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El último órdago de Puigdemont

«Política ficción»: el PP ve la moción de Junts un «chantaje» a Sánchez

Génova, barones y cargos del partido no se creen el último órdago de Puigdemont

Núñez Feijóo en el Pleno del Congreso. David Jar David JarPHOTOGRAPHERS

«A mí me suena fatal», tercia un destacado diputado muy próximo a Alberto Núñez Feijóo. «Política ficción», sintetizan en Génova 13. «Junts necesita que le hagan caso, pero jamás puede favorecer una operación que conduzca a un gobierno de PP y Vox», sostiene un barón autonómico. Hay consenso en las filas populares: nadie se toma en serio la idea que trasladan a los medios de comunicación desde el entorno de Carles Puigdemont de una moción de censura instrumental contra Pedro Sánchez con un candidato independiente y de consenso para convocar elecciones generales.

El enésimo órdago no reviste de una gran novedad para la dirigencia del primer partido de España, que contextualiza los «cantos de sirena» en un pretendido llamado de atención del expresidente catalán para recuperar protagonismo en un momento crítico.

«Marean la perdiz una y otra vez. Porque están fatal. Con Sánchez mal, pero la alternativa es aún peor», sostiene un destacado cargo del Comité Ejecutivo Nacional del partido. Otro, no tiene duda de cuál es el verdadero objetivo: «Lo que quiere Puigdemont es tener ya la reunión con Sánchez para humillarle». La cinta empieza a trillarse de tanto repetirse: el líder de Junts amaga, el Gobierno regresa sobre alguna de las cesiones y, tiempo después, vuelta la burra al trigo.

«En el resto de España vais a conocer, por fin, todos los instrumentos 'procesistas': tras los mediadores y los ultimátum 'fake', llega la hora de las consultas y las rupturas sin romper...», escribía en su cuenta de X el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, buen conocedor de cómo se las gastan en la órbita «indepe».

Habrá que esperar a la próxima semana para el desenlace. Aunque en la cúpula del PP no hay ni la más mínima expectativa siquiera de una ruptura. En todo caso, de ser cierta la propuesta de una moción con un candidato independiente, y de ser los nombres algunos de los que han sugerido en el círculo de Puigdemont, la respuesta es clara: «No». Porque sería «repetir lo de Tamames» y el planteamiento «no es serio». Se trata, ni más ni menos, que de un «presidente del Gobierno de España». Poca broma.

Si Junts quiere echar a Sánchez, y que se convoquen elecciones generales en España, el único camino que propone el PP es el de una moción de censura, sin pactar nada a cambio, encabezada por su líder: Feijóo. «Y no he escuchado a nadie de Junts hablar de eso», aclara, a LA RAZÓN, un estrecho colaborador del líder popular, que descarta darle pábulo al enredo de Puigdemont. «No elucubramos sobre las suposiciones de nadie, si quieren una moción, que nos lo digan, pero nosotros no vamos a amplificar su estrategia».

Este jueves, desde Bruselas, Núñez Feijóo fue claro: «Le corresponde a Junts tomar sus propias decisiones después de dos años de experimentar la política sanchista». Si Sánchez, desde la misma capital belga, pedía «tiempo» a los independentistas para cumplir con los acuerdos pendientes, Feijóo añadía: «Está pidiendo tiempo para prolongar la agonía de su mandato y la agonía de su Gobierno y la agonía de la situación política española [...]. No sé muy bien para qué el señor Sánchez pide tranquilidad, pero yo creo que no hay ni un solo español que esté tranquilo con el Gobierno de Sánchez. ¿Qué hará Junts? Será Junts el que pueda responder qué es lo que va a hacer». Eso sí, su partido –recalcó– tuvo «muy claro desde el principio que esta legislatura nunca debió haber comenzado».

Antaño, cuando las urnas del 23-J arrojaron un escenario endiablado, el PP exploró la posibilidad de armar una mayoría alternativa a la de Sánchez. Primero, con el PNV. Luego, de manera soterrada, con Junts. Los de Puigdemont le trasladaron sus exigencias rojas y Feijóo pegó un portazo.

Fue Sánchez quien desde el principio se ofreció a cumplimentar todos y cada uno de los requerimientos de Junts. Amnistía, oficialidad del catalán en la Unión Europea y un buen etcétera de prebendas que, con el paso del tiempo, de nada le han servido al partido independentista, que no hace sino desplomarse en las encuestas en detrimento de Aliança Catalana. Ahora, el PP piensa que todo lo que hace Puigdemont es para no caer más. Pero, quizás es tarde.