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Puigdemont: el Estado «no tiene poder» para frenar el referéndum
Por encima de «querellas e inhabilitaciones», el compromiso con la consulta es «inviolable»
El presidente de la Generalitat elevó el tono dialéctico de su diputa con el Gobierno de Rajoy ayer en Madrid cuando afirmó que el Estado «no tiene tanto poder para detener tanta democracia» en referencia a la consulta independentista que planea junto a sus socios secesionistas.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, elevó el tono dialéctico de su diputa con el Gobierno de Rajoy ayer en Madrid cuando afirmó que el Estado «no tiene tanto poder para detener tanta democracia» en referencia a la consulta independentista que planea junto a sus socios secesionistas. Asimismo reiteró la negativa del Ejecutivo que lidera a debatir el referéndum secesionista en el Congreso de los Diputados y tildó la propuesta lanzada por Sáenz de Santamaría de «simulacro» y «falsa escenificación». El presidente catalán expresó estas opiniones durante una conferencia celebrada en el Ayuntamiento de Madrid. Durante su disertación –titulada «Un referéndum para Cataluña. Invitación a un acuerdo democrático– Puigdemont emplazó a Rajoy a «no hacer perder el tiempo a nadie porque no nos sobra» y a «huir de versiones sacralizantes del Estado» y de «esa perversa ingeniería narrativa» que, en su opinión, dificulta el entendimiento. «Esperaremos hasta el último minuto de la prórroga pero nuestro compromiso con el referéndum es inviolable», sentenció.
Tras agradecer a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, la cesión de espacio para impartir su conferencia y quejarse de que la Mesa del Senado se negara a permitirle hablar en el antiguo salón de Plenos, Puigdemont se preguntó retóricamente si existe voluntad para atender la «demanda» secesionista de Cataluña porque, si esa voluntad existe «deben explorarse nuevos caminos distintos al de Ibarretxe y hay que actuar de manera distinta». «Acudir al Congreso para difuminar internacionalmente la ausencia de voluntad de dialogo es algo a lo que no se va a prestar la Generalitat», aseveró. El president puso como ejemplo al Gobierno de Suárez y el modo que tuvo de lograr el retorno de Tarradellas y el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña. «Alcanzaron el pacto antes de su debate en el Parlamento porque tenían voluntad de entendimiento. Si ha voluntad política se encuentran los cauces para negociar. Que no cuenten para simulacros y falsas escenificaciones» reiteró. Puigdemont llegó a citar fuera de contexto a Felipe VI cuando aun no había accedido al trono –«la democracia expresa sus proyectos en las urnas»– para dotar de solidez a sus argumentos.
El vicepresidente de la Gene-ralitat, Oriol Junqueras, arropó a Puigdemont en su cita para explicar el órdago secesionista en Madrid. Comenzó su intervención con una radiografía del estado actual de la economía catalana dando énfasis a las buenas cifras de crecimiento económico de la región. Junqueras presentó las ansias de independencia de Cataluña como un deseo de ser responsables del modo en el que se van a afrontar todos los retos, no sólo los económicos, que esta sociedad va a afrontar en las próximas décadas. Para el republicano, el referéndum es una herramienta «extraordinaria» e «imprescindible» en este sentido. «La autodeterminación es un derecho inherente a todas las sociedades políticas», subrayó. «Nuestro compromiso va más allá de las inhabilitaciones o condenas que puedan tener lugar. Muchos estamos en política de paso», dijo Junqueras poco antes de afirmar: «No renunciaremos al derecho al voto porque sin él la democracia pierde todo su sentido».
El tercero de los oradores ayer en Madrid fue el conseller de Relaciones Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, encargado de internacionalizar el proceso independentista. «No queremos perder nuestros lazos con España y no va a ser así ni cuando tengamos nuestro Estado propio», dijo Romeva, que también dejó claro que el nacionalista «no va contra nadie. De lo que se trata es de ver cómo afrontamos las discrepancias». El dirigente nacionalista aseguró asimismo que «España tiene un problema. España se juega su democracia en Cataluña».
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