Cataluña

Pablo Casado: «En mi proyecto no va a caber la corrupción»

Representa a una nueva generación que quiere dar otro impulso al PP. Consciente de ello, se reivindica: «Mi candidatura es la que más daña a Albert Rivera».

El candidato a presidir el PP, Pablo Casado / Foto. Alberto R. Roldán
El candidato a presidir el PP, Pablo Casado / Foto. Alberto R. Roldánlarazon

Representa a una nueva generación que quiere dar otro impulso al PP. Consciente de ello, se reivindica: «Mi candidatura es la que más daña a Albert Rivera».

Arranca la campaña a la sucesión de Rajoy con la intención de recorrer toda España con el lema de que es el único que garantiza la unidad del partido.

¿Por qué usted es mejor líder del PP que los otros candidatos que se presentan?

Creo que he presentado el mejor proyecto que recupera la ilusión que se había perdido, que apuesta por la renovación, un cambio de futuro que no sea una ruptura, pero tampoco continuista.

¿Qué tiene que cambiar el partido para recuperar votantes?

El partido tiene que abrir puertas y ventanas, tiene que abrirse a la sociedad, tiene que recuperar a aquellos que se han ido a otras formaciones políticas, a aquellos que están deseando que les demos un motivo para volver a confiar en nosotros, a las plataformas cívicas que han ido surgiendo, también a personas que quieran recuperar la vocación política y contribuir a mejorar la sociedad. En el Partido Popular no sobra nadie, pero tenemos que crear espacios para poder contar con los mejores, hay que captar talento fuera y dar oportunidades dentro.

¿Por qué se fueron y dejaron de confiar en el PP?

Probablemente porque en los últimos años se ha estado demasiado pendiente en resolver la crisis económica y no se ha hablado de lo importante. Yo apuesto por volver a abanderar los principios que nos han hecho grandes, los valores que nos han hecho el partido preferido de los españoles: la defensa de la libertad individual y económica, de la unidad de España, de la vida y la familia, la reivindicación de las víctimas del terrorismo y de la honestidad en la gestión pública.

¿Le parece que hubo fallos en la gestión del desafío independentista? ¿Habría que haber aplicado el 155 con más dureza?

Yo creo que habría que haber aplicado el 155 antes y de forma más amplia. Creo que después del pleno de los días 6 y 7 de

septiembre quedó muy claro que los independentistas no iban a abandonar su ruta ilegal y que hacía falta tomar el control de TV3 y de la educación, en la que se adoctrinaba a los niños en la escuela. Tenemos que ser autocríticos, pero también tener el sano orgullo de haber sido el partido que frenó el «Plan Ibarretxe» y el que puso el pie en pared ante el plan de Puigdemont. Y ahora lo que tenemos que dejar muy claro es que vamos a seguir siendo el dique de contención del nacionalismo y del independentismo, muy especialmente en el País Vasco y Cataluña, pero, sobre todo, en Navarra, que es la próxima intentona de los batasunos.

¿Faltaron reflejos al Gobierno para atender las demandas de mejoras sociales? Por ejemplo, con las pensiones.

El PP siempre tiene que venir a arreglar el desastre que deja la izquierda y es verdad que la única política social válida es el empleo, que permite recaudar para luego destinar esos fondos a las medidas del Estado del Bienestar. Nosotros, después de una crisis brutal, hemos conseguido mejorar los servicios sociales, y de cara al futuro tenemos que hacer una reflexión de cómo podemos hacerlos sostenibles en el tiempo y garantizar su financiación en un momento en el que la evolución de la natalidad y la longevidad es muy preocupante, no sólo para España sino para toda Europa. Tenemos que afrontar esos debates con sinceridad y con audacia, porque sólo así podremos garantizar los servicios sin estar a expensas de que un Gobierno manirroto e irresponsable vuelva a dejar quebradas nuestras arcas públicas.

Ha sido muy crítico con la corrupción, ¿el PP necesita un nuevo equipo de dirección que pase completamente página respecto a esa etapa?

Yo he dado la cara por el partido en las peores circunstancias y en donde nadie quería ir. He defendido su honorabilidad frente a traidores que se habían lucrado a su costa y a los que ni siquiera conocía. Con esa legitimidad, digo que en mi proyecto no va a caber la corrupción. Seremos inflexibles y seguiremos demandando una absoluta contundencia con cualquier persona que haya hecho algo mal. Pero, al mismo tiempo, digo que también exigiré que cualquier compañero que haya sido acusado de forma tendenciosa, que cualquier afiliado o dirigente que haya sido investigado y luego declarado absuelto, tenga el resarcimiento social y político que merece. Si yo estoy al frente del Partido Popular, haré que se respete a nuestro partido y a nuestros compañeros y no permitiré que se nos trate con distinto rasero y se nos siga chantajeando por intereses espurios. Hay un cainismo nacional, que sólo afecta al centro derecha. Y creo que lejos de avanzar en la regeneración la frena porque hace muy difícil captar talento a la política.

