Izquierda abertzale
Otegi y el chantaje del desarme de ETA
El candidato de Bildu supedita el final armado de la banda a su presencia en las elecciones vascas.
El candidato de Bildu supedita el final armado de la banda a su presencia en las elecciones vascas.
Arnaldo Otegi ha vinculado que se le permita presentarse a las elecciones vascas a un desarme de ETA y al mantenimiento del proceso de lo que los «batasunos» llaman «paz». En el colmo de los chantajes, según expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN, ha reconocido la existencia de un sector de la «izquierda abertzale» partidario de la vuelta a las armas de ETA, que, curiosamente, Otegi y los suyos se ocupan de «confrontar» para evitar que prosperen sus tesis.
Las declaraciones del secretario general de Sortu y candidato de Bildu estaban realizadas con un tono y palabras que envolvían los auténticos mensajes que Otegi quería lanzar y que suponen un cierto control de lo que pueda hacer ETA, según las citadas fuentes. El dirigente «batasuno» ve cada día más cerca su exclusión de las listas, en cumplimiento de una sentencia de los tribunales, y lanza, de forma sutil, un órdago con lo que ha sido habitual en la actuación de la izquierda abertzale: la utilización de la amenaza de ETA.
En sus declaraciones a una emisora del País Vasco usaba el método de la transferencia de responsabilidades, cuando afirmaba que el Estado «está haciendo todo lo posible» para que el desarme no se produzca, porque sus «élites» estaban «más cómodas en la anterior situación». Es decir, que si ETA vuelve al terrorismo (porque Otegi no pueda presentarse a las elecciones, entre otras razones) la culpa será del Gobierno de turno.
De hecho, aseguró que si no se produce un acuerdo con ETA similar al alcanzado entre el Gobierno colombiano y las FARC, es porque el Ejecutivo del PP no tiene «ningún interés».
«Ésos son los que dicen que yo no me puedo presentar. Entonces, ¿quién gana y quién pierde con la paz? (...) Las élites estaban más cómodas en la situación anterior», ha defendido. Sobre la existencia de un sector de la izquierda abertzale que defiende la «violencia armada», señaló que son los que opinan que con ETA se vivía mejor. «Nos llamaríamos a engaño si pensáramos que no existe en este país gente que sigue pensando que sin violencia armada no es posible llegar a un escenario democrático». «Esa gente existe en este país, y es normal que exista».
Los expertos subrayan cómo Otegi se coloca en el centro de unos y otros, como si fuera el «salvador», cuya presentación a las elecciones evitaría el resurgimiento del terrorismo.
Otegi no comentó en sus declaraciones que los contactos que ha mantenido con los sectores disidentes de la izquierda abertzale han terminado con un absoluto fracaso porque, tal y como adelantó este periódico, ven sus maniobras como movimientos en beneficio propio.
Que Otegi poco menos venga a ofrecer al desarme a cambio de su presencia en el proceso electoral supone la confirmación de que el anuncio realizado por la banda en su día del final armado era sólo una táctica dentro de la estrategia independentista.
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