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Los guardianes del repliegue
Los helicópteros «Tigre» y su tripulación, listos para desplegarse en Afganistán en las próximas semanas. Su misión: proteger la salida de las tropas del país asiático
Tienen ante sí una de las misiones de más responsabilidad en el repliegue de Afganistán: la protección de las tropas. Y, pese a que son unos de los principales protagonistas, su humildad les impide reconocerlo. Se quitan mérito y hablan de capacidades diferentes para no restar importancia al resto de militares españoles que han estado o están desplegados en Afganistán. Son los efectivos del Batallón de Helicópteros de Ataque I (BHELA I) de Almagro (Ciudad Real), encargados de pilotar y poner a punto los helicópteros «Tigre» que garantizarán la seguridad de las tropas.
En poco más de 15 días partirán con rumbo a Herat, desde donde se pondrán a disposición del contingente español o de cualquier otro que los requiera, aunque la principal razón por la que viajan al país asiático es la de dar seguridad y tranquilidad a sus compañeros en ese difícil y peligroso momento que es la salida. Serán tres los helicópteros que se desplacen hasta tierras afganas, mientras que los efectivos lo harán en dos tandas (marzo y julio). En cada una de ellas se desplegarán 32 efectivos.
Todos ellos están ya preparados, adiestrados y concienciados, pero sin embargo, continúan realizando diferentes maniobras para estar al 101 por ciento y poder responder ante cualquier situación que se les presente. El miércoles continuaban realizando ejercicios en la base de Almagro, en este caso de extracción de compañeros accidentados y un repostaje y rearme en caliente. En estas maniobras se puede ver al «Tigre» en acción. Y a su tripulación, que se sienta en el exterior del aparato con una tranquilidad pasmosa. Ellos destacan de esta máquina su «maniobrabilidad».
Los elegidos
El «Tigre» es una importante y necesaria máquina, pero los actores principales son sus pilotos y el personal dedicado a su mantenimiento. El brigada Antonio Expósito es uno de los elegidos para sobrevolar la difícil orografía afgana a los mandos de este helicóptero de ataque. Y lo hará en la primera de las rotaciones previstas. Lleva, al igual que sus compañeros, seis meses preparándose para esta misión concreta. Ha volado hasta por los Pirineos. Habla de este aparato sólo con buenas palabras. «Está concebido para hacer grandes cosas» y tiene claro que «es el idóneo» para un teatro como Afganistán y para dar seguridad a las tropas.
Sentado en su puesto de trabajo, a los mandos de esta impresionante mole, confiesa la «ilusión» que le produce una misión como la que le espera, porque «vamos a poner en práctica aquello para lo que nos hemos preparado». Pero, puntualiza, hay una «mezcla de nerviosismo, en su justa medida», y de «responsabilidad». Y no es extraño, pues el «Tigre» se estrena en operaciones en el exterior.
Su jefe tampoco escatima en halagos. Ni a la hora de hablar de esta aeronave ni cuando se refiere a su equipo. El teniente coronel Alberto García Romera, jefe del Batallón de Helicópteros de Ataque, califica de «reto» esta tarea que les han encomendado. Él no les acompañará en tierras afganas, pero no tiene ninguna duda de la preparación de los pilotos o los mecánicos. Y tampoco de las capacidades del «Tigre». Comenta que ve a los suyos «muy ilusionados, muy bien» y no sólo porque se trate del estreno de estos helicópteros fuera de nuestras fronteras, sino porque «sabemos que nuestra misión es muy importante».
Para esa misión tienen todo muy bien atado, pues «Afganistán es un sitio diferente para el que hay que prepararse». «Conocemos los límites que ofrece la meteorología y el terreno», afirma, para añadir que esto, «sumado a las capacidades del helicóptero, que son muchas, nos garantiza que no haya ningún problema».
Sin embargo, no cree que vayan a ser los protagonistas del repliegue. Dice que son distintos, pero nada más. «Ofrecemos unas capacidades que son únicas dentro de las Fuerzas Armadas y eso nos garantiza saber que puedes ayudar en un momento dado a un compañero que pueda estar en situación de riesgo, lo que nos da un plus de ilusión». Para el teniente coronel García Romera, los verdaderos protagonistas son todos los soldados que han estado en Afganistán durante estos diez años.
Junto al brigada Expósito y el jefe del batallón está también otro actor importante: uno de los mecánicos del «Tigre». Es el brigada José Antonio Monasterio, quien se conoce cada centímetro del aparato como la palma de su mano. Reconoce que su funcionamiento es «algo complejo» y que se «necesita una gran preparación técnica» para hacerse cargo de él. Y es que, tal y como asegura, para que pueda volar y garantizar esa necesaria seguridad a las tropas «hay mucha gente detrás trabajando».
Explica con detalle algunas de las modificaciones que se le han realizado a los helicópteros que irán a Afganistán, como un blindaje extra en las cabinas de piloto y tirador o unos filtros en la parte del motor para minimizar los efectos del ambiente polvoriento de la zona. La misión, afirma, la afronta con «expectación».
De momento, con su entrenamiento completado, el pasado viernes tuvo lugar el acto de despedida en la base de Almagro. Ahora, sólo queda pulir algún detalle y esperar a su partida desde la base de Torrejón.
La Base de Herat, lista para recibirlos
En la Base de Apoyo Avanzado de Herat ultiman los detalles para recibir a los protectores del repliegue. Durante 15 días, miembros del BHELA I estuvieron en el país asiático preparando ese despliegue de los «Tigre», que seintegrarán en la unidad de helicópteros «Aspuhel» del Ejército de Tierra, que opera con tres «Cougar» y tres «Chinook».
Entre los preparativos para su llegada está el acondicionamiento de la base para alojar a los efectivos que acompañarán a los helicópteros y la habilitación de una zona para el municionamiento.
Los «Tigre» compartirán con los «Mangusta» italianos el servicio de Alerta de Reacción Rápida.
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