Caso Bárcenas
La mujer de Bárcenas: «Temí por mi vida, por la de mi hijo y la de Victoria»
El asaltante del domicilio de Bárcenas les dijo que quería «derrocar al Gobierno»
Se ha hecho famoso en un instante. Su «mérito», asaltar la casa de Luis Bárcenas con la intención de robarle los pendrive, y usarlos para arrodillar al gobierno de Rajoy.
Se ha hecho famoso en un instante. Su «mérito», asaltar la casa de Luis Bárcenas con la intención de robarle los pendrive, y usarlos para arrodillar al gobierno de Rajoy. «Llegué a la casa del ex tesorero vestido de sacerdote. Toqué el timbre y me contestó la criada. Le dije que era el padre Enrique de Instituciones Penitenciarias. Que quería hablar con Dª Rosalía Iglesias», comenzó a explicarle el detenido al juez de instrucción. Le franquearon la entrada y consiguió reunir a la mujer del ex tesorero, a su hijo, Guillermo, y a Victoria, la asistenta, en el salón mientras les hablaba de religión. Sin embargo, algo le chocó a la esposa de Luis Bárcenas: «Me empezó a extrañar cuando me preguntó si había visto alguna vez borracho a Luis». Justo después, y mientras Rosalía negaba con rotundidad que su marido bebiese, Enrique, el asaltante, con la excusa de sacar una pastilla para la acidez de estómago metió la mano en el maletín y esgrimió una pistola. «¡Se ha acabado el teatro!», gritó mientras empuñaba el arma. «¡Entregadme los pendrive de Luis! ¡Quiero información para tumbar al Gobierno u os mato!», amenazó. La familia Bárcenas no daba crédito. Todos estaban paralizados. Enrique miró a Guillermo: «O me das la información o le doy un culatazo a tu madre y la duermo». El hijo le devolvió la mirada retador. El ladrón le obligó a arrojarse al suelo y juntar las manos a la espalda, momento que aprovechó para maniatarlo con unas bridas. «¡No te hagas el héroe o le pego un tiro a tu madre! He estado en la guerrilla y he matado a muchas personas. Tres más no me van a quitar el sueño», advirtió. A continuación los fue maniatando uno a uno.
La asistenta empezó a encontrarse mal. Enrique se apiadó de ella y le soltó las bridas. Colocó a Guillermo, Rosalía y a Victoria en fila india y los obligó a ir al despacho del ex tesorero. «El hijo de repente se abalanzó sobre mí», explica el detenido. Guillermo había logrado liberar las manos. Tiró al ladrón al suelo y empezó a sacudirle: «Me daba golpes y puñetazos. Solté la pistola. Él la cogió y se la dio a su madre. Me inmovilizaron hasta que llegó la Policía». Lo surrealista es que mientras esta violenta escena se producía en el interior del domicilio, el timbre de la puerta no dejaba de sonar. Eran el frutero y un individuo para entregar una citación judicial. A los dos les gritaron que volvieran otro día.
«No tenía intención de hacer daño a nadie», confesó Enrique al juez. ¿Cuál era el móvil del atraco entonces? ¿Qué interés tenía en hacerse con los discos duros de Luis Bárcenas? El propio Enrique se lo explicó a su Señoría: «No era un plan preconcebido. Nadie me contrató. Me tomé un trina sin gas cerca de la casa del Sr. Bárcenas y fui para allá. Quería los pendrives para llamar al gobierno y decirle a Rajoy que se dejara de tonterías. Pensaba pedir asilo en la embajada de Perú y luego obligar al Gobierno y a la oposición a arreglar la situación de los parados y la Sanidad». Al terminar la declaración, su abogado solicitó que se sometiera a Enrique a una pericial psiquiátrica. Él se revolvió. Miró a su letrado y exclamó: «¡Yo no estoy loco! Señoría, mándeme a la cárcel, la he hecho y la tengo que pagar». Y así fue. El magistrado lo envió a prisión provisional sin fianza. Antes de abandonar la sala comentó en voz alta: «Perdono al hijo de Luis Bárcenas. A mí me pasa lo mismo y le doy una paliza al atracador».
Rosalía, la mujer del ex tesorero del PP en su declaración aseguró: «En todo ese tiempo temí por mi vida, por la vida de mi hijo, por la de Victoria». Según relató en la declaración el asaltante se interesó por cuántos vivían en el domicilio familiar e incluso por los estudios de Guillermo. «Vivimos gracias a él» en referencia a su hijo. Cuando sacó la pistola les dijo que quería derrocar al Gobierno y si no le hacían caso decía que «nos mataría a todos». «No estaba loco, lo tenía todo planeado», declaró la mujer de Bárcenas.
El kit del asaltante de la familia Bárcenas
Se hizo pasar por funcionario de prisiones, reunió a los familiares en el comedor, abrió su maletín y sacó la pistola. En el kit con el que el asaltante de la familia Bárcenas entró en el domicilio llevaba una cajetilla de papel de fumar, limpiador de plata en crema, unas bridas con las que redujo por un tiempo a todos los que se encontraban en el domicilio, cinta asilante, pegamento superglú, unos guantes negros y un revólver de 1910 y bálas de otro calibre
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