Gobierno de España
Moncloa se "concentra"en julio y aleja las elecciones
Paso atrás del Gobierno en el tira y afloja que mantiene con Unidas Podemos a cuenta de la investidura. Si la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, advertía el jueves de que no habría una «segunda vuelta» en septiembre y que si Pedro Sánchez fracasaba en su primer intento en julio, nos veríamos irremediablemente abocados a una repetición electoral, desde el Gobierno quisieron ayer templar gaitas aunque manteniendo la consigna de que hay que «concentrar» todos los esfuerzos en alumbrar un Ejecutivo en la sesión de las próximas semanas. «Estamos decididos a trabajar profundamente y a que la investidura se sustancie en julio», señaló ayer Isabel Celaá, que en su traje de titular de Educación utilizó el símil de que «ningún buen alumno lleva las notas a septiembre».
No obstante, la portavoz no descartó que Sánchez tenga que recurrir a un segundo intento, una vez que el «reloj de la democracia se ponga en marcha». «A partir de ese día, hasta dos meses hay posibilidad de poder volverse a presentar. Hasta ahí puedo llegar, más no puedo porque depende del candidato», dijo en base al artículo 99 de la Constitución y respetando la esfera que le corresponde a Pedro Sánchez. «Una vez que el candidato vea, el decidirá la estrategia a seguir, como siempre», destacó. En todo caso, y dentro de esa estrategia, desde Moncloa quisieron dejar claro que el Gobierno «no quiere ir a nuevas elecciones, a pesar de lo que dan los sondeos, por respeto a la ciudadanía». En su opinión, «lo respetuoso y lo responsable es trabajar con los resultados del 28 de abril», porque «cada voto ha sido reflexionado» en las «cuatro elecciones territoriales» que se han producido en escaso margen de un mes.
Aunque Celaá fue muy cautelosa a la hora de dar alguna pista sobre la posible fecha del debate de investidura –que, en todo caso, se desvelará el próximo martes tras el encuentro entre Sánchez y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet–, sí quiso transmitir la determinación de su Gabinete para que tenga un resultado positivo y no sea un mero trámite para presionar y retratar al resto de actores políticos. «Estamos decididos a lograr esa investidura, profundamente, en julio. Queremos poner en marcha el país. Vamos a trabajar en julio, vamos a poder todas las fuerzas posibles».
Dentro de esos esfuerzos entraría la posibilidad de darse una nueva oportunidad negociadora con Podemos, acercando posturas pero desde la firme convicción de que los morados no entren en el Consejo de Ministros. Celaá divagó sobre las «negociaciones en tiempos contemporáneos que tiene que dar siempre suma cero: uno es sometido y el otro gana». En contraposición a esta disyuntiva, la portavoz quiso avanzar en el «win-win» (ganar o ganar), acuñado por el gurú de cabecera de Sánchez, Iván Redondo; también en el ámbito negociatorio, de modo que «algunas estrategias se puedan llegar a acordar». Para ello urgió a Podemos a que retome los contactos desde la base de la propuesta de cooperación que les hizo el Gobierno a varios niveles, una oferta que es «de suficiente calado e importancia como para que se trabaje sobre contenidos». En Moncloa no se resignan y desoyen la negativa, asegurando que «vamos a ver si escuchamos la respuesta. Necesitamos una respuesta», porque los morados son la única «alternativa de suma posible». «No obstaculicen la posibilidad de que haya Gobierno», pidió Celaá.
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