«Los que han tomado esta decisión no han perdido una hija »

Ha vuelto a revivir el dolor que sufrió cuando ETA hizo saltar por los aires la casa cuartel de Vic, sepultando a sus cuatro hijos entre los escombros. La hija de Emilia Lara, Vanesa, sólo tenía 11 años cuando jugaba en la casa cuartel con sus amigos y sus tres hermanos, Esa tarde le tocaba jugar en un lugar seguro, sin temor a que los coches les pudieran atropellar. La derogación de la doctrina Parot ha supuesto un zarpato al recuerdo, a la memoria de las víctimas porque ayer, el etarra Juan José Zurieta volvía a poner sus pies en la calle. «El etarra que asesinó a mi hija está ya fuera, en la calle, pero mi hija nunca podrá salir de donde está, del cementerio». Para la madre de esta niña, que fue asesinada junto con otros cuatro menores, no se ha hecho justicia. «Para mí no se ha hecho justicia. Hoy para mí es como si fuera el primer día que ocurrió. La gente que ha dado esa orden para que se excarcele al etarra de mi hija tiene la suerte de que a ellos no les ha tocado vivir lo mismo que a mí». «Antes de dar esa orden, los jueces se tendrían que poner en nuestro piel».

Emilia Lara cree que las víctimas se van a tener que acostumbrar a la fotografía de ver cómo los asesinos abandonan las cárceles y siente miedo «porque creo que al final se va a volver a liar con todo esto», que al final, volveremos a los peores años de plomo.

A lo que no teme es a encontrárselo frente a frente: «si tengo delante al asesino de mi hija le plantaría una foto de ella para que me diga qué le habían hecho a él esos niños». Para Emilia, los terroristas no tendrían que tener derechos humanos, «porque ellos no los tuvieron con aquellos a los que asesinaron». Las lágrimas vuelven, y también el dolor al recordar una risa de niña sesgada por un terrorista hoy en libertad.