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López, Trevijano y Díez-Picazo, en las quinielas

La Razón
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Mutismo total en el Gobierno sobre los dos magistrados para el TC que designará hoy el Consejo de Ministros y que ocuparán las vacantes de Pablo Pérez-Tremps y Manuel Aragón, quienes fueron designados hace ahora nueve años por el Ejecutivo de Zapatero.

Ni un solo nombre se ha filtrado desde las cercanías del Palacio de la Moncloa. «Es una cuestión presidencial de la que sólo puede hablar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, señalaban a este periódico fuentes próximas a Moncloa.

Pese a ese silencio, el nombre del magistrado de la Audiencia Nacional Enrique López sigue entre los «favoritos» para ser uno de los dos designados. No hay que olvidar que la anterior renovación correspondiente al tercio del Senado, se retrasó en buena parte porque el PP insistió en su candidatura y recurrió la decisión de la Cámara de no admitir su candidatura. Eso ocurrió el 21 de junio de 2010, cuando el entonces portavoz del Grupo Popular en el Senado, Pío García-Escudero, reclamó a través de ese recurso ante la propia Cámara Alta la anulación del acuerdo de la Mesa del Senado del pasado 1 de junio de no admitir a trámite la propuesta de Enrique López como candidato a magistrado del Tribunal Constitucional.

Ello hace indicar, al menos en buena lógica, que seguirá contando con el respaldo del Partido Popular.

En las últimas horas salieron también a relucir dos nombres: el magistrado del tribunal Supremo Luis María Díez-Picazo –quien ha sido de los integrantes de la Comisión de Expertos que ha redactado el borrador de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal– y Pedro González-Trevijano, rector de la Universidad Rey Juan Carlos. En la renovación de los órganos constitucionales, hace ahora un año, González-Trevijano fue propuesto por el PP para la Junta Electoral Central, donde llegó como vocal.

Giro «conservador» en el Tribunal

Tras la última elección de los miembros del Tribunal Constitucional, que tuvo un marcado carácter «progresista», toca ahora una renovación justo al contrario. Así, ahora entrarían a formar parte del Alto Tribunal tres miembros «conservadores» y uno «progresista», mientras que saldrían de la institución tres magistrados «progresistas» y uno de carácter «conservador». De este modo, culminaría la renovación del máximo intérprete jurisdiccional de la Constitución.