Sevilla
Los barones del PSOE se confiesan con Díaz y luego le cuentan a Sánchez
Varios dirigentes que visitaron Sevilla, dan su apoyo público al secretario general
En un día gris, con lluvia y frío, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llegó ayer al Concello de Narón, en la comarca de El Ferrol. Alejado de las cámaras y de los grandes medios de comunicación, compartió mesa y mantel con los afiliados –no faltó ni empanada ni oreja de cerdo– e inauguró la Casa del Pueblo. Una frase del líder del PSOE presidirá la sede: «Somos socialistas porque non nos resignamos, porque nos revelamos ante la inxusticia». Más tarde, Pedro Sánchez marchó para A Coruña, dónde asistió a una asamblea abierta. En esas que habla pero también escucha lo que le tiene que decir la militancia. «Ya era hora de que esto pasara. Necesitamos escuchar pero también que nos escuchen», comenta emocionado el alcalde de una ciudad cercana.
Éste es un día tipo del líder del PSOE. «Hace territorio y más territorio porque los candidatos así lo piden», comentan en Ferraz. En los últimos meses, Sánchez ha recorrido toda la geografía española acudiendo a mítines, a reuniones con la sociedad civil y a las famosas asambleas abiertas, que le acercan a la militancia, necesitada de atención por parte de la dirección socialista.
Ésta es la respuesta de Pedro Sánchez a la polémica surgida en «la opinión publicada» pero que «no existe entre la militancia», aseguran desde la calle Ferraz. Una polémica que tiene su paternidad en Andalucía –sería más correcto llamarla maternidad– desde que Susana Díaz llamó a su confesionario a todos los secretarios generales del PSOE. «Susana Díaz prefiere hablar de la supuesta crisis del PSOE que estar todo el día hablando de los ERE», señalá un diputado socialista conocedor de las interioridades del partido.
Encima de la mesa, la crítica a Sánchez por «promocionarse personalmente en lugar de lanzar el proyecto del PSOE» y por «no consultar sus decisiones con nadie». De hecho, Susana Díaz es cada vez más crítica con Sánchez «porque no se está construyendo un modelo y se está improvisando», según apuntan dirigentes que se han visto con la lideresa andaluza.
«Susana quiere marcar su territorio. Quiere ser un referente y quiere mandar. Tiene un sentido patrimonial del poder», apuntan. Otros, en cambio, recelan de la «ambición» de Díaz, que se ha dado cuenta de que «el secretario general está ejerciendo de secretario general».
Sin embargo, el ruido es más mediático que real. Numerosos dirigentes socialistas, que no han tenido reparos en confirmar su presencia en el Palacio de San Telmo, dan su apoyo público a Sánchez. Cataluña, Extremadura, Aragón, Galicia, Castilla y León, Baleares o Asturias han cerrado filas en torno al secretario general y niegan la mayor. Lo han hecho de forma pública. Algunos de ellos, que han sido citados por Díaz, han informado a Sánchez «antes y después de la reunión», como comentó un dirigente territorial a LA RAZÓN.
Los díscolos prefieren el anonimato. «El PSOE desde la llegada de Sánchez ha mejorado en las encuestas y el secretario general es un valor añadido», apunta un dirigente territorial. Sin embargo, otros parece que se quieren poner la «tirita antes que la herida» y prefieren «acusar a Sánchez de defectos por si en su comunidad o en sus ayuntamientos los resultados no son los más relevantes». Nadie pone cara a las críticas pero corren ríos de tinta en informaciones de prensa. Nadie lo cuestiona en público pero «quieren poner trabas a su liderazgo con una intriga palaciega», dice airado un secretario general.
Susana Díaz da cobertura a estas críticas aunque formalmente cierra filas con Sánchez. La autonomía del secretario general, que toma sus propias decisiones, no gusta a la secretaria de la federación socialista más importante.
Pero no es sólo la lideresa andaluza. «Tanto Eduardo Madina como otros dirigentes cercanos a Rubalcaba están aprovechando la ocasión para enredar. Las heridas de las primarias no están cerradas y la invitación de Susana a Madina a San Telmo ha agitado las tripas a más de uno», señalan.
Sin embargo, en las redes sociales se le recuerda que no se presentó a la secretaría general. «La señora Díaz está quemada antes de salir. Yo daría una opción a Sánchez» o «pues nada, a intrigar contra Sánchez, pero recuerda: un hombre, un voto» son algunos de los mensajes en la red.
En Ferraz quitan hierro a esta polémica. El propio Sánchez ponía ayer tierra de por medio al recordar la promesa que lanzó al llegar a la secretaría general. «El PSOE no será noticia. Mi objetivo es recuperar la mayoría social y política y esto es lo que será noticia», afirmó.
Sus palabras no parece que lleguen nítidas a Susana Díaz, que según algunas informaciones «no ve claro que Sánchez pueda ser el candidato a las elecciones generales». La respuesta la concreta un dirigente territorial cuando afirma que «el candidato lo decidirán los afiliados. Habrá que tener en cuenta los resultados, todos, también los de Andalucía». Los críticos apuntan, por su parte, que «el apoyo recibido por Sánchez fue para ser secretario general, no candidato». La polémica está agitando las aguas socialistas pero «acabará si acaban bien las elecciones municipales y autonómicas. Algunos –incluida Díaz– están preocupados por sus propios resultados y buscan culpables en la calle Ferraz». Sin embargo, en Ferraz insisten en que «Sánchez seguirá trabajando al lado de los candidatos y en lanzar un proyecto atractivo del PSOE en las municipales y autonómicas para enfrentarse con garantías a Podemos y al PP». Las intrigas de estos días están provocando un efecto contrario al pretendido desde Sevilla. Un cierre de filas con Sánchez porque la situación es muy delicada y las críticas son contraproducentes para el proyecto socialista.
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