Ministerio de Asuntos Exteriores

Margallo: «El 26-J se decide entre populismo y Constitución»

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones alerta del auge de estos movimientos y pone el ejemplo de Grecia

Margallo, ayer, durante su intervención en los cursos de verano de Ávila
Margallo, ayer, durante su intervención en los cursos de verano de Ávilalarazon

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones alerta del auge de estos movimientos y pone el ejemplo de Grecia

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, inauguró ayer la escuela de verano «Los populismos en el S. XXI», organizada por la Universidad Católica de Ávila (UCAV) y el diario LA RAZÓN. «El retorno de los populismos» centró su ponencia en un momento en el que, a escasos nueve días del inicio de la campaña electoral, todas las encuestas dan un fuerte auge a los populismos que se presentan en estos comicios fusionados en Unidos Podemos. Por ello, Margallo indicó que las elecciones se van a desarrollar entre dos polos: el que encabezan los constitucionalistas y el de los rupturistas, el que encabeza el PP o el de Unidos Podemos. El ministro de Asuntos Exteriores destacó que los populistas «aciertan al canalizar la insatisfacción de gran parte de la población que ha sufrido sacrificios importantes, pero no aportan soluciones» para solventarlos. Margallo aseguró que estas elecciones tienen un gran relieve porque «probablemente nos enfrentemos a importantes desafíos como el qué hacemos en contra del terrorismo internacional» donde, recordó que hay posturas contradictorias entre los populistas y el resto de formaciones políticas, ya que Podemos cree que la coalición no debe tener actuaciones militares en Siria, Irak y Líbano, tenemos posturas diferentes sobre si España debe seguir formando parte de la Unión Europea (UE) en un momento en el que Reino Unido decide su futuro y con ello el resto de la UE, si queremos un modelo económico occidental o al estilo venezolano o griego» o los que apuestan por seguir en la UE, los que apuestan por el desafío secesionista de Cataluña y los que estamos en la unidad de España. García-Margallo recordó el ejemplo de Grecia, donde Alexis Tsipras estaba en contra de la Unión Europea y no quería realizar los ajustes que la troika exigía, y que finalmente tuvo que hacerlos».

Asimismo también defendió que en Europa vamos a «un orden mundial nuevo» y advirtió de que España no puede tener un Gobierno «que no sepa dónde está». Indicó que Podemos e IU son un «fenómeno claramente antisistema» de la España que hemos venido construyendo y que, frente a las dificultades a las que se enfrentará nuestro país, Margallo planteó que tendrán que decidir si había solución o no o si las soluciones mágicas les darán satisfacción.

El ministro indicó que en el mundo hay un «auge espectacular de los movimientos populistas» y puso como ejemplo países como Austria, Francia y Alemania. «Para explicar lo que está sucediendo en Europa habría que dar un salto hacia atrás y ver lo que pasó antes de 1914», destacó. Señaló varios problemas importantes en la Unión Europea como la caída de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida, el problema de la competitividad y el hecho de ser la zona del mundo con menor crecimiento. En cuanto a España, aseguró que nos enfrentamos a «problemas muy serios» a los que es necesario dar respuesta. Entre ellos, un orden filosófico nuevo, la libertad y eficiencia económica, la inclusión social y el respeto al medio ambiente. Insistió en la idea de que lo que más conviene a España, dado que los pronósticos no dan unos resultados muy diferentes a los del 20-D, es una coalición entre el PP y el PSOE o PSOE y PP, «gobernando el partido mas votado», y valoró como «gravísimas» las consecuencias que podría acarrear un Gobierno populista.

Por otra parte, también reconoció cuáles han sido las cuestiones por las que el PP ha sufrido un importante desgaste afectando así en mayor medida al «núcleo de los votantes del PP», una afirmación que hizo después de que uno de los participantes le interpelara sobre ello. El diagnóstico de Margallo ante ese desgaste y pérdida de confianza en el PP lo resumió en lo que llamó los «pecados capitales»: los ajustes (que defendió como la única alternativa), el impacto de la corrupción en su partido, y el no haber sabido explicar bien lo que han hecho en los cuatro años de Gobierno, lo que a su juicio, no haberlo sabido hacer es una «estupidez». Asimismo, también criticó que Rivera hubiera apoyado a Sánchez imponiendo un «cordón sanitario» a una gran mayoría de españoles, en referencia a los más de siete millones de votantes del PP.