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«No queremos venganza, queremos justicia»

La plaza de Colón congregó ayer a miles de personas contra la derogación de la «doctrina Parot». Las víctimas unen sus voces para remover las conciencias de los magistrados de Estrasburgo

Miles de personas se han congregado en los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón de Madrid para protestar por el fin de la 'doctrina Parot'. Foto: Luis Díaz
Miles de personas se han congregado en los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón de Madrid para protestar por el fin de la 'doctrina Parot'. Foto: Luis Díazlarazon

Miles de personas se concentran en Madrid contra el fallo de la «doctrina Parot» y para exigir un final de ETA con vencedores y vencidos.

Dirigentes del PP compartieron el «enfado» de las víctimas en un acto al que no asistió la líder de UPyD, Rosa Díez, ni ningún representante del PSOE

Una marea de memoria, dignidad y justicia rebosaba ayer en la madrileña plaza de Colón. Hasta la calle Génova y Goya se extendía la concentración, en la que miles de personas alzaron la voz por las víctimas y contra la sentencia que el pasado lunes pronunció el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo en la que derogaba la «doctrina Parot» y la excarcelación de etarras y otros peligrosos delincuentes. Un silencio atronador invadió la plaza durante un minuto como recuerdo a los que ya no están, un silencio que esperaban removiera las conciencias.

Las víctimas directas del zarpazo terrorista, las supervivientes del terror amputadas en cuerpo y alma, lucían camisetas blancas, eran el símbolo de la dignidad. Querían que su clamor hiciera pensar a los políticos, a los magistrados de Estrasburgo y lanzar un mensaje directo: España no acepta la sentencia.

Una víctima, con las manos unidas y rezaba mirando al cielo mientras sus ojos cubiertos por las gafas de sol lloraban. El sol acompañó a las víctimas y a todos los españoles que acudieron a la llamada de la AVT.

Desde el escenario, ocho voces pusieron rostro al dolor, recordaron cómo destrozaron sus vidas asesinos como Henri Parot o Inés del Río y emocionaron a la plaza de Colón, que ondeaba banderas españolas, fotografías de víctimas y crespones negros. Ángeles Casasola, hija, hermana y cuñada de polícías, aseguró que ahora ve con terror, tras la derogación de la «Parot», cómo la lucha de tantos policías «no ha servido para nada». Enrique González, Alfonso Sánchez o Jesús Faucha, tres agentes de la Guardia Civil supervivientes de la mano asesina de Inés del Río fueron ovacionados cuando desde el escenario se presentaron como agentes del instituto armado. «El día que ví a Inés del Río sonreír me hizo revivir cada instante de mi atentado. Veo cómo a los jueces les condecoran con la misma medalla que yo. ¿Qué han puesto ellos a cambio?», dijo Faucha. Sánchez subrayó: «Los políticos que no están aquí y los magistrados nos han traicionado», mientras González se preguntaba: «¿Dónde están mis derechos humanos?». Todas las víctimas acababan su testimonio con una misma palabra: justicia.

A Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite y que sujetaba una pancarta donde se leía: «Gobiernos PP-PSOE. Responsable de la impunidad de ETA», no le permitieron acceder con la pancarta al escenario, porque chocaba con el lema de la concentración. Ubicada cerca de los medios de comunicación aprovechó para destacar que el Gobierno es «responsable» de lo que sucede y que «tiene que trabajar y actuar por la memoria, dignidad y memoria de las víctimas».

La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, agradeció a la multitud presente en Colón su asistencia demostrando que las víctimas «ni mucho menos están solas». Pedraza lanzó un grito a la justicia, al derecho de las víctimas a esa justicia, solicitando «la aplicación de la Ley, pero de toda la Ley». La presidenta de la AVT remarcó que «las víctimas no somos responsables de nada, somos inocentes y nos avala la razón democrática» y aseguró que seguirán «levantando su voz, honrando la memoria de nuestros seres queridos».

«Las víctimas respetamos la Ley y confiábamos en la Justicia, pero a cambio tenemos que soportar las humillantes consecuencias de un proceso que viene de lejos». Además, Pedraza lanzó varias preguntas a los asistentes: «¿Qué han hecho los poderes públicos para evitar la situación tan dolorosa que estamos viviendo? ¿Qué han hecho a lo largo de los años? ¿Han sido todo lo activos y enérgicos que debían en la aplicación de la Ley?». Y pidió a todas las instituciones «que hagan examen de conciencia y miren a las víctimas a la cara». Pedraza finalizó su intervención reclamando un final del terrorismo que permita decir a las víctimas que «nuestro inmenso sacrificio ha merecido la pena. Hemos ganado y ellos, los asesinos, han perdido». No querían venganza sino justicia. Las víctimas querían que su clamor pidiendo justicia llegara hasta Estraburgo y a López Guerra. «No estamos dispuestos a pasar página en nombre del proyecto político totalitario». Porque, según dijo, en nombre de todas las víctimas esos quince magistrados que votaron a favor de la derogación de la «Parot»: «Esos jueces no están a la altura de nuestro sacrificio». Concluyó su intervención con una cita: «Los últimos de Filipinas tampoco quisieron creer que la metrópoli se había rendido y aquello fue lo que convirtió su gesta en épica». Ayer, la ermita de Baler estaba en la plaza de Colón.