El desafío independentista

Puigdemont quiere reunirse con Rajoy si es investido

El presidente rechaza de momento un encuentro con la CUP

Puigdemont paseó ayer por Pals, en Gerona, junto a su esposa
Puigdemont paseó ayer por Pals, en Gerona, junto a su esposalarazon

Poco después de celebrar una paella en Cadaqués (Girona) con la «estelada», el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se dio a conocer que llamará a Mariano Rajoy si es investido nuevo presidente del Gobierno, para felicitarle y pedirle una reunión para tratar las demandas catalanas, que no son pocas.

Así lo anunció ayer la portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, que aseguró que la llamada y reunión será para «dialogar y plantear, sin intermediarios, lo que sucede en Cataluña y lo que se plantea». «También hubo un encuentro en La Moncloa con unos determinados planteamientos y y un listado de temas que, por cierto, siguen absolutamente paralizados», añadió.

Para Munté, el resultado de las elecciones obligaba a Rajoy a tomar la iniciativa al haber obtenido una mayoría de los votos y «a no cerrarse en su despacho como ha hecho», aunque admitió que «no es buena noticia que pilotara de nuevo el Ejecutivo central y que el PP se mantenga así en el poder».

En esta línea, Junts pel Si, formada por la ex CDC y ahora Partit Demòcrata Català (PDC), y ERC, no se piensa mover ni un centímetro de su hoja de ruta soberanista. Da igual saltarse la legalidad vigente o las sentencias del Tribunal Constitucional (TC). Dijeron, tras ganar las últimas elecciones autonómicas, que serían 18 meses hasta desconexión o independencia respecto a España.

Sin embargo, no hay una absoluta mayoría social en Cataluña a favor de la independencia, y ahora mismo, el denominado «proceso» parece estancado, a la espera de lo que suceda en las próximas semanas. Dependiendo de cada encuesta, hay mayoría o no. Eso no diluye en absoluto las intenciones de la Generalitat, que se siente amparada por su mayoría parlamentaria, 62 escaños de Junts pel Si más diez de la CUP.

Esta mayoría presenta problemas. No son ningún secreto las diferencias que separan a Puigdemont, y de hecho a todo PDC, con la CUP –con ERC existen menos aristas–, ya que únicamente les une el asunto de la independencia.

La formación anticapitalista parece tener prisa para la desconexión y un referéndum unilateral por la independencia, conocido como RUI, y que de hecho sería parecido a la pseudoconsulta del 9 de noviembre de 2014. La CUP es partidaria de una reunión con Puigdemont este mismo mes de agosto, pero de momento el presidente no tiene la más mínima intención de encontrarse con ellos hasta después de las vacaciones.

También es muy importante el contexto judicial. El TC puede impulsar la inhabilitación de Forcadell, debido a la reciente aprobación en el Parlamento catalán de un foro para crear una suerte de Constitución catalana independiente del Estado.