Cargando...

El colapso de la legislatura

La «no» moción del PP: una mayoría alternativa con Junts

Génova saca las palomitas y hurga en la herida: «Tenemos más capacidad legislativa que Sánchez, vamos a disfrutar con la ruptura»

¿Quería Pedro Sánchez argumentos para pasar a la Historia? Pues ayer, Junts le dio uno de peso: será el primer presidente del Gobierno desde la restauración de la democracia en España que concluya una legislatura sin aprobar un solo presupuesto. Cuatro años con el contador a cero. Es el pronóstico que hace la dirigencia del Partido Popular, que se regodea porque, dos años después, se cumple la profecía que lanzó su líder, Alberto Núñez Feijóo, desde la tribuna del Congreso de los Diputados.

«Todo lo que está pasando, él ya lo predijo», señala a LA RAZÓN una persona de su equipo, en alusión a aquella frase premonitoria que pronunció en la investidura de Pedro Sánchez: «Cuando sus socios le fallen, no me busque». Entonces, sabía que, tarde o temprano, Junts se querría bajar del barco. Salvo enésimo giro de guion –para volver a volver, se podría llamar la película– lo hace justo cuando el barco da señales de hundimiento, golpeado por un iceberg llamado corrupción.

Precisamente, el frente judicial es el motivo por el cual en Génova piensan que el presidente no tiene la más mínima intención de poner fin a su mandato más turbulento y llamar a los españoles a las urnas. Símil de la marinería: «Cuando un capitán navega en un barco en apuros y el barco está hundiéndose sabe que lo último es abandonarlo. El salto al mar son las elecciones». Pero, concluyen las fuentes consultadas, no se atreverá a pulsar el botón nuclear.

Por dos motivos, creen en la cúpula popular. «Sólo atiende a lo económico y a lo judicial. Cobrar y protegerse». Además, del orgullo. El prurito. El acumular más años en el poder que Mariano Rajoy y José María Aznar. «Sánchez disfruta cada desayuno en el Palacio de la Moncloa, para él, cada noche es un triunfo político y personal».

En este contexto, el PP toma asiento y calienta las palomitas. Que siga la película. «Nosotros tenemos tiempo, vamos a disfrutar viendo al PSOE cocerse en el puchero que le ha hecho el independentismo». Sobre si la ruptura con Junts es tan definitiva como Míriam Nogueras escenifica, la teoría es que Junts, al fin, se ha dado cuenta de que aupó «a una persona que no es de fiar». Ha entendido «lo mismo que entendieron los españoles en 2023, que por eso prefirieron a Feijóo y le dieron más votos que a Sánchez».

El sintagma proscrito: «Moción de censura». Ni siquiera instrumental. Precisamente porque el líder popular está dispuesto a dar un paso al frente, pero sin contrapartidas y sin renunciar a su candidatura. Condiciones inamovibles que imposibilitan que pueda salir adelante la operación que el partido de Carles Puigdemont contempla. Pero... existe una posibilidad. Golpear a Sánchez con la cruda realidad: no existe una mayoría progresista en el Hemiciclo. Sí existe una mayoría de derechas, particularmente para iniciativas económicas. La gran salvedad: el debate territorial.

He aquí la estrategia del PP. «Tenemos mayoría simple en el Congreso, mayoría simple en el Senado y más capacidad legislativa que el propio Gobierno». Toda vez que Junts ha certificado el divorcio y ha anunciado que vetará hasta el último texto que aterrice en San Jerónimo procedente del Palacio de la Moncloa, el PP intensificará su agenda legislativa. Más iniciativas en el Senado, más en el Congreso. «El problema es que la Mesa, con Francina Armengol, se dedica a paralizar nuestras iniciativas. Pero ya el hecho de que tenga que hacer de escudo de Sánchez es significativo». Sin apoyos para Sánchez, Feijóo busca su momento.

Ayer, la reacción oficial del PP al anuncio de Junts vino primero de Feijóo: «¿Cómo era eso del Gobierno más estable de Europa?». Después, distintas voces, caso de la vicesecretaria de Política Social, Carmen Fúnez: «Esta legislatura es una legislatura fallida y está finalizada porque hay una total falta de gobierno, falta de presupuestos y falta de gestión. Lo que queremos es devolverle la voz a los españoles en las urnas y decidir un cambio y un nuevo Gobierno».

Pasa que el PP le tiene tomada la medida a Sánchez y sabe que a mayor debilidad parlamentaria y más indicios contra su entorno, su gobierno y su partido, mayor voluntad por aferrarse al cargo. Aun así, el discurso oficial es reclamar unas urnas que no llegarán hasta 2027. Es el calendario con el que trabaja Feijóo. Pase lo que pase en los territorios.

En la Cámara Baja no es ningún secreto que existe una línea de comunicación extraoficial entre el PP y Junts. Ambas formaciones han coincidido de manera recurrente en las votaciones. Puntos comunes que ahora el grupo popular aprovechará con mayor intensidad. Frente a una parálisis de un Gobierno que «no está para hacer, sino para estar», un partido en la oposición que busca anotarse éxitos parlamentarios. Hay mucho terreno en barbecho que sembrar en lo económico.