El desafío independentista
La independencia se desinfla en pleno «caso Pujol»
A tres meses de la consulta crecen cinco puntos quienes se oponen al secesionismo, según NC Report
Encuesta NC Report a tres meses del 9-N. Los catalanes partidarios del «no» a la secesión suben cinco puntos desde diciembre y alcanzan ya el 43,7%, frente al 39,7% que votaría «sí» en la consulta ilegal
La deriva independentista de Artur Mas está al borde del naufragio. No es sólo que no haya una amplia mayoría favorable a la aventura secesionista, sino que el tiempo corre en contra del presidente de la Generalitat, que según pasan los meses acrecienta el desgaste sobre su plan soberanista. Así se desprende de la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN, según la cual aumenta hasta el 43,7 por ciento el número de catalanes que rechazarían la independencia de Cataluña. El incremento de los partidarios del «no» se cifra en 0,8 puntos porcentuales respecto al mismo barómetro de abril de 2014, que marcó un 42,9%, y encadenaría una tendencia al alza de cinco puntos con relación al 38,8% que renegaban de la separación en diciembre de 2013.
Entonces, eran más –un 40%– los partidarios de la escisión, mientras que ahora cambia la querencia y quienes se oponen a la independencia aventajan en cuatro puntos a los secesionistas.
En este plano, se mantienen en el 39,7% los que contestarían doblemente «sí» a la hipotética pregunta de si quiere que Cataluña sea un Estado y, en ese caso, un Estado independiente, y registrarían un ligero repunte del 0,4% respecto a abril de 2014.
Donde también se aprecia una tendencia alzista es entre quienes rechazan que Cataluña se configure bajo la forma de Estado, un 35,9% de los encuestados. En el último barómetro crecen 0,3 puntos porcentuales respecto a los 35,6% de abril y un 3,7% en relación a los 32,2 por ciento de diciembre de 2013. Este porcentaje se acrecienta todavía más, hasta llegar al 43,7%, si a éstos les sumamos los que en la pregunta número dos responden «no» a la independencia –a pesar de decir «sí» al estado propio–. Éstos, quienes quieren que Cataluña sea un Estado pero no su independencia, también crecen cinco décimas, hasta el 7,8%. En definitiva, si hoy se realizase la consulta catalana, el 39,7% votaría a favor y el 43,7% en contra de la independencia, por lo que Artur Mas no se vería respaldado por la mayoría social aplastante que según él secunda sus planes separatistas.
La encuesta se ha elaborado en un contexto convulso en Cataluña. El acuciante desgaste al que ha sometido Mas al pueblo catalán se suma a los escándalos de corrupción destapados en el seno de la familia Pujol, que lastran y destapan la hipocresía del independentismo, y que ya eran públicos cuando se realizó el barómetro. Además, los encuestados expresaron su opinión sobre la consulta con el encuentro en ciernes entre Artur Mas y Mariano Rajoy, en el que el presidente del Gobierno reiteró su postura contraria al referéndum al considerarlo «ilegal». Una postura que también contó con el respaldo de la oposición y que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, estuvo de acuerdo en afirmar.
En cuanto a la disposición demográfica, el germen del independentismo arraiga entre los sectores más jóvenes, mientras que los de mayor edad optan mayoritariamente por oponerse a la independencia. Así, la horquilla de edad que abarca de los 18 a los 44 años es la más proclive a la separación y registran un aumento de su ánimo secesionista respecto al anterior barómetro. El 48,3 por ciento de los catalanes de entre 18 y 29 años darían una doble respuesta afirmativa en la consulta catalana, mientras que el 31,8% de ellos se opondría a la independencia. Por su parte, los encuestados entre 30 y 44 años también muestran como prioritaria la vía soberanista –con un 47,9%–, seguidos por el 38,2% que no concibe la separación de España como una alternativa.
Según se cumplen años, los ánimos secesionistas se aplacan. En el rango de edad entre 45 y 64 años se impone con un 49,5% el «no» a la independencia, por el 35,4% que se muestra favorable a la misma. Y entre los mayores de 65 años la tendencia se repite. El 49,4% no quiere la secesión, mientras que el 31,1% votaría doblemente «sí» en la consulta. Lo que también se aplaca según avanza la edad es el interés por la deriva soberanista de Artur Mas; cuanto mayor es el encuestado mayor es también la tasa de voto nulo o en blanco. Sin embargo, entre los más partidarios a la independencia, los jóvenes, es donde cunde mayoritariamente la desinformación, un 11,3% no sabe o no quiere contestar al respecto.
Vistos los datos, sin entrar a estudiarlos al detalle, podrían llevar a confusión. Una confusión con la que juegan a favor los secesionistas a escasos tres meses de la hipotética consulta. La lectura interesada de estos, podrían hacer ver es que el 49,3% quiere un estado independendiente, frente al 35,9% que se opone, y que un 80,5% está a favor de la independencia, por el ínfimo 15,9% que votaría que no. Nada más lejos de la realidad, su intención con la confusa doble pregunta sería obtener una amplia mayoría favorable al Estado propio, conscientes de la imposibilidad de independizarse.
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