El desafío independentista
Limpieza exprés del disidente en el colegio de Tarrasa
Menos de doce horas estuvieron colgados en la puerta del colegio de Tarrasa los dibujos de apoyo a la niña cuya madre denunció que la profesora la había agredido por pintar la bandera de España en un trabajo.
Menos de doce horas estuvieron colgados en la puerta del colegio de Tarrasa los dibujos de apoyo a la niña cuya madre denunció que la profesora la había agredido por pintar la bandera de España en un trabajo.
La escuela pública Font de l’Alba de Terrassa –tercera ciudad de Cataluña, feudo del PSC hasta que su alcalde, Jordi Ballart, rompió el carnet del partido por la aplicación del 155– ha sido noticia esta semana por el caso de la «niña de la bandera», la alumna de 10 años cuya familia ha denunciado la supuesta agresión de una profesora tras dibujar una «rojigualda» en el álbum de fin de curso bajo el lema «Viva España». Pero, ¿cómo ha reaccionado el entorno?
El jueves, y tras una convocatoria espontánea a través de las redes sociales, numerosos vecinos del barrio se movilizaron y acudieron a las 20 horas a las puertas del colegio con dibujos de la bandera de España. El resultado fue una especie de mural con todos los mensajes colgados en una de las dos puertas del centro. «Fue un acto muy bonito, muy sentido, no estaba convocado y había personas de todas las edades», explica a este diario uno de los presentes. «Sin embargo, no había ningún representante público», subraya la misma fuente.
«Alrededor de las 22 horas aún quedaba gente en los alrededores y los dibujos seguían allí», corrobora. Al día siguiente, sin embargo, el mural había sido retirado: a primera hora de la mañana del viernes, último día de colegio antes de las vacaciones, no quedaba ni rastro de ninguno de los carteles. Desde el colegio evitan hacer declaraciones y aseguran que el caso está en manos de los Servicios Territoriales de Educación de la Generalitat, que ha abierto expediente a la profesora pero no ve «maltrato» ni «motivación ideológica» en el caso.
El responsable del departamento en la zona es Jesús Viñas, un veterano dirigente de ERC en el cargo desde 2018 y en cuyas oficinas colgaban varios lazos amarillos hasta la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirarlos. «Es evidente que la nota [de Enseñanza] trata de devaluar unos hechos gravísimos y condicionar la opinión pública», asegura la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB). «La docente, el responsable de los Servicios Territoriales del Vallès Occidental y Bargalló [el consejero de la Generalitat] son independentistas. Y «hacen gala de ello». «La profesora luce lazos amarillos y hace proclamas a favor de la independencia de Cataluña en clase», añade la entidad en un comunicado difundido ayer a través de las redes sociales y en el que denuncia la actitud «hipanofóbica» del Departamento de Enseñanza tras dar «carpetazo» al caso.
Por su parte, la familia de la niña se desmarca de la concentración de apoyo del jueves y de cualquier otra iniciativa, y evita hacer declaraciones públicas tras denunciar el caso ante los Mossos d’Esquadra y ponerlo en manos de abogados.
Este caso contrasta con los hechos denunciados por Ciudadanos hace ya medio año, a finales de 2018, sobre lo acontecido en la mismo escenario, la escuela Font de l’Alba. El partido naranja alertó a finales del año pasado a la Síndica de Greuges de la localidad (la defensora del pueblo) de que en patio del colegio se penalizaba a aquellos alumnos que hablaban en castellano). «Se lleva a cabo una práctica consistente en sancionar a los niños que usan la lengua española en el patio. Dicha sanción consiste en una bolsa de puntos que la clase, en su conjunto, pierde cuando los alumnos de esa clase son descubiertos hablando español en el patio», señalaba el informe aportado por el grupo municipal de Ciudadanos en Terrassa con fecha de 21 de noviembre de 2018.
En dicho documento, que presentaron tanto a la Síndica como a la comisionada de Educación en el Ayuntamiento de Terrassa posteriormente, también constaba que «los profesores se negaron a utilizar la lengua española en la reunión de inicio de curso 2018-19, alegando que es una normativa de la escuela por la que las comunicaciones deben ser únicamente en catalán, a pesar de la petición que formularon diversas familias el día de la reunión».
«No tenemos la impresión de que sea un colegio ideologizado, sí que puede haber algún caso que el centro no ha sabido frenar», señalan desde la formación a nivel local. Un caso que vuelve a poner el foco en la escuela pública catalana tras las acusaciones de «adoctrinamiento» derivadas del 1-O y la escalada de tensión por el «procés».
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