Estrategia

Moncloa busca desgastar al PP con la reforma de la financiación autonómica

Creen que Feijóo tiene «complicado» marcar una posición única entre las diferencias de sus barones

MADRID, 03/10/2023.- El líder socialista y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa ofrecida tras la reunión mantenida con el rey Felipe VI, en el marco de la ronda de contactos que el Monarca ha llevado a cabo para designar nuevo candidato al Gobierno de España, este martes en el Palacio de La Moncloa. EFE/ Zipi
Rueda de prensa de Pedro Sánchez tras reunirse con Felipe VI en el marco de la ronda de contactos para designar nuevo candidato al Gobierno de EspañaZipiAgencia EFE

Una de las prioridades del nuevo gobierno de coalición, una vez que se conforme, será la de abordar la reforma de la financiación autonómica. Es, además, una de las asignaturas pendientes desde la última década a la vez que un desafío para el nuevo ejecutivo socialista dado que hasta doce de las diecisiete comunidades autónomas se encuentran en manos del PP tras los resultados de las elecciones autonómicas del 28 de mayo.

En Moncloa aseguran su disposición a negociar en esta legislatura la reforma y quieren hacerlo «de la mano del PP». De hecho, se pone en duda que salga adelante si no es con el consenso de los populares, al entender que debe de recabar un amplio respaldo político. El debate técnico es complejo –a la vez que el político cobra mucho peso– puesto que supone estudiar de nuevo como se reparten los ingresos que recauda el Estado entre las comunidades para evitar que cualquiera de ellas entre en la infrafinanciación.

Por un lado, Moncloa necesita superar este trámite con el objetivo de paliar los agravios territoriales que se sufren entre comunidades y busca, a su vez, sacar rédito político de esa negociación y lo buscará mediante una operación de desgaste dirigida a los populares. En el Ejecutivo se apunta directamente a las diferentes posiciones entre comunidades gobernadas por el PP y creen que Génova tendrá «complicado» marcar una posición única. Se ve difícil, según fuentes gubernamentales, que el presidente Alberto Núñez Feijóo, pueda poner «de acuerdo» a sus propios barones autonómicos. Y es que, el debate de financiación autonómica ya generó discrepancias dentro de las filas populares en verano, cuando el Ejecutivo no cerró la puerta a una condonación de la deuda a Cataluña, como pago para el «sí» de los independentistas en la investidura. Desde Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, se negó rotundamente a una condonación de deuda, mientras que desde Valencia, el gobierno presidido por el popular Carlos Mazón habló entonces de negociar una solución «multilateral y responsable» al problema de la deuda autonómica en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). En el mismo bando también se sitúa Murcia y Andalucía, comunidades perjudicadas por el actual modelo, mientras que Galicia reclamaba aplicar criterios como la dispersión poblacional.

Ante este embrollo, en el Ejecutivo asisten atentos ante la posibilidad de que el PP no se decante por una posición única ante la dificultad de apostar públicamente por el modelo de Isabel Díaz Ayuso, el de Juanma Moreno, el de Carlos Mazón o el de Alfonso Rueda, lo cual reforzaría a uno u otro barón frente al propio Alberto Núñez Feijóo, según los análisis en Moncloa.

Aun así, en el Ejecutivo se reconoce que la reforma de la financiación no será inmediata. «Queda mucho recorrido», advierten, dado que en Hacienda se cree que las comunidades autónomas aún tienen «posiciones de máximos».

Precisamente, la condonación de la deuda es una de las reclamaciones de los republicanos, la cual en Moncloa se han abierto a abordar con «urgencia».

A la par, en Moncloa trabajan ya con la idea de poner en marcha la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en cuanto el PSOE supere la investidura. La propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, admitió que el debate de los presupuestos está vehiculado a la negociación de investidura con los partidos independentistas. «Se trata justamente de gobernabilidad de España durante los próximos cuatro años y esto significa que no estamos hablando solo de cuestiones que tienen que ver con el momento concreto de la investidura, sino también con la tarea de profundidad de Gobierno que tiene que ver con los próximos cuatro años», ratificó la ministra en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Fuentes gubernamentales restan importancia al hecho de que, por el calendario actual, la aprobación de las cuentas anuales pueda retrasarse. El reto es que entren en vigor el 1 de enero y en el Ejecutivo ven margen para terminar de cerrar el acuerdo con los socios a tiempo.