Civil

La cercanía al servicio del ciudadano

Margarita Robles / Foto: Cipriano Pastrano
Margarita Robles / Foto: Cipriano Pastranolarazon

La Guardia Civil siempre ha tenido un claro espíritu de servicio, velando por la seguridad ciudadana desde la proximidad y cercanía con las personas. Ese espíritu de sacrificio ha sido su seña de identidad desde su nacimiento en 1844, cuando el II duque de Ahumada, Francisco Javier Girón y Ezpeleta, decidió crearla para acabar con la inseguridad que acechaba en los caminos tras la Guerra de la Independencia.

El Reglamento para el servicio de la Guardia Civil marcó claramente que el objeto primordial de la Institución sería «la conservación del orden público, la protección de las personas y las propiedades (...) y el auxilio que reclame la ejecución de las leyes», algo en lo que hoy sigue trabajando. Poco a poco, la Guardia Civil devolvió la normalidad a los pueblos del siglo XIX y permitió que la acción del Estado y el progreso pudiesen abrirse paso en aquellos difíciles tiempos y comenzase a llegar a los más débiles. La presencia de la tradicional pareja de guardias era suficiente entonces, como lo es ahora, para que el desasosiego del ciudadano en apuros se tornase en seguridad, tranquilidad y esperanza. Con el tiempo, la acción en el medio rural se extendió a poblaciones de mayor tamaño y sirvió de nexo de unión entre el mundo rural y el urbano, garantizando que la justicia, el orden y la ley llegasen a todos por igual, facilitando la cohesión de todo el país y la expansión de los nuevos estándares y avances sociales a poblaciones hasta entonces aisladas. En la actualidad, la Guardia Civil, o «Benemérita», como popularmente se la conoce, se ha convertido en todo un símbolo de modernidad.

Por sus academias de formación de Baeza y Valdemoro pasan anualmente miles de jóvenes, hombres y mujeres, que después se especializarán en tareas muy diversas, como la protección del medio ambiente, el rescate en montaña, el control y seguridad del tráfico, el orden público, la desactivación de artefactos o la lucha contra el terrorismo, entre otras muchas. Su misión principal es garantizar la protección de los ciudadanos frente a los actos delictivos que puedan amenazarlos, asegurar el cumplimiento de las leyes llevando ante la justicia a todo el que las incumpla, defender el libre ejercicio de los derechos y las libertades, y preservar la seguridad ciudadana. En este sentido, como le confiere el artículo 126 de la Constitución, también actúa, junto a la Policía Nacional, como policía judicial, auxiliando a los juzgados y tribunales y al Ministerio Fiscal en la averiguación de los delitos y en el descubrimiento y detención de delincuentes. Trabajo que realizan, como no podía ser de otra manera, al amparo de los principios y garantías procesales.

Tampoco le son ajenos los desafíos relacionados con las nuevas tecnologías, como los delitos informáticos, ni las necesidades surgidas en las últimas décadas, como la violencia de género, la lucha contra el tráfico de personas o la inmigración ilegal. También es un instrumento esencial para las misiones de paz en el exterior en las que participa España. Sus miembros actúan en apoyo directo a la Fuerza, en cometidos de policía militar, o en la función original del Instituto: llevar la ley y el orden allí donde no los hay. En la mayoría de escenarios de crisis en los que despliegan nuestras Fuerzas Armadas, el retorno a la normalidad pasa por consolidar unas fuerzas de seguridad locales eficaces, creíbles y legítimas, capaces de consolidar una paz y unas instituciones duraderas, algo en lo que la Benemérita tiene sobrada experiencia.

Son varios los ayuntamientos que en estas fechas homenajean a la Guardia Civil por su aniversario, sintiéndose agradecidos y en deuda por el trabajo de todos los héroes anónimos que velan por mantener el orden en sus municipios. La Guardia Civil ha sabido adaptarse a los cambios de la sociedad y se ha convertido, gracias al trabajo de sus hombres y mujeres, en un Cuerpo ejemplar, admirado, querido dentro y fuera de nuestras fronteras, comprometido y fi el a la sociedad a la que sirve, a sus principios y valores. Por todo ello, mis felicitaciones a los guardias civiles, a los que están y a los que estuvieron, a todos, porque lo dieron todo haciendo grande a la Benemérita.