Elecciones autonómicas
Rajoy, convencido de que la economía le permitirá «aguantar» y ganar
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, intentará trasladar confianza a los varios centenares de cargos nacionales y locales que reunirá en Génova este próximo martes. El mensaje de Rajoy a la Junta Directiva Nacional irá dirigido a activar la movilización de todo el partido, pero, al mismo tiempo, intentará también espantar la depresión en la que se han instalado bastantes de sus cargos públicos tras los resultados de las elecciones andaluzas.
Los análisis internos que manejan Rajoy y la dirección del PP señalan que en las elecciones autonómicas y municipales de mayo tienen al alcance seguir siendo la primera fuerza en número de votos y están convencidos de que así será. Y también seguir siendo la primera fuerza en buena parte de las «plazas» en juego, lo que no quiere decir mantener los Gobiernos que ahora poseen. En este nuevo escenario político marcado por la aparición de nuevos partidos, «las mayorías absolutas van a ser muy caras», y la cúpula popular se prepara para un nuevo panorama que obligará a buscar acuerdos y en el que en la cuenta final los pactos postelectorales pueden restarles una importante cuota de su poder regional. Ya lo veían venir y por eso en verano de 2014 ofrecieron al PSOE una reforma local que incluía la elección directa de los alcaldes. La falta de acuerdo llevó de nuevo la propuesta al cajón.
Ahora, en la dirección popular creen que de estas elecciones de mayo pueden salir un millar de gobiernos en minoría. Aunque su análisis también incluye la hipótesis de trabajo de que ni Ciudadanos ni Podemos firmarán un acuerdo postelectoral global con ninguno de los partidos mayoritarios hasta después de las elecciones generales, lo que perfila un escenario bastante inestable.
Después del severo toque de atención de las elecciones andaluzas, el PP admite que necesita «reventar» su maquinaria electoral en las semanas que quedan hasta los comicios de mayo. Aunque ya dan por hecho que de ellos saldrán con cientos de gobiernos municipales en minoría. A su favor intentarán explotar el hecho de que las elecciones municipales son más cercanas, más administrativas y menos ideológicas. Y que favorecen al que está en el Gobierno, y hoy el PP tiene el mayor poder autonómico y local que ha ejercido nunca en la democracia. «Son el mejor escenario para el bipartidismo», apuntan en el comité de campaña del PP.
En estos momentos, en sus sondeos internos no tienen la mayoría absoluta ni en Madrid ni en Valencia ni en Sevilla, tres «plazas» fundamentales en el balance de ganadores y perdedores que se hará la noche electoral. Pero no dan nada por perdido y se atrincheran en el argumento de que el debate local, de candidato a candidato, les ayudará a inclinar la balanza de su lado. Por comunidades, sus datos les confirman la mayoría absoluta en Castilla y León, La Rioja, Murcia y Ceuta y Melilla. En Baleares, dicen que están muy cerca de esa mayoría absoluta. Y en el resto manda la incertidumbre. En Castilla-La Mancha, de quedarse como primera fuerza, la llave la podría tener Ciudadanos. En Extremadura, la dificultad añadida es que esta vez dan por hecho que Izquierda Unida (IU) no les va a facilitar de nuevo el Gobierno. Y las otras dos incógnitas son Madrid y Valencia. En la primera, la salvación depende de que Esperanza Aguirre aguante y tire electoralmente de la Comunidad. Y en Valencia, en el PP temen las consecuencias de los casos de corrupción «que el equipo de Alberto Fabra heredó de la etapa anterior», puntualizan en defensa de su candidato. Temen que el clima valenciano puede favorecer allí más que en otros sitios un acercamiento del PSOE y de la mayoría de la oposición, «el todos contra el PP».
Aunque la situación es complicada, Rajoy sigue confiando firmemente en que la economía le ayude a remontar en las encuestas y a salvar los muebles en las elecciones de mayo y, de ahí, a ganar las siguientes generales. «Los meses que vienen estarán marcados por las buenas noticias», subrayan desde el Gobierno. En empleo, en consumo, en crecimiento..., y en nuevas medidas de política social. La próxima EPA será «muy positiva» en empleo y en afiliación a la Seguridad Social.
Esta inercia positiva es la que sustenta la convicción que mantienen en Moncloa de que el PP volverá a ganar las elecciones generales de finales de año, seguido del PSOE. Y que las elecciones de mayo, dando por descontado que perderán una importante parte de la cuota de poder territorial que ahora ejercen, serán otro «aviso» para el bipartidismo, pero sin suponer un vuelco en el tablero político. La lectura interna de la cúpula popular se sostiene en el principio de que la clave es «aguantar» porque todavía están a tiempo de borrar parte del desgaste de esta Legislatura por las decisiones impopulares en la gestión de la crisis, pero también por la corrupción que ha afectado a sus siglas, como reconocen altos cargos del Partido Popular. «Hay tiempo para que se vaya consolidando la recuperación, la pregunta es si nosotros seremos capaces de hacer lo necesario para recuperar la credibilidad perdida», analiza un presidente autonómico.
En el PP están convencidos de que Podemos llegó a su cuota más alta a finales del pasado año. En eso sí se cumplen sus previsiones. No así con Ciudadanos. No obstante, en Génova esperan que la debilidad orgánica del partido que lidera Albert Rivera le pase factura en las elecciones locales. Y que la aceleración de la recuperación económica apague la fuerza de algunos de sus mensajes.
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