Ceuta
La menor ceutí que quería sumarse a la Yihad se radicalizó en cuatro meses
La joven admite que estaba a punto de viajar a Irak junto a otras tres mujeres
La menor ceutí detenida el pasado sábado en Melilla cuando estaba preparando su traslado a Irak para convertirse en «muyahidin» ha ingresado ya en un centro de internamiento, a instancias de la Fiscalía, por orden del Juzgado Central de Menores de la Audiencia Nacional.
La menor ceutí detenida el pasado sábado en Melilla cuando estaba preparando su traslado a Irak para convertirse en «muyahidin» ha ingresado ya en un centro de internamiento, a instancias de la Fiscalía, por orden del Juzgado Central de Menores de la Audiencia Nacional. Su compañera, Fauzia Allal Mohamed, de 19 años y también de nacionalidad española, quedó ayer en libertad provisional tras declarar ante el juez Santiago Pedraz, que le impuso la obligación de comparecer semanalmente en el juzgado más cercano a su domicilio, en Melilla, y la prohibición de salir de España tras retirarle el pasaporte. Ambas están imputadas por un delito de integración en organización terrorista. La menor, de 14 años, reconoció que en el momento de ser arrestada tenía planeado desplazarse a Nador (Marruecos) dentro de «dos o tres días» para, desde allí, emprender viaje a Irak con el objetivo de sumarse a la Yihad (Guerra Santa) junto a otras tres jóvenes cuyos nombres facilitó, aunque no están aún identificadas, informaron fuentes jurídicas.
Según esas mismas fuentes, la menor de edad se empapó de la doctrina yihadista «en los últimos cuatro meses» a través, exclusivamente, de las redes sociales y foros radicales de internet. En ese intervalo, pasó de llevar una vida normal de estudiante a vestir el burka e imbuirse de las consignas yihadistas, de las que comenzó a impregnarse, según explicó al juez central de menores de la Audiencia y a la fiscal Blanca Rodríguez, «en la mezquita escuchando al imán».
Fue precisamente a través de Facebook como conoció a Fauzia y cuando su decisión estaba tomada hizo la maleta y, sin avisar a su familia, se trasladó a su domicilio en Melilla, desde donde tenía previsto comenzar su viaje. De darle las instrucciones para guiarla hasta Irak e integrarse en el grupo terrorista Estado Islámico se iba a encargar un «mahram», un tutor con el que llegó a entrevistarse. Según reconoció, llegó a arrepentirse momentáneamente y quiso dar marcha atrás, pero «no se lo permitieron», explicó, y siguió adelante con su plan. Fueron sus padres los que dieron la voz de alarma tras la desaparición de su hija, por lo que las primeras investigaciones estaban orientadas a un posible secuestro.
La adolescente, que se mostró «muy entera» durante su declaración ante el juez, no hizo referencia a la situación en Palestina como detonante de su decisión de enrolarse en la Guerra Santa, apuntaron las fuentes consultadas. Ahora, la menor deberá permanecer en un centro de internamiento de Madrid un máximo de seis meses, un tiempo en el que se someterá a estudios psicosociales para evaluar si mantiene su postulado yihadista. «Se trata de protegerla y de intentar distanciarla de ese adoctrinamiento», añaden.
La otra detenida, sin embargo, no reconoció los hechos y negó que fuera a acompañar a Irak a la menor con el mismo objetivo. La Policía trata de esclarecer si estaba ayudando a la menor, dándole cobertura, para que viajara hasta Irak o si ella misma también pretendía hacer la Yihad. La adolescente no implicó a Fauzia en su declaración.
Fuentes de la Audiencia Nacional expresaron su preocupación por «el impresionante caldo de cultivo yihadista que hay en Ceuta y Melilla», donde, aseguraron, «existe un foco de captación de gente joven por parte del islamismo radical».
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