Crisis en el PSOE

Los barones redoblan la presión ante el comité socialista del día 30

La aparente tregua saltará por los aires si se repiten las elecciones.

Los barones redoblan la presión ante el comité socialista del día 30
Los barones redoblan la presión ante el comité socialista del día 30larazon

La aparente tregua saltará por los aires si se repiten las elecciones.

Los barones le dieron un mes a Pedro Sánchez, concretamente el de enero, para celebrar un Comité Federal que fijara la fecha del congreso del PSOE en el que se dirimirá su continuidad o no al frente del partido y, apurando al máximo los plazos, el secretario general ha cumplido. «Había que convocar un Comité Federal ordinario en enero y será el día 30», dijo ayer con cierto tono de resignación. Sin embargo, el belicismo que imprimieron los dirigentes territoriales a la lucha por el liderazgo a finales de diciembre ha ido perdiendo calor con el paso de los días. En los feudos que atesoran mayor poder territorial se autoimpusieron un voto de silencio durante las Navidades y trasladaron la imagen de calma tensa y tregua indefinida a Ferraz. «No vamos a entrar en líos estas semanas», decían a LA RAZÓN.

El Comité Federal ya está convocado, aunque no con la celeridad que demandaban unos ni con la parsimonia que requerían otros, y se ha hecho por el procedimiento ordinario, esto es, de mano de la Ejecutiva Federal. Algo que no supondría ninguna novedad si no fuera porque un sector del partido estuvo tentando con medir su fortaleza a golpe de recogida de firmas para forzar una convocatoria al margen de la dirección. La fecha cuenta con cierto consenso y fue el secretario de Organización y mano derecha de Sánchez, César Luena, quien se encargó el domingo de hacerla llegar a todas las federaciones.

Sin embargo, el 30 de enero se antoja prematuro para fijar en el calendario cuándo será el congreso del PSOE, si tenemos en cuenta que Sánchez quiere que éste se celebre una vez se hayan despejado todas las incertidumbres del panorama político nacional. «Para esas fechas tendremos calendario institucional clarificado», destacó el secretario general, aunque puede darse la circunstancia de que ni siquiera entonces Rajoy se haya sometido a su pleno de investidura. Celebrarlo en abril, según apuntan algunas fuentes, sería una fecha propicia. Lo suficientemente amplia para dar margen a que Sánchez y Rajoy se sometan a sucesivos intentos de investidura y prematura, ante un nuevo escenario electoral, para impulsar una nueva candidatura que concurra a los comicios con garantías. «Los tiempos del PSOE son los tiempos de los españoles», señaló ayer el secretario general para abonar su tesis de que el partido no puede entrar en un cuestionamiento interno si no existe estabilidad en el país.

Por su parte, los barones y Susana Díaz dejan hacer. Saben que en este momento «enredar» es más perjudicial que beneficioso para sus intereses, habida cuenta de la imagen de «conspiradores» que reflejan de puertas para fuera. Le han dado a Sánchez su bendición para intentar toda clase de pactos, sin poner en riesgo la unidad de España, conscientes de la dificultad, casi imposibilidad, que llevan aparejados. «Ahora la pelota está en su tejado», dicen para aumentar la presión sobre él. Si Sánchez consigue gobernar, su candidatura en el congreso del partido será incontestable y nadie dará un paso al frente para rebatir la dirección de quien es presidente del Gobierno. Sin embargo, si fracasa en sus intentos de articular una alternativa progresista y aboca al país a nuevas elecciones -ante su negativa a favorecer un gobierno estable, pero corto de Mariano Rajoy- llegará desgastado a la cita y su frustración le impedirá imponerse ante un rival fuerte. Si se convocan nuevas elecciones, el sector crítico liderará la rebelión para que Sánchez no sea quien encabece el cartel electoral del PSOE. «Necesitamos presentar un candidato con opciones de ganar y ése no es Pedro», comentan.