Terrorismo yihadista

La «X» oculta de los atentados

Los expertos alertan de que en Europa hay «dinamizadores» del Estado Islámico que contactan y preparan a yihadistas dispuestos a formar células como la que creó el imán de Ripoll.

Abu Bakr al-Baghdadi y Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll
Abu Bakr al-Baghdadi y Abdelbaki es Satty, el imán de Ripolllarazon

Los expertos alertan de que en Europa hay «dinamizadores» del Estado Islámico que contactan y preparan a yihadistas dispuestos a formar células como la que creó el imán de Ripoll.

¿Fue una célula que se autoadoctrinó o dependía de un responsable, en Europa o Siria, que les dinamizaba y que les marcó los objetivos? Es uno de los secretos que se llevaron a la tumba los miembros del grupo criminal de Daesh que cometió los atentados de Barcelona y Cambrils. Al margen de teorías «conspiranoides», como lamentablemente ocurrió con el 11-M, la investigación realizada por los Mossos d'Esquadra, con apoyo de las otras Fuerzas de Seguridad y los Servicios de Inteligencia, ha dejado pocos cabos sin atar.

En las pesquisas realizadas no ha aparecido la figura del dinamizador, entre otras cosas porque el que podría ser su enlace, el imán de Ripoll, murió en la explosión de Alcanar.

Fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN mantienen la teoría de que la orden para cometer el atentado partió de Siria, como ya ocurrió con las acciones criminales perpetradas en París o Bruselas.

El ataque que se pretendía cometer era de tal magnitud que, casi con toda seguridad, respondía a un premeditado plan de Daesh y, en concreto, de sus cabecillas. Parece poco probable que respondiera a la «ocurrencia» de un individuo con tan poca relevancia yihadista como Satty, por mucha que fuera su capacidad para captar a los miembros de la célula.

Las actuaciones de los terroristas demostraban que se les había entrenado para mantener una serie de medidas de seguridad (evitaban las comunicaciones telefónicas entre ellos), mantener una vida más o menos «normal» en las zonas en las que vivían y no mostrar en ningún momento el radicalismo y odio que llevaban dentro.

Bien adiestrados

Sabían lo que hacían, por qué lo hacían, el daño que iban a ocasionar, a quién beneficiaban y a quién perjudicaban. Y, sobre todo, la manera de proceder para acometer los atentados.

Pensar que el imán de Ripoll y sus directos colaboradores, por más que se hayan confeccionado organigramas con atribución de funciones, habían montado todo el «tinglado» sin las instrucciones de terceros, con mucha más experiencia que él, es una teoría que cuesta creer. El nivel de adoctrinamiento de los miembros de la célula era muy alto, como se demuestra por el contenido de las conversaciones mantenidas entre ellos, que, y éste es un dato importante, insistían que obedecían las órdenes de Bagdhadi y del que fuera portavoz de Daesh y jefe de operaciones, Amu Mohamed Adnani, neutralizado por una bomba lanzada desde un dron.

Los que se hacían llamar «los moujahidines de Ripoll» decían, entre otras cosas, lo siguiente:

–«La vida no nos importa nada, Alá alabado sea, nos ha elegido entre millones de hombres para haceros llorar sangre. con el permiso de Alá, alabado sea».

–«Alá, alabado es, nos ha prometido el paraíso y a vosotros os ha prometido el infierno. Enemigos de Alá, esperad. Os vais a arrepentir de haber nacido, sobre todo vosotros, Mossos de Esquadra. Mal nacidos Cabrones. Os estáis metiendo en un berenjenal, ja ja, no sabéis donde os habéis puesto. Con la ayuda divina, vamos a hacer vencer nuestra religión, nuestra creencia y vamos a destrozar a nuestros enemigos con el permiso de Alá todopoderoso».

–«Dios quiere esto y nos abrirá las puertas de los Jardines del Edén. Esto no cuesta nada, lo único que te hace falta es la fe. Creer en Alá y tener... tener un odio a estos kuffar (infieles), odio exagerado, sin esto no se puede conseguir esto (..). Alá cumple su promesa, tal y como han dicho Bagdhadi y Adnani».

Las frases son las mismas que utilizaba habitualmente el que fuera portavoz de Daesh y los terroristas señalan que responde a las órdenes del «califa» Bagdhadi. ¿Quién se lo había dicho? ¿El imán de Ripoll? ¿Por qué utilizó este argumento? Los expertos sospechan que no hizo otra cosa que transmitir lo que a él le habían comunicado terceras personas, que fueron las que le encargaron la preparar los planes de los atentados. Además, está el sentido de «guerra religiosa» que daban a lo que eran unos actos criminales; y lo hacían porque los cabecillas de Daesh así se lo transmitían.

Intento de ataque en París

El viaje que varios miembros de la célula realizaron a París, días antes de los atentados del año pasado en Cataluña, con la intención de preparar una acción criminal en los alrededores de la Torre Eiffel, demuestra que el grupo tenía misiones «internacionales».

Un «comando» que iba a operar, al menos, en dos países europeos... ¿También como consecuencia de un autoadoctrinamiento y gestión y sin la dirección de dinamizadores de Daesh?

Es poco creíble. Precisamente, a raíz de los atentados de la capital francesa, en noviembre del año 2015, se supo que algunos de los autores tenían en su poder un número de teléfono de «alguien» en Europa con el que, según las circunstancias, debían ponerse en contacto. Este dato se conoció gracias a que algunos de los yihadistas de la propia célula habían entrado camuflados como inmigrantes en pateras o embarcaciones similares.

La figura de un «misterioso» coordinador o coordinadores de Daesh en Europa ha aparecido en varios atentados cometidos en el continente, sin que los investigadores hayan podido obtener, a día de hoy, alguna pista que permita detener a este individuo.

Los datos conocidos sobre la preparación de los atentados de Cataluña hacen sospechar en la posible intervención de ese coordinador que, en contacto con Siria, sería el encargado de dinamizar diversas células terroristas y transmitir todas las instrucciones al imán de Ripoll.

A día de hoy, aún se investigan determinados viajes de los yihadistas con destino a Europa y Marruecos, por los contactos que pudieran tener