AVT
Las víctimas piden «firmeza» al Gobierno y le advierten de que «tome precauciones»
«No me extrañaría que estos asesinos volviesen a las andadas», «se trata de una amenaza seria», «ahora tienen la fuerza suficiente para actuar»... Así interpretan las víctimas del terrorismo la advertencia que ETA lanza en su último comunicado. El mismo en que deja caer que habrá «consecuencias negativas» si el Gobierno no les da lo que exigen. «Un asesino va hasta las últimas consecuencias», apuntaba la presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, y, lamentablemente, «ahora tienen más dinero y más información» (en clara alusión a la presencia de Bildu y Amaiur en las instituciones). A su juicio, hay que tomarse muy en serio el desafío de la banda, ya que «asesinar les sale gratis» y les da igual «matar a uno que a cien».
Y, pese a que todas las víctimas aseguran que era algo que «se esperaban», esa advertencia no les ha gustado nada. «Es una amenaza de ETA al Estado de Derecho» y un «paripé que montan para meter a su gente en las instituciones», señalaba el presidente de la asociación Dignidad y Justicia (DyJ), Daniel Portero. Y, si bien admite que los terroristas estarían preparados para cometer un atentado, no descarta que su intención fuese «dar un susto para demostrar que siguen vivos y alentar a los presos de la banda». Es por todo ello por lo que el Gobierno «debe tomar todas las precauciones posibles y seguir en la misma línea» o, lo que es lo mismo, «no negociar», matizó Portero.
También desde la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (Acvot), su presidente, José Vargas, avisa de que «hay que tener cuidado con estos asesinos, ya que nunca sabes cómo van a actuar».
En definitiva, lo que las víctimas piden ahora al Gobierno es «firmeza» para «no ceder al chantaje» y, según matizó Pedraza, que no «conceda el tercer grado a los terroristas ni permita que sigan en las instituciones».
El único comunicado válido, a juicio de Vargas, es aquel en el que «ETA anuncie su disolución y diga que los etarras se entregan a la Justicia». Pero el presidente de DyJ va más allá al aseverar que «ahora más que nunca, el Estado debe disolver la banda, ya que ellos no lo hacen». El clamor de las víctimas es unánime: «Queremos un final sin impunidad».
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