Pactos

Los pactos de San Jerónimo

La Razón
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El discurso de Rajoy ha resultado más hondo y sentido, y mucho más preciso, de lo que esperaba la mayoría. Aunque algunos teníamos la certeza de que sus palabras irían en esa dirección. Así lo manifesté personalmente en el artículo que publiqué en LA RAZÓN – con el título «Segundos pactos de la Moncloa», el pasado 28 de junio–,sólo dos días después de las últimas elecciones generales. Allí indicaba, con el recuerdo de mi participación en los pactos de 1977, con la presidencia de Suárez, que el presidente del Gobierno en funciones, sin mayoría absoluta parlamentaria, tendría que pactar, para formular todo un programa que hiciera inexcusable el apoyo de otras fuerzas, y sobre todo del PSOE, para poder gobernar España a la altura de las necesidades imperiosas en las que actualmente nos movemos. En este sentido a lo largo de la visión televisiva del discurso he visto la cara un tanto compungida de Pedro Sánchez, que se daba cuenta de que a pesar de sus pronunciamientos negativos, habrá de ponderar lo mucho que hay de necesario en la oferta de Rajoy.

Si el actual presidente del Gobierno logra finalmente ser investido, además de los siete grandes pactos que ha propuesto a partir de sus acuerdos con Ciudadanos, habrá de convocar a todas las fuerzas políticas en La Moncloa para convencerlas de que tienen que prestar su apoyo a lo que son planteamientos para el progreso de la sociedad y la economía española.

En los pactos planteados por Rajoy, los hay de grandes transformaciones para una sociedad como la española, en una Europa que ha perdido la confianza en sí misma y en un mundo en el que EE UU ya no ejerce el liderazgo supremo, como antes, y cuando China, no obstante sus avances económicos, no está preparada para liderar; sabiendo, además, que el nuevo orden mundial no puede ser otro que multipolar.

En este amplio escenario, Rajoy plantea todo un programa integrador, que ya no se corresponde con la derechona y que persigue solucionar problemas a corto plazo (presupuesto, ajustes convenidos con la UE), o bien cuestiones que a la larga hay que domeñar definitivamente, como son la unidad de España, la educación...

En este contexto, fue más bien triste la observación hecha por Pablo Iglesias al salir del hemiciclo, cuando quiso emparejar a Rajoy con aquel presidente del Gobierno que dijo «o yo o el caos». Una observación incorrecta cuanto menos, porque en vez de plantear la alternativa del caos, lo que ha hecho Rajoy es proponer una salida a situaciones cada vez más complejas y que precisamente podrían conducir al caos.

Plan de choque contra el paro

Dentro de los pactos, el plan de choque contra el paro pretende llegar a veinte millones de ocupados en 2020; con la particularidad de que los autónomos van a ser una gran fuerza laboral, poniéndose todo el énfasis en la formación. Además de estabñecerse esos tres nuevos tipos de contratos. Si bien hubiéramos querido escuchar algunas explicaciones sobre el actual mercado de trabajo confuso, difuso, y con mucho fraude.

Pensiones

Las pensiones van a exigir mucha reflexión y operatividad por el «Pacto de Toledo». Por la sencilla razón de que el envejecimiento de la población y el déficit de la Seguridad Social son cuestiones más que graves. Hay 9,5 millones de pensionistas actualmente.

Energía

El tercer acuerdo, sobre la energía, resulta indispensable para volver a liderar España entre los países con más renovables, en la dirección del acuerdo de país, que fue citado por Rajoy.

Educación

El cuarto de los pactos habrá que entrar a fondo en el artículo 27 de la Constitución, y en todo un sistema educativo, que hasta ahora ha sido una especie de «de lo de Penélope», por los cambios sin sentido de cada alteración de los sucesivos partidos políticos en el Gobierno. Entre otras medidas, propuso crear 100.000 plazas de Formación Profesional Dual, centrarse en los más jóvenes para frenar el desempleo juvenil y reducir las tasas de abandono escolar

Ciencia y tecnología

Como ha dicho recientemente, Juan Ignacio Cirac, candidato al premio Nobel de Física, un país que no investiga está condenado a la postración económica e internacional. En esa dirección España tiene que resolver su fuerte déficit en I+D, con la meta de una inversión en este sector que sea del 2% del PIB, como mínimo, en 2010.

Contra la violencia de género

Se trata de culminar los esfuerzos en esta dirección para garantizar la seguridad y la igualdad femenina en una socidedad avanzada como la nuestra.

Unidad de España

Fue el último pacto propuesto por Rajoy, en la fase final de su discurso, en el que invocó la soberanía nacional, únicamente del pueblo español, citando «la Constitución del año 12», que fue el origen del propio nacimiento de la nación española. Todo ello, con palabras de afecto para Cataluña, y de crítica para los independentistas.

En definitiva, el de ayer fue un discurso lleno de proyectos por parte del presidente de Gobierno en funciones, que con la ayuda de Rivera, Sánchez tendría que considerar muy seriamente.