Cataluña

Puigdemont se ofrece por carta a ir al Congreso para explicar el referéndum

El Gobierno le recuerda que no puede impedir que se vote su propuesta en la Cámara

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont,
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont,larazon

El Gobierno le recuerda que no puede impedir que se vote su propuesta en la Cámara.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asumido finalmente el reto de acudir al Congreso para dar explicaciones de su desafío independentista. Pese al rechazo inicial con el que acogió la propuesta de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el president ha ido virando su postura hasta ayer, cuando envió una carta a la presidenta de la cámara baja, Ana Pastor, para ofrecerse a acudir. En la misiva, Puigdemont evita afirmar que se va a celebrar el referéndum convocado para el 1 de octubre y se limita a recordar que el pasado viernes anunció la fecha y la pregunta. Alude al intercambio epistolar que hace unos días tuvo con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para negociar una consulta pactada del que obtuvo un «rechazo como respuesta» y se fija como objetivo para este debate explicar los motivos que han conducido a su ejecutivo a querer llevar a cabo esta votación. «Me parece importante que todos los diputados del Congreso puedan escuchar, en tanto que máximo responsable institucional de Cataluña, las razones por las cuales hemos llegado hasta aquí», explica.

Puigdemont no precisa el formato en el que quiere que se desarrolle el debate, aunque asegura que «es necesario y se ajusta a lo que los ciudadanos esperan de sus instituciones». No obstante, sí volvió a evocar los frustrados intentos de algunas iniciativas parlamentarias procedentes de Cataluña encaminadas a conseguir un referéndum, y en consecuencia, sugiere que no está dispuesto a obtener los mismos resultados. «No parece razonable volver a formular propuestas que están destinadas a correr la misma suerte», asegura en la misiva. En este sentido, en los últimos días, Puigdemont siempre ha reiterado que no está dispuesto a someterse a ninguna votación, y los ejemplos que más se han recordado han sido los reveses que se llevaron el lehendakari Ibarretxe y la proposición de ley que llevó el Parlament en 2014 al Congreso para celebrar una consulta.

«Es sabido que el Congreso ha tratado, a lo largo de estos años, propuestas formuladas por diferentes grupos parlamentarios para resolver las demandas mayoritarias de los ciudadanos de Cataluña», explica el president en la misiva.

La respuesta desde el Gobierno no se hizo esperar y valoraron «la rectificación» del presidente de la Generalitat, que ha pedido ahora ir al Congreso a explicar su propuesta de referéndum, pero le advierte de que no puede condicionar ningún formato parlamentario de su comparecencia ni poner obstáculos a que se vote. El Ejecutivo realizó estas consideraciones en un comunicado y asegura que «el señor Puigdemont no puede condicionar ningún formato parlamentario relativo a su comparecencia, que corresponde decidir a la Cámara, y mucho menos poner obstáculos a que el Congreso dé su opinión a través de una votación parlamentaria».

Ésta es la postura que ha mantenido el Gobierno de Rajoy desde que se conociera la intención de Puigdemont de acudir al Congreso a explicar el plan independentista y el referéndum que quiere convocar.

La vicepresidenta ya defendió que la Cámara Baja no es un auditorio donde ir a impartir una conferencia, sino un espacio político en el que las propuestas se votan.

La carta, permitirá a Puigdemont agotar todo el recorrido que le ha permitido el Estado para abordar el «procés, y llega justo en una semana en la que se han acelerado los preparativos del referéndum y se han ido despejando algunas incógnitas. El pasado miércoles, Puigdemont avanzó que a finales de junio revelará los detalles técnicos y legales, y anunció que creará una bolsa de agentes electorales para que asuman las funciones de representantes de la administración en la jornada referendaria.

En total, estimaron que necesitarán a 4.500, que se encargarán de la coordinación en los colegios electorales y velarán por la transparencia del escrutinio. El president precisó que pretende designar por sorteo a los miembros de las mesas electorales, como en unas elecciones normales, aunque no se obligará a nadie. El lunes, anunció que la ley de ruptura se aprobará en agosto y convocará la votación en septiembre.