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Paso II: desacralizar la Basílica
El PSOE planea ya el traslado de los restos de Primo de Rivera a un «lugar no preeminente» así como de los otros enterrados. Podemos, ERC y PNV quieren demoler la Cruz del Valle.
El PSOE planea ya el traslado de los restos de Primo de Rivera a un «lugar no preeminente» así como de los otros enterrados. Podemos, ERC y PNV quieren demoler la Cruz del Valle.
No solo el partido del Gobierno, sino distintas voces de la izquierda y de los partidos nacionalistas e independentistas se han congratulado por la victoria política que ven en la exhumación de Franco. Sin embargo la salida de los restos del ex jefe de Estado es solo el primer –y el más inofensivo– paso en una batería de propuestas para alterar más allá de lo reconocible la Basílica que actualmente se alza en el valle de Cuelgamuros.
El silencio y el perfil bajo que ha mantenido el centro derecha desde el comienzo de la polémica –es preciso recordar que no hubo ni un solo voto en contra en el Congreso en la votación sobre la exhumación– parece haber envalentonado a los partidos situados al otro lado del espectro político a la hora de proponer cuál debe ser el futuro de este polémico conjunto monumental. Y es en este punto donde hay ideas para todos los gustos.
De entre todas las propuestas brilla con luz propia la que Unidas Podemos defiende: que el monumento pase a ser de gestión exclusivamente pública con el objeto de convertirlo en un «centro memorialista antifascista». El plato fuerte del proyecto no es otro que la voladura controlada de la cruz de 150 metros de altura que domina el conjunto del Valle de Cuelgamuros y la disposición de sus «residuos gravosos» para que sean pisoteados por los visitantes.
La propuesta del partido liderado por Pablo Iglesias también incluye la «imprescindible» desacralización de la Basílica y para ello se pide al Gobierno la revisión de los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede de 1979. En los últimos días más voces se han sumado a esta propuesta, entre ellas por ejemplo la del portavoz de Compromís, Carles Mulet, de que la situación pasa por «la dinamita o el desmantelamiento y que la naturaleza haga su trabajo. No es una mala idea. Pensamos se ha de valorar».
Las propuestas de la izquierda radical se basan ideológicamente en una concepción sesgada que se intenta imponer sobre la Guerra Civil; es decir, que el bando nacional era «fascista» y el republicano «demócrata», extremo éste ampliamente desmentido por la historiografía seria de ambas tendencias ideológicas.
«Exhumar el franquismo»
En esta línea, Miguel Urbán afirmó durante la presentación de la propuesta de UP que «se trata de exhumar el franquismo, no de exhumar a Franco, si sólo exhumamos a Franco habremos perdido una oportunidad histórica de recuperar el Valle para la democracia». Aunque ciertamente insólita, la propuesta de Podemos apenas puede sorprender en un partido que lleva desde su fundación en su programa electoral la expropiación a la Iglesia de todos sus bienes inmuebles inmatriculados en las últimas décadas, incluida la Mezquita-Catedral de Córdoba para la que se pide que su gestión y titularidad pública como paso previo al culto compartido entre católicos y musulmanes. La propuesta programática de Podemos se alinea con las demandas de la Plataforma Mezquita-Catedral, organización de extrema izquierda que lleva años pidiendo que se «resignifique» lo que denominan «primer monumento de todo el Occidente islámico».
La demolición de la Cruz y la basílica no es un propuesta aislada de Unidas Podemos. Gabriel Rufián, actual portavoz de ERC en el Congreso, se ha pronunciado de esta manera sobre cuál debería ser el futuro del monumento: «Por nosotros lo dinamitaríamos o lo cederíamos al PP y Ciudadanos, que seguramente lo quieren como sede para sus partidos», afirmó. Aitor Esteban abandonó su tono moderado para posicionar al Partido Nacionalista Vasco con estas palabras: «Fue un edificio construido con trabajo forzado de prisioneros. Yo lo que haría es demolerlo».
En líneas muy análogas venía pronunciándose Pedro Sánchez... hasta que llegó a la Moncloa. Fue concretamente a la vuelta de su viaje a Chile en septiembre de 2018 cuando el presidente realizó un giro de 180 grados en su posición sobre el futuro del Valle. Sánchez confesó a los periodistas que le acompañaron durante ese viaje que en su opinión no es posible «resignificar» el lugar. Desde entonces se mostró partidario de convertirlo en un cementerio civil. La propuesta está en la misma línea que la de Rivera, partidario de que Cuelgamuros se convierta en una especie de Cementerio Nacional como Arlington en Estados Unidos.
Francisco Ferrandiz es antropólogo social en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y formó parte del grupo de expertos organizado por Zapatero desde Moncloa para investigar cuál podría ser el futuro del Valle de los Caídos. Ferrandiz coincide en que es imposible convertir el conjunto artístico actual en un monumento a la reconcialición para todos porque no todos los españoles tienen el mismo concepto de «reconciliación» y, de hecho, para muchos de ellos el Valle fue precisamente desde el principio un ejercicio de recononciliación. Estos distintos tipos de reconciliaciones «no se pueden conectar en un monumento de estas características. Es imposible: en un lugar construido por uno de los bandos».
Sin embargo este experto cree que «hay gente especializada en la recreación de estos lugares de memoria compleja». Y pone un ejemplo que podría inspirar la tarea: «El museo a las víctimas del holocausto en Berlín tardaron 15 años. En el Gobierno se alternaron partidos contrarios y el debate seguía. Eso generó un debate social que es mas importante que el monumento en sí».
Ferrandiz cree que hay herramientas pedagógicas y museográficas que incorporan nuevas tecnólogías que pueden ayudar a que los visitantes al monumento puedan contemplar documentos de la época no sesgados ideológicamente para que se formen ellos su propia conclusión. «No tiene por que ser una interpretación dirigida: se ponen los documentos y que la gente decida. No hay que construir nada. Yo prefiero preservar el monumento y actualizar el convenio con los benedictinos. No adoctrinar sino que la gente pueda desarrollar un pensamiento propio», concluye.
Como la Torre Picasso
Mide cinco veces más que el Cristo del Corcovado de Río de Janeir o (30 m) y 60 metros más que la estatuta de la Libertad de Nueva York y lo mismo que la Torre Picasso. Por dentro está hueca. Tiene un pequeño ascensor y unas escaleras de caracol que llegan hasta los brazos de la cruz que miden 23 m en cada dirección: miles de toneladas de homigón, granito e hierro suspendidos en el aire. La base de la cruz lleva en torno a 10 años cerrada por falta de mantenimiento e inversión.
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