El desafío independentista
Rajoy cree que el líder del PSOE sólo busca «protagonismo» en Cataluña
Destaca que en la «purga» de la Generalitat ha triunfado el «radicalismo»
Destaca que en la «purga» de la Generalitat ha triunfado el «radicalismo».
En un reparto de papeles, Mariano Rajoy respondió ayer a la «purga» realizada en su equipo por el presidente de la Generalitat y el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, contestó al movimiento de Pedro Sánchez en Cataluña. Rajoy se quedó en ratificar que el Gobierno estará en su sitio para responder al desafío secesionista, y sentenció, asimismo, que la Generalitat ha optado definitivamente por la radicalidad. Para concluir: «¿Así, qué diálogo quieren?». A su juicio, Puigdemont lidera un Ejecutivo que se está dejando llevar por una deriva autoritaria y que está ensimismado en sus rencillas. Que presiona a los funcionarios, a los Mossos, a los alcaldes, a los medios de comunicación y a su propio partido. Y si hacen esto con los suyos, «¿qué no harán con los demás?», se preguntó. El presidente también utilizó la decisión de Puigdemont de expulsar a tres consejeros, gesto interpretado como la respuesta a la presión de ERC para barrer a quienes están menos implicados con la celebración del referéndum, como una prueba más de que la Generalitat ha cerrado todas las vías al diálogo. Frente a este escenario, incidió en que su Gobierno estará en su sitio. «No tengan ninguna duda».
Pero la «purga» de Puigdemont estaba ya descontada en Moncloa, y no tanto hasta dónde ha decidido llegar el líder del PSOE para tener una agenda propia con el problema catalán. El presidente del Gobierno interpreta que detrás de esta decisión política de abrir un camino unilateral lo que hay, fundamentalmente, es afán de protagonismo, que no puede llevarle a ninguna parte y sí abrasarle porque en la situación actual no hay margen para negociar ni con Puigdemont ni con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, porque ellos lo han cerrado. Advierten también de que Puigdemont no va a dar marcha atrás porque se le plantee una reforma constitucional, un mayor reconocimiento de la singularidad catalana ni más financiación. Y dudan de que incluso desde el punto de vista político y electoral a Sánchez le pueda salir bien la decisión de «ir por libre». Sobre la posibilidad de que haya también un intento de acercamiento al independentismo, pensando en una futura alianza de la izquierda, con Esquerra, para desbancar al PP, en Moncloa no le dan verosimilitud porque ni cuadran los números ni los intereses. Aunque el secretario general del PSOE «juegue» a alimentar esa apariencia «sin dejar nunca de mirar a La Moncloa». «Sánchez necesita presencia pública. Tiene un problema con no ser diputado. Pero puede perder más que ganar a medio plazo si elige un camino que lleva a ninguna parte», sentencian.
Rajoy considera que en esta situación sólo se puede estar al lado de la Constitución, con el Estado de Derecho y en la unidad frente al desafío secesionista. Sin cerrar la puerta al diálogo, subrayó ayer Méndez de Vigo, ni anticiparse a escenarios futuros, que exigirán hablar, negociar y ofrecer otras propuestas. Pero el Gobierno cree que no es el momento de plantear como soluciones fórmulas como la de la reforma constitucional porque ni arreglan el problema inmediato ni tampoco hay consenso de partida ni de llegada a ningún punto. El portavoz no descartó este debate constitucional, porque además sabe que la oposición puede abrirlo sin contar con el PP, pero sí dejó claro que entienden que no es el momento de debatir sobre la modificación de la Carta Magna. La oposición puede forzar que se abra la discusión parlamentaria, pero necesita del concurso del PP para sacar adelante esta reforma. Por varias veces Méndez de Vigo incidió en que el Gobierno no se cierra al diálogo, dentro de la ley, pero «hoy toca decir que se está con la Constitución, la ley y el Estado de Derecho». Para Rajoy, el independentismo está «en el sálvese quien pueda», sin apoyos de la comunidad internacional, sin censo, sin urnas, sin presupuesto para la secesión, y sin el apoyo mayoritario de la sociedad que hace falta para seguir adelante con un proceso de ruptura como éste. Y pese a la sorpresa sobre hasta dónde ha decidido escenificar Sánchez su decisión de romper la unidad de acción en relación a Cataluña, en Moncloa siguen sosteniendo que tienen la situación controlada.
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