Política

Casa Real

La trivialización mediática del Rey preocupa en Zarzuela

Sucesos anecdóticos, como la avería de la escalera del avión en Buenos Aires, tienden a eclipsar los beneficios de la Institución para el Estado y el hondo calado de la actividad internacional de Felipe VI.

Espaldarazo para los empresarios. El último viaje oficial llevó a Don Felipe y Doña Letizia a Argentina, en la imagen, donde su presencia ha supuesto un impulso al empresariado español radicado en el país suramericano
Espaldarazo para los empresarios. El último viaje oficial llevó a Don Felipe y Doña Letizia a Argentina, en la imagen, donde su presencia ha supuesto un impulso al empresariado español radicado en el país suramericanolarazon

Sucesos anecdóticos, como la avería de la escalera del avión en Buenos Aires, tienden a eclipsar los beneficios de la Institución para el Estado y el hondo calado de la actividad internacional de Felipe VI.

La escrupulosa neutralidad que Zarzuela mantiene en todo lo relacionado con el juego político entre partidos volverá a propiciar que la agenda nacional e internacional de los Reyes entre en un periodo de glaciación análogo al que tuvo lugar en 2016, el año de la legislatura fallida y de las cinco rondas de consultas para formar Gobierno.

Aunque todo parece indicar que 2019 no será tan problemático, la cierto es que la inminente campaña electoral, las elecciones legislativas, las municipales y autonómicas y todo el proceso de negociación entre partidos para pactar una investidura, las rondas de consultas en Zarzuela y, finalmente, la formación de Gobierno, hacen pensar en un periplo amplio en el que la actividad de los Reyes, señaladamente la internacional, quedará prácticamente en vía muerta hasta que Moncloa tenga nuevo inquilino o se confirme al actual.

Sin embargo, a este panorama para los próximos meses se junta un hecho más preocupante: fuentes consultados por LA RAZÓN confirman que en Zarzuela existe inquietud de que se esté produciendo cierta trivialización mediática de la figura del Rey, un ambiente en el que proliferan informaciones centradas en aspectos menores y anecdóticos de la actividad de Don Felipe y Doña Letizia y que pasa por encima los imponderables beneficios que la Institución aporta al Estado. Un ejemplo paradigmático de esto último es la reciente visita de los Reyes a Argentina, en la que el detalle de la avería en la pasarela eléctrica en el aeropuerto de Buenos Aires poco menos que eclipsó mediáticamente el fondo del viaje, que no fue otro que el espaldarazo del Rey a las empresas españolas que desarrollan su actividad en este país y la manera en la que la excelente relación de Felipe VI con el jefe de Estado argentino proporcionó un clima propicio para que estas compañías logren, precisamente, lo que más echan en falta en estos momentos tras años de «kirchnerismo»: seguridad jurídica.

«Yo no sabría cuantificar lo que conlleva la presencia del Rey en este tipo de encuentros», afirmaba –días después, ya de vuelta en Madrid–un emprendedor español presente en el foro presidido por Felipe VI en Buenos Aires para empresarios e innovadores españoles y argentinos en el área de los proyectos de tecnología e innovación organizado por COTEC con el apoyo de Telefónica. «Argentina está atravesando un momento complicado y nuestro sector, que necesita inversiones significativas, puede quedarse mutilado durante años debido a esta recesión. Que España organice cosas así es como una inyección de adrenalina en el corazón cuando te estas muriendo y mis colegas argentinos lo aprecian muchísimo. Y que además sea el Rey el que lo presida... es incalculable el beneficio, también moral», explicaba.

Rondas de consultas

Sin embargo, a pesar de la relevancia de este tipo de citas en la agenda del Rey, salvo en los medios especializados de los sectores afectados, el grueso de la cobertura mediática estuvo marcado por el problema en la escalera mecánica, el pequeño accidente entre el avión que desplazó al Monarca a Argentina con el Tango 04 presidencial en las maniobras de posicionamiento en pista y, como si existiera una especie de maldición protocolaria, la estrepitosa caída, a causa del viento, de las banderas de Argentina y Mercosur (mientras las de España y la de la UE se mantenían en pie) durante la entrada de Felipe VI y Macri en el palacio de San Martín para celebrar un desayuno de trabajo para fomentar las relaciones económicas bilaterales.

«Es imposible adelantarse a este tipo de sucesos», explica un veterano experto en comunicación política que asesoró a Zarzuela en el pasado a gestionar episodios previos a la proclamación del actual Monarca. «Lo que sí se puede hacer es transmitir con más eficacia los aspectos positivos y, en este sentido, es indispensable que la actividad sea densa y continuada algo que va a ser difícil en lo que queda de 2019».

Esta preocupación se ve incrementada de cara a los meses que vienen y, en especial, en vista a las rondas de consultas, tradicionalmente utilizadas como excusa para que los partidos republicanos redoblen sus críticas a la Institución.

Sea como fuere, en Zarzuela creen que el balance es muy positivo desde el año 2014 a nuestros días en lo que respecta a la imagen de la Institución en la sociedad, a pesar de los retos a los que se tuvo que hacer frente en los últimos meses debido a la turbulenta situación en Cataluña y al vacío institucional en 2016 por la imposibilidad de formar Gobierno.