Caso Nóos

La defensa de la Infanta pide su «merecida absolución»

«Los hechos desmontan la masa de prejuicios de Manos Limpias contra Doña Cristina», asegura el abogado de la Infanta

La infanta Cristina, a su llegada a la sede de la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP) de Palma, a la última sesión del juicio del caso Nóos
La infanta Cristina, a su llegada a la sede de la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP) de Palma, a la última sesión del juicio del caso Nóoslarazon

La defensa de la Infanta pide su absolución y advierte de que el sindicato Manos Limpias «necesita» la condena «para justificarse ante la opinión pública y preparar su defensa en la Audiencia Nacional».

El alegato final del abogado de la Infanta Cristina puso ayer el punto y final al juicio del “caso Nóos” tras más de cinco meses de vista oral repartidos en 61 sesiones, que se cerró con el silencio de los 17 procesados (ninguno ejerció su derecho a la última palabra) y con el “visto para sentencia” de la presidenta del tribunal, Samantha Romero.

En su informe, el letrado Pau Molins criticó con dureza a Manos Limpias y pidió la “merecida absolución” de la hermana del Rey, al insistir en que las pruebas practicadas en el juicio “han demostrado de manera arrolladora” su inocencia, “desmontando la masa de prejuicios” que, se quejó, han ido cayendo sobre ella en los últimos años.

El letrado cargó contra la acusación popular por el “espectáculo mediático que ha perseguido y conseguido día tras días durante años”. El sindicato reclama una condena de ocho años de cárcel para la hermana del Rey, “absolutamente desproporcionada”, se quejó, -en contra del criterio de la Fiscalía y de la Agencia Tributaria-, como supuesta cooperadora necesaria de los dos delitos fiscales que Hacienda atribuye al duque de Palma en 2007 y 2008, por tributar a través de Aizoon sus ingresos como asesor de varias empresas privadas, defraudando supuestamente 326.925 euros en ambos ejercicios. Para el abogado, la actuación del sindicato investigado por extorsión sólo obedece al interés de “hacer daño mediáticamente y en la opinión pública”.

De hecho, la defensa de Doña Cristina reclamó al tribunal que condene en costas a Manos Limpias por su “actitud notoriamente temeraria y de mala fe”. El comportamiento de su letrada durante el juicio sólo “levanta nuevas sospechas, y no son pocas ya, sobre la actuación de este autodenominado sindicato”, denunció el abogado del despacho de Miquel Roca en relación a la investigación por extorsión al responsable de Manos Limpias, Miguel Bernad, en prisión desde el pasado 18 de abril.

No fue la única alusión del letrado a la investigación de la Audiencia Nacional a Ausbanc y Manos Limpias. “Necesitan de la condena de la infanta para justificarse ante la opinión pública y preparar su defensa en la Audiencia Nacional”, advirtió a la Sala. Sólo así se entienden, añadió irónico, las denuncias de la letrada Virginia López Negrete sobre supuestas presiones, “lo cual viniendo de Manos Limpias parece una broma de mal gusto”.

Molins rechazó uno a uno todos los argumentos de la acusación popular para sustentar la acusación contra la Infanta por delito fiscal. Aizoon, explicó, jamás se creó como una “empresa pantalla” para defraudar a Hacienda. Se constituyó, recordó, en el año 2003, cuando el primer delito fiscal que se atribuye a Urdangarín “no se habría consumado hasta 2008”. La única intervención de la Infanta, aseguró, fue su participación en la creación de la compañía a instancias de su marido, en quien “confiaba plenamente”. Molins insistió en que fue Iñaki Urdagarín, como él mismo explicó al tribunal, quien se encargaba de la gestión de la empresa que compartía el matrimonio al 50%.

“A pesar de la enfermiza obsesión de Manos Limpias”, se quejó el abogado, además del de Urdangarín “numerosísimos e inequívocos testimonios” han avalado que la hermana del Rey no participó en la gestión de Aizoon. Desde los hermanos Marco Antonio, ex contable de Nóos, y Miguel Tejeiro, ex asesor fiscal -que “se libró de la acusación a cambio de convertirse en el principal testigo de cargo” de Manos Limpias contra la Infanta, y quien, sin embargo, la exculpó de la gestión de Aizoon “para desesperación” de la letrada del sindicato-, hasta la propia Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres; la entonces secretaria de Urdangarín, Julita Cuquerella; el ex secretario de las Infantas Carlos García Revenga y el notario Carlos Maciá.

La defensa de la Infanta hizo hincapié en que no existe “ni la más mínima sospecha” de que podía estar al corriente de las supuestas irregularidades tributarias cometidas por su marido a través de Aizoon. La tesis de Manos Limpias de que, por su formación universitaria, debía conocerlas, la tachó de “inverosímil”. Era madre de cuatro hijos de corta edad y asistía a más de cien actos oficiales al año como miembro de la Casa Real, recordó, además de prestar sus servicios ocasionales para una fundación de carácter internacional. “Tan intensa vida personal y profesional impedían a Doña Cristina estar al tanto”, aseguró. Aizoon “ocupaba un papel marginal en la vida de Doña Cristina, no por falta de interés, sino por falta de conocimientos técnicos y de tiempo material”, añadió.

“Sólo cuenta con unos conocimientos muy básicos sobre fiscalidad, que le impiden comprender temas complejos” de carácter tributario, hasta el punto de que nunca cumplimentó sus declaraciones tributarias, de las que se encargaba un asesor de la Casa Real.

Molins, que reprochó a Manos Limpias que haya “instrumentalizado” la causa “para sus propios intereses”, lamentó que el procesamiento de la hermana del Rey se haya convertido en “el primer caso de la historia de la Justicia española en que se sienta en el banquillo a un socio no administrador por un delito fiscal”.