Tatuajes no visibles y bigote de tres centímetros para los guardias civiles

Marlaska retira la normativa que regula la apariencia de los agentes por quejas de las asociaciones.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ordenó al director de la Guardia Civil, Félix Azón, que se retire el borrador del proyecto que regulaba el aspecto físico de los agentes siendo restrictivo con cuestiones como los tatuajes, los peinados y los permisos para fumar con el fin de consensuarla con las asociaciones de guardias civiles.

La decisión de Marlaska llega después de que cinco asociaciones representativas del consejo de la Guardia Civil –AUGC, AEGC, UniónGC, ASESGC y la asociación profesional de Cabos– emitieran un comunicado quejándose de que la normativa no se abordara «por medio del consenso y el diálogo», por lo que la rechazaban de plano. Las asociaciones de guardias civiles critican que la Dirección General mantuviera el proyecto «en su versión más restrictiva», algo que censuran por limitar los derechos a la intimidad y a la propia imagen de los agentes. Las asociaciones piden ser ellas quienes aborden «con responsabilidad y sentido común» una norma que dicen «suscita mucha polémica» entre los miembros del Cuerpo.

El borrador recoge aspectos que llevan años en la cartilla de la Guardia Civil. El texto presentado destaca que será permitida la barba completa con bigote y deberá llevarse recortada y arreglada con la uniformidad con una longitud máxima de tres centímetros de espesor. Las mujeres que tengan un cabello largo deberán llevarlo recogido en un moño. Será «siempre aseado y peinado. El color deberá ser natural y, en caso de aplicarse tinte en el pelo, éste será acorde con los colores naturales del mismo», destaca.

«Quedan prohibidos los tatuajes que contengan figuras, expresiones o dibujos contrarios a los valores constitucionales y las virtudes militares (...) que supongan un desdoro para el uniforme, comprometan la neutralidad política o sindical, inciten a discriminaciones de tipo sexual, racial, étnico, religioso y reflejen motivos obscenos u otros vedados por la ley». Por tanto quedarían autorizados el resto de tatuajes que no estén incluidos en lo anterior. Pero los autorizados no pueden ser visibles con la uniformidad. La polémica se ha suscitado porque la norma da un plazo de tres meses para eliminar y para hacer una declaración jurada de tatuajes que sean visibles.