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Sánchez lanza una oferta a Podemos que amenaza el apoyo de Rivera

Presenta cinco documentos a Podemos, las confluencias e IU en los que rectifica lo firmado con C’S hace una semana

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), junto a la presidenta, Micaela Navarro (i), y el secretario de Organización, César Luena (d), al inicio del Comité Federal.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), junto a la presidenta, Micaela Navarro (i), y el secretario de Organización, César Luena (d), al inicio del Comité Federal.larazon

Un acuerdo «valiente» y «coherente» con el rubricado con Ciudadanos, que «vaya mucho más allá» en políticas sociales y laborales.

A escasas 24 horas de subirse a la tribuna del Congreso de los Diputados para pronunciar su discurso de investidura, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, dio ayer un golpe de efecto a las enconadas negociaciones con el bloque de izquierdas. Ante el Comité Federal, cuando parecía que ya estaba abocado a un pleno fallido y contaba las horas para ser el primer candidato de la historia en errar en su intento de ser presidente, el líder socialista se sacó de la manga un repóquer de ofertas programáticas para las cinco «fuerzas del cambio» –Podemos, En Comú, Compromís, En Marea e IU-Unidad Popular– que aspira que se sumen a su pacto con Ciudadanos para hacer realidad su ambición de conquistar La Moncloa. Una esperanza que, por otro lado, no parece recíproca.

La presión a Garzón, Iglesias y las confluencias que se esperaba que palpitase en el discurso que hoy pronunciará el candidato, llegó por anticipado en forma de cinco documentos diferenciados, acordes a las reivindicaciones y los avances negociadores alcanzados con cada formación. Una forma de disgregar a las confluencias de la disciplina de voto unitaria de Podemos, para abonar la fractura y las presiones internas a Iglesias para aceptar el acuerdo. La estrategia de Sánchez es trasladar la responsabilidad de su fracaso a aquellos partidos que han preferido «perpetuar a Mariano Rajoy» antes que propiciar un gobierno de cambio. «Será Podemos quien tenga que decidir entre hacer presidente a un socialista o permitir que Mariano Rajoy siga en La Moncloa», señalan. Para ello, Sánchez se pertrechó de un acuerdo «valiente» y «coherente» con el rubricado con Ciudadanos, pero que a su vez «va mucho más allá, en aquellas acciones y políticas que merecen los españoles». En concreto, las materias sobre las que el PSOE quiere ser mas exhaustivo en sus negociaciones son: un plan de emergencia social, reforzar el mercado y los derechos laborales, la lucha contra el cambio climático, la igualdad de trato y oportunidades, la regeneración democrática y el reconocimiento de una política de asilo para los refugiados. De estas ofertas, no se ha hecho partícipe ni a los nacionalistas vascos del PNV ni a Coalición Canaria, con los que el PSOE también había emprendido negociaciones.

Esta última bala para sentar de nuevo a la mesa a los componentes de la negociación a cuatro no ha surtido ningún efecto, por el momento. «Es una lástima, pero no hay intención sincera de sentarse a valorar el documento ni a negociar», lamentó ayer el portavoz del PSOE, Antonio Hernando. El partido intenta a la desesperada que las conversaciones se retomen antes de la segunda votación de Sánchez, para lo cual cuentan con apenas cuatro días de margen. «Queremos reunirnos antes del 6 de marzo», decía Hernando en respuesta a los partidos que ya les han emplazado a verse tras el fracaso de la investidura. De llegar a un acuerdo «in extremis» con ellos, el pacto no pasaría el filtro del Comité Federal ni de los militantes, que ya le dieron el sábado un ambiguo respaldo a todas las alianzas que logre forjar su candidato para impulsar el Gobierno progresista y reformista que ambiciona.

Aunque Sánchez se ha comprometido a que los acuerdos sean compatibles con Ciudadanos, en la redacción del documento se aprecian guiños léxicos explícitos a las formaciones de izquierda. Se retoma el «impulso derogador» del PSOE en asuntos como la Ley de Seguridad Ciudadana y la Lomce, cuyo tratamiento se había suavizado sobremanera en el texto rubricado con Albert Rivera, contrario a su supresión radical. Lo que en este acuerdo se «revisaba» o «paralizaba», ahora directamente se deroga. Un gesto que tampoco ha parecido convencer a las formaciones de izquierda – que consideran que la propuesta es un «corta y pega» del pacto con C’s– y que podría hacer peligrar el voto positivo de los 40 diputados ciudadanos, el único apoyo que Sánchez ha conseguido cosechar hasta ahora. El líder socialista reconoció que C’s y el PSOE son dos partidos «con ideologías y programas diferentes» pero que aunque habrá quien no esté de acuerdo con el pacto, «la peor de las medidas que recoge es mucho mejor que mantener a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno dos meses más», destacó.

El líder socialista considera que su partido ha hecho «lo correcto» al asumir la responsabilidad de someterse a una investidura de resultado incierto, aunque «sólo sea por poner en marcha el reloj de la democracia –que es lo más importante– merecerá la pena dar el paso», consideró. Sánchez lanza así una oferta in extremis a las fuerzas de izquierda imprescindibles para su investidura, mientras hace peligrar el salvavidas de Ciudadanos. «Por nosotros no va a ser, no me resigno a que las fuerzas del cambio no sumen y no cambien el Gobierno. Renuncio a que España siga en funciones», concluyó.