Elecciones generales
La alianza Podemos-IU, tendría más escaños pero menos porcentaje de voto
La candidatura conjunta tendría un coste electoral de 1,4 puntos
La candidatura conjunta tendría un coste electoral de 1,4 puntos
Alberto Garzón es testigo de cómo IU comienza a remontar por primera vez desde 2011. El temor a una alianza electoral con una fuerza como Podemos que no se percibe como plenamente de izquierdas desde el campo de IU, está alimentando en las últimas semanas la expectativa de voto de los de Garzón acercándola a los resultados de 2004 con el 5,0% del voto válido. Pero aún está lejos del 6,9% de las elecciones generales de 2011 alcanzado por Cayo Lara cuando sustituyó a Llamazares como Coordinador General de IU.
La estrategia electoral de la transversalidad de Podemos, con la que pretende superar el eje de izquierda-derecha, y recoger votantes de prácticamente todas las ideologías con el denominador común de la indignación, no convence plenamente a IU, que desde su perspectiva de lucha de clases no entiende la división naif, pero efectiva, que hace Podemos en distinguir a los de arriba de los de abajo. Pero hace treinta años, cuando se fundó IU, se abrió las puertas a ciudadanos que no tuvieran el carné del PCE ni credo marxista, admitiendo ecologistas, republicanos, feministas, etc... creando una coalición multicolor, aunque controlada por el Partido Comunista de España.
En el tracking de NC Report para LA RAZÓN, IU es junto al PP y Ciudadanos una de las candidaturas que más suben con respecto a los resultados del 20-D. En el caso de Izquierda Unida su avance es de 1,3 puntos al subir del 3,7% al 5,0% del voto válido a candidatura. Mientras que la suma de Podemos y sus confluencias tienen una discreta ganancia de tan sólo 0,3 puntos al pasar del 20,6% al actual 20,9%. En cuanto a escaños la formación de Alberto Garzón pasaría de 2 a 4 ó 6 diputados mientras que los de Iglesias prácticamente se quedarían como están, de 69 podrían pasar a 67/70 parlamentarios.
La suma de ambos por separado les haría mejorar comparativamente con el 20-D en 1,6 puntos porcentuales y pasar de 71 a 71/76 escaños. En el caso de una candidatura conjunta la mejora en porcentaje de votos sería de apenas 0,2 puntos con relación al 20-D pero sí sería notorio su mejora en escaños al tener expectativa de 75/82 escaños, entre 4 y 11 más que ambos en diciembre de 2015. La ley D’Hondt y la división del país en circunscripciones provinciales premia la concentración del voto. Lo que busca el pacto es crecer en escaños para tener un grupo parlamentario más potente que el actual y que supere en número de diputados al grupo socialista, con el fin de servirse de él después del 26-J y ponerlo al servicio de la estrategia de Podemos. La candidatura conjunta tiene un coste electoral de 1,4 puntos; la suma aritmética de Podemos con sus confluencias e IU el 20-D fue del 24,3%, y ahora subiría al 25,9% por separado y bajaría al 24,5% de ir en una misma lista, la razón la encontramos en al que la candidatura compartida no suma aritméticamente lo que cada formación por separado, de hecho el 4,8% de los votantes de Podemos no votaría en caso de ir a las elecciones junto con IU, y del lado de los de Garzón sería el 8,0% los que no votarían la alianza electoral con Podemos. Las comunidades autónomas de Cataluña y Galicia no se verían afectadas, pues de hecho el 20-D ya se fraguó la coalición Podemos e IU en estas dos regiones.
En caso de que finalmente Podemos e IU concurran en una misma lista electoral rebajarían como hemos comprobado el porcentaje de voto que tienen por separado, permitiendo que otros partidos, especialmente los de mayor envergadura, puedan mejorar sus resultados al ser los mayores beneficiarios de ese porcentaje de 1,4 puntos que perderían Podemos+IU. Los populares pasarían del 29,9% al 30,1%, los socialistas del 20,4% al 20,7% y Ciudadanos del 15,0% al 15,3%. Pero por el contrario, a pesar de subir en porcentaje, retrocederían en escaños ya que la concentración Podemos+IU alcanzaría los 75/82 escaños frente a los 71/76 que sumarían en solitario. Los populares pasarían de 127/132 a 126/130, los socialistas de 82/85 a 80/3 y Ciudadanos de 41/45 a 39/43. Izquierda Unida está ahora en mejores condiciones de negociar un acuerdo con Podemos para la configuración de las listas que en noviembre de 2015 ya que crece en votantes y escaños con relación al 20-D, mientras que la formación que lidera Pablo Iglesias da muestras de haber tocado techo y necesita socios para asegurarse el «sorpasso» a los socialistas no sólo en votos sino también en escaños, de ahí su interés en el acuerdo. El 12 de mayo saldremos de dudas al ser la fecha límite para la inscripción de coaliciones electorales para el 26-J.
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