Política

Elecciones generales

Los bloques se mantienen como en 2015

Los ciudadanos han optado por el multipartidismo y la consecuencia es la ingobernabilidad del país. Esta es una de esas campañas en las que de decidirá el futuro en los últimos días, incluso en la jornada de reflexión.

Sánchez, Casado, Iglesias, Rivera y Abascal
Sánchez, Casado, Iglesias, Rivera y Abascallarazon

Los ciudadanos han optado por el multipartidismo y la consecuencia es la ingobernabilidad del país. Esta es una de esas campañas en las que de decidirá el futuro en los últimos días, incluso en la jornada de reflexión.

A una semana de las cita de los españoles con las urnas no hay una mayoría clara, ni de izquierdas ni de derechas. Ni siquiera transversal con PSOE y Ciudadanos.

La única suma que da es la reedición del pacto que sacó adelante la moción de censura, una nueva mayoría parlamentaria entre la izquierda y los partidos independentistas.

El escenario sería similar al que dibujaron las urnas en los años 2015 y en 2016. Dentro de los bloques (derechas, izquierdas e independentistas) apenas hay variación de escaños.

España lleva sin gobierno fuerte desde que Mariano Rajoy convocó las elecciones generales del año 2015. Desde entonces, los ciudadanos han optado por el multipartidismo, y la primera consecuencia es el estado de ingobernabilidad del país.

La derecha está ahora más fragmentada que en 2015 y 2016: hasta tres partidos se disputan los escaños de los votantes del centro derecha y de la derecha, lo que contribuye a que cientos de miles de votos no se conviertan en escaños, una circunstancia que impide un despegue de las derechas, que se sitúan en una expectativa de 166/168 escaños, prácticamente los mismos que consiguieron en 2016, cuando sumaron 170. En el campo de las izquierdas sucede lo mismo; ahora obtendrían entre 153 y 159 escaños, cuando en el año 2016 fueron 156.

Los independentistas sí que mejoran, ya que pasan de 24 a 26/28 escaños.

Por lo tanto, si se descarta un gobierno Frankenstein entre las izquierdas y los independentistas, y se rechaza también una gran coalición entre el Partido Popular y el PSOE, este país está abocado a repetir las elecciones. Permanecemos en el interior del bucle iniciado cuando se celebraron las elecciones de diciembre de 2015.

Las tres formaciones de la derecha obtendrán resultados muy dispares, mientras que el PP obtendrá diputados en todo el territorio nacional, con las únicas excepciones de Gerona, Lérida y Guipúzcoa, con un centenar de escaños, mientras que Cs queda sin representación en 16 circunscripciones. Es decir, en un treinta por ciento de las provincias no conseguirá ningún diputado. El caso de Vox es el más sangrante para los partidos de derechas, 936.000 de sus votantes lo harán en 43 circunscripciones en donde no conseguirán escaño, y en donde sí concurren las listas del PP y Cs. Por lo que si estos 936.000 refuerzan al Partido Popular o a Ciudadanos, el número de escaños de populares y naranjas se incrementaría, sin perder un solo escaño Vox en las nueve provincias en donde concentra sus escaños.

Las campañas electorales , y especialmente los debates entre los candidatos, cada vez toman más relevancia por ser determinantes entre los indecisos. Esta es una de esas campañas en las que se decidirá el futuro del país en los últimos días, incluso durante la jornada de reflexión o en la misma jornada del 28-A.

El electorado del centro derecha tiene una oportunidad el 28-A, que pasa por la concentración del voto.