Limitación gradual de incompatibilidades

Génova seguía ayer negociando para cerrar un acuerdo sobre la acumulación de cargos

La dirección del PP ha apostado por apurar las últimas horas para negociar las enmiendas más polémicas antes de las votaciones que esta tarde y el sábado se celebrarán en los debates de las ponencias elevadas al Congreso del PP. Entre ellas está la decena de enmiendas que siguen vivas sobre la acumulación de cargos, una cuestión muy delicada porque inevitablemente ha colocado todo el foco en la figura de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que también ejerce de secretaria general y presidenta regional del partido, a la vez que ministra. El debate sobre la conveniencia de la continuidad de Cospedal ha ocupado el prólogo de un cónclave en el que Rajoy no ha tenido que lidiar con obstáculos.

Ayer por la tarde el dirigente madrileño Íñigo Henríquez de Luna, mano derecha de Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento de Madrid, hizo público un comunicado en el que aseguró haber cerrado un acuerdo sobre la acumulación de cargos con el vicesecretario de Organización y responsable de la ponencia de Estatutos, Fernando Martínez-Maillo. Los Estatutos son las normas internas que regirán al PP hasta el próximo cónclave.

Pero Génova reaccionó inmediatamente para precisar que la negociación no estaba cerrada y explicar que se están negociando al mismo tiempo varias enmiendas con el objetivo de consensuar un texto que incluir en la ponencia. El texto que, según Henríquez de Luna, se había consensuado habla de «promover» una «gradual separación y limitación en la acumulación de cargos institucionales de gobierno y orgánicos del partido».Esta literalidad no plantea una prohibición explícita, sino una declaración de intenciones, pero resta sentido a la posibilidad de que Cospedal mantenga su cargo como «número dos» al mismo tiempo que es ministra y presidenta regional. Los ponentes han estado condicionados por este contexto en su negociación. Por otra parte, las enmiendas sobre maternidad subrogada se votarán finalmente en el Congreso. Génova prevé que todas las que son más polémicas, si no hay acuerdo, sean derrotadas en votación.