Cataluña
Ocho años de pulso al Estado
Los intentos de independencia en Cataluña se remontan al año 2006, momento en el que el Parlament aprobó el nuevo Estatuto con 120 votos a favor ( CiU, PSC, ERC y ICV-EUiA) y 11 en contra correspondientes a los parlamentarios del PPC, y con la promesa cuatro años antes de Zapatero a los catalanes de apoyar el Estatuto que saliera del Parlament sin alterarlo. Sin embargo las Cortes Generales introdujeron modificaciones en el texto y el 28 de junio de 2010 el Tribunal Constitucional se pronunció “amputando” el Estatuto. El TC rechazó 14 artículos del texto, entre los que destacaba el del término “nación”, motivo que generó rechazo entre parte de la sociedad catalana.
Ante la decisión del TC , los partidos que habían impulsado el Estatuto apoyaron una manifestación de protesta organizada por la entidad de defensa de la cultura catalana Òmnium Cultural en Barcelona el 10 de julio de 2010 bajo el lema «Somos una nación. Nosotros decidimos”
En las elecciones autonómicas de 2010, CiU vuelve al poder con Artur Mas como presidente. Su partido incluyó como punto fundamental de su programa el “derecho a decidir”, y esta sería la principal promesa de Mas para los siguientes años; más soberanía.
En julio del año 2012, el Parlament de Cataluña aprueba el denominado “pacto fiscal” apoyado por CiU, ICV-EUiA y ERC, texto en el que se proponía que Cataluña se dotara de un sistema fiscal nuevo con semejanzas al concierto económico que regula la relación tributaria entre la Administración General del Estado de España y la comunidad autónoma del País Vasco.
Tras la convocatoria de la diada más representada en años, con el lema “Cataluña, nuevo Estado de Europa”, Mas se reune con Rajoy en La Moncloa presentando como carta de presión los datos de la multitudinaria manifestación, sin embargo de poco le vale; Rajoy dejaba claro que estaba “dispuesto a hablar” pero dejando claras las “líneas rojas”.
Sin embargo, Mas no se echa para atrás y convoca unas elecciones anticipadas en las que la jugada no le sale bien; hace revivir a Esquerra y hunde al PSC. CiU y ERC se hacen compañeros de viaje hacia la independencia; juntos suman la mayoría absoluta para hacer la declaración de soberanía.
El 11 de septiembre de 2013, la Generalitat se vale otra vez de la diada como instrumento para sus aspiraciones independentistas, sin embargo “la cadena humana” que se compuso aglutinó a menos independentistas que la multitudinaria del 2012.
Aún con menos apoyos, Mas se crece y en diciembre de ese mismo año anuncia las preguntas de la consulta; dos claves pero sin mención a España: ¿Quiere que Cataluña sea un Estado?, y en el caso afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente? Dos días después el TC impugna y suspende la consulta
En agosto del 2014 el Congreso rechaza la consulta y la Cámara Baja se niega a traspasar competencias para convocar consultas autonómicas. Mas sigue a la carga hasta que el Constitucional le pone freno prohibiendo la consulta.
El president desoye al TC y prepara una ley para la consulta del 9N. Una consulta con colegios, urnas y papeletas como si fuese legal. Venció el Sí, pero sólo contó con una participación del 33% de los catalanes.
La última baza en la que se respaldó Mas fueron unas elecciones plebiscitarias impugnadas y suspendidas por el TC, dónde la lista independentista de Junts pel Sí consigue el 39,6% de los votos y 62 escaños, logran la mayoría absoluta, pero no en votos.
Así, JxSí Y la CUP registran una propuesta de moción independentista rechazada por PP, PSOE y Ciudadanos. Sin embargo hoy el Parlament ha conseguido aprobar la moción para crear “ el nuevo Estado y la república catalana”
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