Ofensiva abertzale

La Guardia Civil remite a la Audiencia un informe en el que iguala a Sortu con Batasuna

«Es una evolución de partidos ilegalizados de la izquierda abertzale por pura estrategia». En el congreso fundacional de la formación ya se justificó la actividad criminal de ETA

La Guardia Civil remite a la Audiencia un informe en el que iguala a Sortu con Batasuna
La Guardia Civil remite a la Audiencia un informe en el que iguala a Sortu con Batasunalarazon

«Es una evolución de partidos ilegalizados de la izquierda abertzale por pura estrategia». En el congreso fundacional de la formación ya se justificó la actividad criminal de ETA

MADRID-Al final, cuando le ha interesado, cuando han logrado una sentencia favorable del Tribunal de Estrasburgo sobre la «doctrina Parot»; después de haber disfrutado durante meses de una absoluta tolerancia fruto de su legalización por el Tribunal Constitucional, la llamada «izquierda abertzale» (Bildu, Amaiur y Sortu, entre otras organizaciones) se ha quitado la piel de cordero y ha enseñado su verdadera piel, que no es otra que ser una continuación de Herri Batasuna, Batasuna, Euskal Herritarrok y demás marcas utilizadas e ilegalizadas por ser el brazo político de ETA.

Así lo advertía la Guardia Civil en un informe enviado a la Audiencia Nacional, tras una petición expresa del Juzgado Central de Instrucción número 6 de dicha Audiencia.

El pasado día 18, el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, lo dijo con una claridad meridiana: la decisión que tomó la izquierda abertzale hace 35 años (el rechazo del marco constitucional, la no participación en las instituciones y el apoyo a la continuidad de la «lucha armada», actividades terroristas, de ETA) fue «acertada. «No estamos dispuestos a rechazar y revisar nada de aquello. Reivindicamos lo que fuimos y lo que somos, lo que hemos hecho y lo que hacemos, como no puede ser de otra manera», subrayó.

Tales afirmaciones han provocado el lógico revuelo entre la clase política vasca, en especial entre el PNV y el PSE, a los que tanto gusta el supuesto (y falso) buenismo de los proetarras, pero no se entiende en otras formaciones ya que Sortu, desde el día de su congreso fundacional –celebrado en Pamplona en febrero de este año–, dejó claro quiénes eran y cuáles eran sus objetivos estratégicos.

Político-militar

En el informe de la Guardia Civil, que tuvo entrada el pasado 10 de mayo en el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, se advertía con claridad que la «estrategia de la izquierda abertzale, denominada estrategia político militar, se caracterizaba por el empleo coordinado y simultáneo de actividades políticas y sociales de la izquierda abertzale con la actividad terrorista de ETA, siendo la actividad terrorista el eje fundamental de dicha estrategia, a la que se subordinaban las iniciativas políticas y sociales».

«Es en este contexto en el que hay que interpretar las palabras de Arnaldo Otegi (durante el citado congreso se leyó un mensaje de este individuo), cuando se pregunta si la única diferencia entre ambas estrategias es la lucha armada, referencia inequívoca a la actividad terrorista de ETA, no observándose en el mensaje ningún elemento autocrítico en el que se cuestione la ilegitimidad o ilicitud de la actividad terrorista de ETA o de las organizaciones de su entorno, que en todo momento han colaborado con la misma en su intento de conseguir sus objetivos empleando el terrorismo», subraya el informe.

En concreto, en el mensaje de Otegui, además de preguntarse: «¿Creemos que la única diferencia que hay con la estrategia anterior es la desaparición de la lucha armada?», señalaba que «es necesario poner en valor la constitución oficial de Sortu (...) como nuevo instrumento de lucha (...) lo hacemos tras una década de ilegalización, de persecución política, de condenas y encarcelamientos que aún hoy estamos padeciendo (...) Sortu nace en un estadio en el que aún sigue vigente la violencia de los Estados, esa violencia que constituye el origen del conflicto aún irresuelto».

Por lo tanto, según expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, a nadie pueden sorprender ahora las palabras de Hasier Arraiz, cuando en el acto fundacional del partido que preside, el auténtico cabecilla de la llamada «izquierda abertzale» –Otegi–, dejó muy claras las cosas, con respecto a no renegar del pasado, de la actividad terrorista de ETA. Otra cosa es que se haya preferido mirar hacia otro lado y ahora, tras la sentencia de Estrasburgo, el asunto del separatismo vasco de carácter radical se esté enconando y lleve camino de convertirse en el problema que siempre ha sido, y que algunos creían haber resuelto con legalizaciones y, ahora, excarcelaciones.

De las palabras de Otegui tampoco se pueden obviar las alusiones a sus condenas judiciales como integrantes de ETA u organizaciones subordinadas a la misma, subraya el informe de la Guardia Civil, «actividades que califica de "políticas", a la vez que señala de forma implícita al Estado como el causante del «conflicto político que ha originado la respuesta "armada"de ETA, equiparando consecuentemente la legítima actuación del Estado en su obligación de mantener la legalidad y libertad de los ciudadanos, con la actividad terrorista de ETA».

En sus conclusiones, el informe de la Benemérita subraya, en función de las intervenciones habidas, en especial la de Otegui, que Sortu es una evolución de los «partidos ilegalizados de la izquierda abertzale, fruto de un cambio de estrategia de la misma».

Además, en el congreso se leyó un comunicado del «colectivo» de presos de la banda en el que mostraba su apoyo a Sortu y pedía la «amnistía total».

El propio Hasier Arraiz mostró «su afecto a los familiares de presos de ETA invitados al congreso, a los que trasladó el apoyo de Sortu para los que están ingresados en prisión.

Por si faltaba algo, uno de los portavoces de la nueva formación, Pernando Barrena, calificó de «criminal» la política penitenciaria del Gobierno.