Las Infantas Elena y Cristina no asistirán a la proclamación de Felipe VI

A nueve días de la inminente proclamación de Felipe VI, y con las asistencias a la ceremonia todavía por confirmar, este periódico ha podido saber por fuentes cercanas a la Familia Real que ni la Infanta Elena ni la Infanta Cristina asistirán a la ceremonia en la que su hermano será proclamado Rey. Hay que recordar que ésta es una circunstancia ya repetida en la anterior proclamación del actual Monarca: las hermanas de Don Juan Carlos tampoco estuvieron presentes en el solemne acto.

Con la intención de focalizar el acto en el «núcleo duro», la línea directa de sucesión estará representada con la presencia de la Infanta Leonor –que en cuanto su padre sea proclamado Rey pasará a ser la Princesa de Asturias–, que acudirá junto con su hermana menor, la Infanta Sofía. A día de hoy la asistencia de los Reyes está por confirmar.

El presidente del Congreso, Jesús Posada, no desveló ayer la incógnita: «Como es lógico, son los Reyes los que tienen la última palabra», aseguró. Esto ha provocado diversas teorías especulativas, desde que el motivo de su ausencia estaría justificado porque le quitaría protagonismo a su hijo, hasta el hecho de que Don Juan tampoco estuvo presente en la proclamación de su hijo, Don Juan Carlos, algo que no tiene mucho fundamento teniendo en cuenta que no era Rey y, además, se encontraba en el exilio. Tampoco está previsto que asistan las hermanas de Don Juan Carlos, Doña Pilar y Doña Margarita, ni sus hijos, así como tampoco la familia de Doña Letizia.

Desde el «lado» político los ex presidentes del Gobierno José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González confirmaron su asistencia, y si por parte del Gobierno todavía no se ha anunciado, contará con el Ejecutivo al pleno, presidentes autonómicos y altas autoridades.

Tal y como informó Zarzuela en un reciente briefing con periodistas, será un acto sin grandes fastos, en el que no se celebrará una misa –a diferencia de la proclamación de Don Juan Carlos en 1975– al que no se ha invitado a otros Jefes de Estado ni a miembros de otras Casas Reales. Una ceremonia austera, en la que el ya Felipe VI jurará la Constitución y su reinado y pronunciará un discurso «de fondo», según la Casa Real, en el que se definirán las líneas principales de su Jefatura de Estado.

Mientras tanto, están en marcha los preparativos de cara a la ceremonia. Así, los servicios de protocolo de Zarzuela, Moncloa y las Cortes Generales celebraron ayer una reunión en el Congreso de los Diputados con este fin. Una veintena de personas de las tres instituciones se dieron cita en dependencias parlamentarias para comenzar a organizar la ceremonia de la proclamación. De hecho, las tres delegaciones recorrieron algunas estancias del Palacio de la Carrera de San Jerónimo e incluso se llegó a abrir durante escasos minutos la Puerta de los Leones, lo que sólo se hace cuando los Reyes acuden a la Cámara y en las Jornadas de Puertas Abiertas del Congreso.

Asimismo, los miembros de la Guardia Real –a quienes se ha recordado su compromismo de confidencialidad con el Rey– ensayaron sus movimientos de cara a la jornada de la proclamación.

Un día en que los símbolos de la Monarquía, la corona y el cetro, ambos de plata, saldrán de la cámara acorazada del Palacio Real donde se conservan, para la ceremonia. El día anterior el Rey habrá sancionado la renuncia al Trono en un acto en el Palacio Real, e inmediatamente que se publique en el BOE el Príncipe de Asturias pasará a ser automáticamente el Rey de España: Felipe VI.

Para garantizar la seguridad, la Policía movilizará a 38 grupos de las UIP, lo que supone una cifra de 1.900 agentes desplegados desde el día 16 hasta el día 20.