¿Usted contaría en su equipo con Cospedal o Santamaría si gana?

Esta candidatura está abierta a todo el mundo. Y ya he dicho que cualquier otra candidatura puede converger en ella. Pero creo, sinceramente, que la mía es la única candidatura que garantiza la unidad y en la que todos tienen cabida. Si salimos fracturados de este Congreso perderemos las elecciones, como ya pasó en otros partidos.

¿En qué debe consistir la integración?

El Partido Popular tiene que ser la casa común del centro derecha, en la que caben todos. Para mí, la integración es integración de generaciones, de la mía a la de los que tienen experiencia; integración ideológica, en la que quepan los liberales, los conservadores, los democratacristianos..., todo lo que esté a la derecha del PSOE y sea integración territorial, porque soy una persona que viene de provincias, pero que ha tenido experiencia en la dirección nacional.

¿Y si usted no pasa el primer corte, apoyaría a Cospedal o a Santamaría?

Yo salgo a ganar y voy hasta el final. Me he presentado para ser el candidato de las bases, no de los notables; para estar a pie de calle, no en los despachos; para liderar la sociedad, no para gestionar; para plantear lo que quiero que ocurra, no para comentar reactivamente lo que hacen los demás.

¿Cuáles son sus apoyos territoriales?

No estoy pidiendo a nadie que se retrate ni que me avale, sólo estoy pidiendo que haya participación y libertad. Si hacemos primarias es para que elijan los militantes, no para que les presione ningún cargo ni ninguna organización territorial.

¿Pero habrá empezado a tantear al poder territorial?

Lo que he empezado es a recorrer España. Voy a intentar recorrer todas las provincias de aquí al día 5, con una media de cuatro diarias y unos 800 kilómetros al día, para poder escuchar a los afiliados y recibir sus sugerencias de cara a este Congreso. Quiero que el PP sea la plaza mayor de España no una corrala de recelos.

¿Dónde se sitúa ideológicamente? ¿Más en el centro o en la derecha?

Mi ideología es liberal. Creo que la persona tiene que ser el centro de nuestra actuación política. Creo en la libertad individual y en la libertad económica, que permite plantear políticas con impuestos bajos, sin burocracias que asfixien, sin trabas administrativas que dificulten el emprendimiento. Sólo desde esa óptica de libertad se consigue igualdad de oportunidades. La libertad genera buenos crecimientos económicos que luego permiten políticas sociales de manera eficiente y en los que más lo necesitan. Y desde el punto de vista de la tradición conservadora, creo que hoy más que nunca hay que apostar por ciertos valores que ya han ido apareciendo en esta entrevista como la seguridad, la defensa de la familia y de la vida. El Partido Popular tiene que volver a ser ese gran proyecto de centro-derecha que llegó a tener 11 millones de votos.

¿Abriría más el PP a la militancia?

Este Congreso es, precisamente, la apertura a la militancia que tiene que tener el PP. Por eso pido que se participe y se deje votar sin presiones y en libertad. Y me comprometo a que después del Congreso, se designarán cuanto antes las candidaturas municipales y autonómicas para que la militancia pueda acompañar a los candidatos hacia una victoria electoral. Y propongo que, posteriormente, se convoque una Convención nacional en la que los afiliados puedan decidir las ponencias ideológicas que sean la base de los programas electorales.

¿Qué piensa del legado de Rajoy?

He tenido la suerte de trabajar con él en los últimos tres años como portavoz del partido y creo que deja un importante legado por haber evitado el rescate, haber frenado al independentismo y haber mantenido intacto el Estado de Bienestar en las condiciones más duras.

Siempre ha defendido a Aznar. ¿Pero entiende sus críticas a Rajoy y a su política?

También ha sido un honor ser su director de Gabinete. Y tiene entre sus logros el haber protagonizado el milagro económico de los 90, la derrota de la banda terrorista ETA y posicionar a España en el liderazgo internacional.

No contesta si entiende sus críticas, ¿cuenta con su respaldo?

Me encantaría contar con el respaldo de los dos ex presidentes del partido, pero creo que aciertan al mantener su posición de neutralidad.

¿Le preocupa la evolución de la investigación sobre sus estudios universitarios? En su partido hay quienes dan por hecho que va a ser imputado.

En absoluto. Hice todo correctamente y di la cara desde el primer momento. Las casualidades no existen y hay algunos interesados en sacar estos temas irrelevantes de hace diez años para perjudicar mi candidatura.